San Telmo un paseo por el barrio de Buenos Aires con su rica historia, tradición y encanto
El barrio porteño es sede del Casco Histórico. El fotoperiodista del diario RÍO NEGRO Juan Thomes, recorrió su tradición y los paseos coloniales y así los muestra.
San Telmo es un barrio único de Buenos Aires, ideal para recorrerlo caminando o en bicicleta, donde las calles empedradas conviven con un ambiente lleno de bullicio y a la vez, de paz. Es una mezcla de razas, idiomas y culturas. Como uno de los barrios más antiguos y tradicionales de la ciudad, su historia se remonta a la época colonial. Y tanta es su relevancia que una de las actividades más realizadas turísticamente son los recorridos y paseos al aire libre por estos espacios. Un plan perfecto si andás por Buenos Aires.
Un emblema de este pasado es la Iglesia de San Pedro González Telmo, construida originalmente por los jesuitas en 1734 bajo el nombre de Iglesia de Nuestra Señora de Belén. Este templo católico fue un centro de atención de heridos durante las invasiones inglesas y la epidemia de fiebre amarilla de 1871, marcando su importancia histórica y social.
Según Turismo CABA, “Pedro González Telmo, Patrono de los Navegantes, era un fraile de la orden de los dominicos que vivió en España en el siglo XIII. Allí se dedicaba a predicar el Evangelio a los navegantes y pescadores de Galicia y Portugal. En el siglo XVII, la vida de los primeros pobladores del lugar giraba en torno a la actividad portuaria y esa fue la razón por la cual se eligió a San Pedro González Telmo, patrono de este barrio que hoy lleva su nombre”.
La Plaza Dorrego, conocida por su emblemática feria artesanal, es otro punto clave del barrio. Emprendedores y artesanos despliegan su creatividad, mientras los alrededores ofrecen locales de antigüedades, confiterías y espectáculos artísticos que completan la experiencia.
La plaza es Monumento Histórico Nacional dado que -según Turismo BA- el 13 de septiembre de 1816 el pueblo de Buenos Aires se reunió allí para reafirmar la Declaración de la Independencia, promulgada el 9 de julio de 1816 en el Congreso de Tucumán.
Frente a ella, se encuentra la galería Solar de French, una casona histórica en la calle Defensa 1066, donde nació Domingo French, un protagonista de las invasiones inglesas. En esta galería con sus paraguas adornando los pasillos, podrás realizar una emblemática foto de San Telmo.
Otro lugar destacado es el Mercado de San Telmo, inaugurado a finales del siglo XIX para abastecer a los inmigrantes europeos. Aunque hoy en día es más un destino turístico, aún es posible encontrar víveres frescos en su interior.
Su estructura original de vigas, arcos y columnas metálicas, coronada por una gran cúpula, es un testimonio de la arquitectura de la época. En 2022, se realizó su primera restauración integral, devolviendo al edificio su esplendor original.
La sede de la Comuna 1, ubicada en un edificio de 1897, también es parte del patrimonio de San Telmo. Construido gracias a una donación del empresario Nicolás Mihanovich, este edificio albergó el Patronato de la Infancia, una institución filantrópica administrada por las Hermanas de San José de Citeaux, que brindó apoyo a niños desamparados hasta 1970. En 2018, tras años de abandono, el edificio fue restaurado para convertirse en la sede comunal.
San Telmo también fue testigo de innovaciones urbanas, como el primer tranvía eléctrico de Buenos Aires, inaugurado el 31 de julio de 1898. Su recorrido conectaba Plaza de Mayo con Liniers, pasando por San Telmo y otras áreas.
Entre sus rincones destacados se encuentra el café La Saeta, cuya historia se remonta a 1865, cuando funcionaba como almacén y despacho de bebidas bajo el nombre «La Estrella».
Con el tiempo, se transformó en un lugar emblemático para artistas y vecinos. Aunque cerró en 2001 tras una explosión que lo marcó trágicamente, en 2022 reabrió sus puertas tras una cuidadosa restauración.
Finalmente, si visitas Buenos Aires un domingo, no podés perderte la feria de San Telmo, que se extiende desde la Plaza de Mayo hasta el corazón del barrio. Allí encontrará artesanías, antigüedades, ropa y curiosidades únicas.
Al atardecer, recorre sus calles empedradas y termina tu día en uno de los cafés tradicionales del barrio, disfrutando de la tranquilidad y el encanto de San Telmo.
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