Flamarique está «en plenitud de funciones»

Notas anteriores:

El gobierno desmintió ayer la posible renuncia del ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, y aclaró que «está en la plenitud de sus funciones», luego de que el vicepresidente Carlos Alvarez dijera que el titular de la cartera laboral está desgastado.

«Flamarique está en la plenitud de sus funciones como ministro de Trabajo», afirmó a la prensa el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, quien confirmó además que el publicista Ramiro Agulla dejará de encargarse de la tarea de imagen y comunicación del jefe de Estado.

El vicepresidente Alvarez afirmó el miércoles que «hay un desgaste del ministro de Trabajo que va a tener que ser tomado en cuenta por el presidente», en un posible recambio de funcionarios que el líder del Frepaso viene pidiendo.

Difícil es interpretar el encuentro entre el presidente y uno de los ministros más cuestionados por el escándalo de los sobornos en el Senado, como un eco de los dichos del vicepresidente. El titular de la cartera laboral mantuvo ayer una extensa reunión reservada con el presidente Fernando de la Rúa en la Casa Rosada y, a su término, desestimó la renuncia a su cargo.

«Está todo bien, sin novedades», dijo escuetamente Flamarique, al salir muy apurado de la Casa Rosada luego de más de dos horas de estar reunido con el jefe de Estado, y negándose a detenerse para conversar con los periodistas.

La reunión entre Flamarique y De la Rúa generó gran expectativa debido a que el titular de la cartera laboral es uno de los ministros más nombrados en el listado de los posibles renunciantes a la primera línea gubernamental. «Vino a hablar de temas del Ministerio. Pero una renuncia, descártenla», dijeron voceros, después del encuentro que olió a apuntalamiento del ministro por parte del presidente.

Luego, el propio Lopérfido aclaró que De la Rúa convocó a Flamarique para analizar los decretos reglamentarios de la reforma laboral – «que están casi terminados», según informó- y hablar sobre el proyecto de confección de un registro único de planes laborales.

Las entradas y salidas de ayer de la Rosada convocaban incesantemente a la prensa, que pronostica casi cotidianamente la inminencia de los cambios. Primero entró Flamarique, luego Agulla, más tarde De Santibañes, actos que desencadenaron una ajetreada tarea a los voceros y a la Secretaría de Comunicación que traducía a la prensa el contenido de las reuniones. Pero el empeño de Lopérfido no pudo ser compensado, puesto que las interminables rencillas al interior del gobierno superaban la buena voluntad del frustrado comunicador.

El ministro Storani negó que haya acordado con el senador radical Raúl Galván que su renuncia a la jefatura del bloque radical sería acompañada por la salida de ministros del gabinete. Denuncia efectuada ayer por el riojano.

Mientras José Genoud y Augusto Alasino tiraban dardos ponzoñosos contra su par, el frepasista Del Piero. Peronistas y radicales reaccionaron ofendidos porque Del Piero había denunciado un pacto corporativo entre ambos partidos.

También dio la nota el senador Moreau, quien se quejó porque nadie investiga la pista de los que podrían haber puesto el dinero de los sobornos, aludiendo a una hipotética «vaquita entre empresarios».

Simultáneamente discutían Elisa Carrió y el ministro Gil Lavedra por la ley que abre los archivos del Estado.

Todo indica que Lopérfido también hoy tendrá un día agitado. (DyN, AR)

«No voy a ir más al Congreso», aseguró Melgarejo

A pesar de que el Senado rechazó su pedido de renuncia, el senador radical Juan Ignacio Melgarejo ratificó ayer su decisión de «no concurrir más» a la Cámara alta y aseguró que rechazará la remuneración, gastos de dieta y de representación que le corresponden como legislador nacional.

Mientras tanto, la sombra de otro presunto acuerdo espurio comenzó a instalarse en la Cámara alta, según se desprende de la denuncia realizada por el senador radical Raúl Galván, quien responsabilizó al gobierno nacional de «incumplir» un presunto pacto que incluiría las dimisiones de legisladores y funcionarios como prendas de cambio.

Durante toda la jornada, Melgarejo consideró en distintos contactos con la prensa, que el PJ «cometió un grave error» en la madrugada al rechazar el pedido de «renuncia indeclinable» a su banca que formuló luego de que la senadora neuquina Silvia Sapag lo involucrara en un supuesto caso de coimas en el marco de la tramitación de la ley de hidrocarburos.

«No concurriré más al Senado, no estaré presente en los días de sesiones. Renunciaré absolutamente a toda remuneración y comenzaré a cumplir lo que empecé la semana pasada, que es brindar al juez de la causa todos los elementos para ser investigado y lograr mi certificado de buena conducta», remarcó Melgarejo.

El senador opinó que «más allá de los elogios» que los integrantes de la bancada justicialista realizaron sobre su gestión para rechazar el pedido de renuncia, «tendrían que haber puesto en la balanza» su «decisión» y su «voluntad» de no formar más parte de ese cuerpo.

«Creo que ha sido un grave error no respetar la voluntad expresada en esta renuncia indeclinable en la que iba mi decisión de alejarme definitivamente de la Cámara de Senadores para ponerme a disposición de la Justicia», dijo.

El senador consideró que la actitud del PJ no ayuda a «reconciliar» la opinión que la sociedad tiene hacia el Senado, que permanece envuelto en un escándalo de presuntos pagos de coimas para aprobar una ley y remarcó que ahora más que nunca los «gestos» dentro de la Cámara alta deben ser «transparentes y claramente exhibidos».

Pero quien arremetió ayer, dando un nuevo impulso a la incansable crisis política desatada en la Cámara Alta, fue el senador radical Raúl Galván, quien avanzó con una denuncia para nada esperada. El riojano dijo que el gobierno ofreció las cabezas de Flamarique y de Santibañes en el marco de un acuerdo que incluía las renuncias de los jefes de los bloques mayoritarios del Senado, pero no cumplió con su parte del pacto luego de conseguir la dimisión de los legisladores en medio de la crisis por los sobornos. Federico Storani desmintió tajantemente sus dichos. (Infosic)

Cheques de la SIDE

Un gerente del Banco Nación entregó finalmente ayer al juez Liporaci los comprobantes de pago y dos cheques originales de la SIDE por 6,5 millones de pesos, requeridos por el magistrado en el marco de la causa por el presunto pago de sobornos a senadores a cambio de la aprobación de la reforma laboral.

Fuentes judiciales confirmaron que el gerente departamental de Asuntos Legales del Banco Nación, Carlos Alberto Erhart, fue quien llevó los documentos.

De acuerdo con datos obtenidos por DyN, los cheques -de 1,5 y 5 millones, según fuentes del banco- fueron cobrados el 11 y 13 de abril pasado respectivamente por ventanilla por empleados de la SIDE a los fines de «realizar transferencias entre cuentas del organismo». Sin embargo, se sospecha que el dinero pudo haber ido a parar a los bolsillos de los senadores complicados en el escándalo de los presuntos sobornos.

Liporaci anda con lupa

El juez Liporaci finalizó anoche la inspección ocular al despacho del senador nacional del PJ Emilio Cantarero, en el marco de un procedimiento que se cumplió con «absoluta normalidad», según dijo el magistrado que interviene en la causa por presuntas coimas en la cámara alta.

«Es una medida de prueba que debíamos adoptar, es un nuevo elemento en la causa cuyo valor luego se evaluará», sostuvo, luego de más de dos horas de hurguetear en la oficina del legislador sospechado.

(En la foto con Genoud, al llegar para la pesquisa)