Fernández Meijide: “El fallo de la Corte Suprema es un abandono a los jueces”

La histórica referente de los Derechos Humanos, en diálogo con Río Negro, dijo que el tribunal "puso una espada de Damocles" sobre otros magistrados. También advirtió sobre los peligros de una división en Juntos por el Cambio.

Graciela Fernández Meijide es una referente histórica de la defensa de los Derechos Humanos, ex ministra de Desarrollo entre 1999 y el 2001, ex diputada y ex senadora. En diálogo con Río Negro, asegura que si Juntos por el Cambio se divide, sería la “muerte” de las fuerzas que la integran, y sostiene que el reciente fallo de la Corte Suprema supone un “abandono” a los jueces que investigan la corrupción.

P:¿Qué lectura hace del fallo de la Corte?
R: Primero un marco general, el valor de la división de poderes, de la independencia de los poderes: no es casualidad que, cuando hay manifestaciones, el reclamo es la independencia de la Justicia. Se percibe que de esa división del poder judicial y el poder político depende la garantía del equilibrio en una república. Eso es preocupante, porque esa conciencia está debilitada en el gobierno. El dictamen de la Corte, salvo el voto de Rosenkrantz que hay que destacarlo, es quedar bien con Dios y con el diablo. Al mismo tiempo que no los despide inmediatamente a los jueces, los pone en situación tal de por amor propio renunciar, o aún teniendo fuerte conciencia de su obligación mantenerse pero sabiendo que tarde o temprano serán desplazados. Y de algún modo pone una espada de Damocles sobre la cabeza de otros jueces. En otro momento hubiera significado una reorganización de la Justicia y punto. En este momento, habiendo un interés tan fuerte de la vicepresidenta por su impunidad, uno puede bien sospechar que es una forma de eliminar jueces independientes y poner jueces amigos.

P: ¿Es un abandono a los jueces que investigaron e investigan a Cristina?
R: Es un abandono, es soltarles la mano. Existiendo un dictamen de la Corte de hace dos años, de la misma Corte, que decía podían realizarse los traslados y que quedaran en sus cargos sin volver a ser refrendados por el Senado, que ahora se diga exactamente lo contrario, retroactivamente, hace pensar en un interés político.

P:Se especulaba que la Corte, considerando la movilización de una importante parte de la sociedad, podía fallar de otro modo. ¿Se termina la idea de que “la sociedad los está mirando”?
R:Tendría que meterme en la cabeza y psicología de cada uno de los miembros de la Corte. Uno puede suponer, esto no es una afirmación, que una parte de la Corte piense que debe preocuparse en no lastimar al poder Ejecutivo y que eso determinara este fallo. Pero son suposiciones. Si uno se atiene a la letra del “deber ser”, no debió haber sido. Desde lo político, ha sido un paso para un lado, y uno para el otro, lo cual beneficia a quien tiene más interés en el tema. Que es Cristina.

P: ¿Cómo ve la discusión que se está dando dentro del gobierno en torno a la Procuración?
R: Acá podría ocurrir, podría, que por fin el Presidente dijera este es mi candidato y este es el que va a ir a la Procuración. Pero cuál será la decisión definitiva no es claro.

P: Después de su propia interna, la oposición por eso dejó la pelota del lado del gobierno.
R: Acá es donde yo quisiera hacer un punto: ¿cuál es el rol de la oposición? Se puede hablar mucho del oficialismo, que por el desgaste que tuvo parece que gobernó 3 años, no uno. Pero la pregunta es cuál es el rol de la oposición, sobre todo de una oposición que no quedó abatida, no es igual que cuando Cristina sacó el 54% y Binner 17%, donde prácticamente la oposición no existía en las Cámaras. Ahora es posible no dar los dos tercios en el Senado y obligar a negociar; lo mismo en Diputados. Estamos en una situación no ideal, pero razonablemente mejor que en otros momentos.

P:¿Cumple su rol?
R: No la veo garantizando a rajatabla que no se va a separar, y desearía que así fuera. Y además haciendo propuestas, concretamente, no sólo oponiéndose, sino ya yendo un poco adelante y marcando una agenda propia. Deberían estar pensando no sólo en el día después, sino en el día de hoy. Yo me pongo muy exigente en ese sentido con la oposición, porque tiene responsabilidad, se le ha dado el voto, se ha confiado en ellos y tienen que ponerse por encima de las situaciones personales, dejar de competir por anticipado y tener una mirada más de estadistas.

“Deberían tenerlo en claro: la separación de cualquiera de las fuerzas políticas que integran JxC es la muerte de esas fuerzas”.

Graciela Fernández Meijide.

P: ¿Peligra la unidad de Juntos por el Cambio a medida que nos acerquemos a las elecciones del año que viene?
R: Si siguen disputando por pequeños mosaicos de poder, ¿en qué terminan esas cosas? Ahora, deberían tener en claro algo: la separación de cualquiera de esas fuerzas políticas que la integran es la muerte de esas fuerzas. Al contrario, deberían estar trabajando para ampliar las bases de sustentación. En el caso del radicalismo recuperar a personas importantes como Margarita Stolbizer, López Murphy; porque son distintos matices y está bien. Cuando uno ve la pelea en Estados Unidos uno se da cuenta que los partidos tienen alas: alas más progesistas, alas más conservadoras, pero se mantienen dentro de un partido. Hay todo un sector del peronismo que no se siente representado por el kirchnerismo que está para integrarlos, no como si fueran la misma cosa, sino para seguir engrosando esa alianza y aspirar en el 2021 a tener más diputados y senadores, no menos.

P:La situación social. Se acerca diciembre, que siempre es difícil. ¿Ve condiciones similares a las del 2001? ¿O ya no es posible semejante estallido social, por más que la crisis sea considerable?
R: No parecería porque, igual que en el gobierno de Macri Carolina Stanley negociaba con los líderes de las organizaciones sociales, que hoy no dependen de la CGT, ni nada, lo seguirá haciendo Daniel Arroyo. No parece inevitable un gran conflicto. Lo que sí es cierto, más allá de que estalle o no el conflicto, es que no hay un país que pueda salir adelante sin poner como objetivo principal modificar la pobreza.

P: Claro, ¿cuánto puede funcionar una sociedad como la argentina con casi 50% de pobres?
R: Es un problema enorme. ¿Cómo integrás a toda esa gente? Sólo se puede con una activa recomposición de la confianza, para que haya inversiones que produzcan trabajo genuino. No soluciones del tiempo de Maricastaña.

P: ¿La carta de Cristina a Alberto Fernández fue una forma de despegarse de las consecuencias económicas que pueda tener la gestión de Alberto Fernández?
R: Tengo la impresión que sí. Le dijo, bueno yo te puse -hablando incluso de una generosidad que no es tal porque ella sola tampoco podía ganar- ahora si las cosas no andan bien es tu problema. Eso me parece.

P: ¿Hay un “Chacho Álvarez” en la actitud de Cristina o hay un “Chacho” en la oposición?
R: Es muy distinto, la capacidad de poder de Chacho era muy diferente, el daño de Chacho fue su renuncia, porque rompió la alianza. Acá no es una renuncia, porque se queda en el poder, pero es un arreglate como puedas. Ese peligro está en la oposición, porque algo así sería un deterioro.


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