Femicidio en Catriel, una joven marcada por el deseo de aprender
Perros de la calle se amontonan bajo la mezquina sombra que convida un viejo árbol, afuera del CET 21 donde Agustina debía salir de su tercer día de clases. El calor no da tregua, pero pasará rápido, el dolor no.
Acusan a un joven por el femicidio de Agustina
Hoy la angustia eclipsa la ciudad petrolera, se dibuja en los rostros, se lee en las paredes que reclaman justicia, en los carteles escritos con rabia. Es día de clases, pero las aulas están vacías, la mayoría despide los restos de la joven.
Catriel no sale del asombro, de una sensación ominosa que despertó el femicidio de Agustina Atencio, una joven de 17 años que el sábado 29 de febrero fue a pasar una tarde al río y no volvió. La encontraron dos días después flotando en las turbias aguas del Colorado.
La angustia ahoga el habla. “No hay palabras”, dice Myriam Ceballos, supervisora de Nivel Inicial. Ella conoció a Agustina desde su primer día porque fue docente de su mamá, hace casi dos décadas. También fue su maestra en el colegio 218. Allí cursó la primaria.
Todos los que la conocieron la definen igual, casi con las mismas palabras. “Era una chica que se esforzaba mucho por aprender, muy respetuosa, introvertida”, cuentan docentes y profesionales que estuvieron presentes en su proceso educativo.
“Agustina era la inocencia personificada. Era una niña muy frágil. Siempre buscaba tu aprobación con un abrazo, con un beso”
Myriam Ceballos, supervisora de Nivel Inicial, fue docente de Agustina.
El deseo de superación y aprendizaje marcó la vida de Agustina desde siempre. Sus limitaciones, relatan los entrevistados, la hicieron más dedicada y perseverante. Tal vez haya sido su espacio favorito, porque llegaba antes que todos, porque se esforzaba como pocos, porque quería aprender.
Agustina tenía dificultades y por eso tuvo auxilio escolar desde primer grado. “Siempre estaba predispuesta y era una de las alumnas que más tiempo dedicaba al estudio”, dice César Rosales, director del CET 21, el colegio técnico donde la joven cursó los dos primeros años y el lunes 2 de marzo, cuando la encontraron sin vida a orillas del río Colorado, tenía que volver para comenzar el tercero.
El director de colegio técnico relata que el primer día de clases hubo una reunión para hablar del tema y escuchar a los jóvenes. Allí estaban sus tres amigas con quienes compartía desde primer año.
“El primer día de clases hablamos con ellos para que puedan expresarse. Estaban todos muy angustiados, fue muy triste”. Desde el colegio se pidió intervención para trabajar con los chicos y chicas, para que tengan apoyo profesional.
“Esto nos ha pegado muy fuerte, no podemos creer que haya pasado en Catriel. Tenemos que interpelarnos como institución”.
Nora Carrasco, trabajadora social, fue acompañante de Agustina en la primaria.
“Agustina era la inocencia personificada, era una niña muy frágil. De esas nenas que llegaban muy temprano a la escuela. Cuando yo llegaba para abrir el tuno tarde (a las 13) ya estaba con todos los hermanitos esperando entrar. Estaba muy pendiente de ellos. Ella siempre con su mirada esperaba tu aprobación, con un abrazo, con un beso. Taciturna, pensativa, muy buena nena”, cuenta Myriam antes que la angustia la invada por completo.
“Esto nos ha pegado muy fuerte, no podemos creer que haya sucedido en Catriel. Nos ha dejado a todos pensando sobre esta vulnerabilidad que se normaliza, que no vemos. Quizá nos falta un análisis más profundo de este tipo de situaciones en familias con tantas carencias”, explica Nora Carrasco, trabajadora social quien acompañó a la joven en su etapa de primaria.
“No se notaba que estaba en un programa de inclusión, no había que pedirle nada, ella se esforzaba mucho por aprender”.
Cristian Pereyra, docente de física, fue su profesor en primer y segundo año.
Agustina vivía en el barrio Preiss, en una humilde vivienda donde aún viven su mamá y sus siete hermanos. A unos 300 metros de allí está el CET 21. Formaba parte del programa de inclusión y tenía el acompañamiento de la psicóloga Marlene Uranga. “Agustina era una niña muy predispuesta, muy comprometida con su educación. Más allá de su dificultades tenía mucha iniciativa”, expresa la profesional.
En números
- 90
- días podrían demorar los estudios finales para precisar la causa de muerte de la joven.
- 2
- días estuvo desaparecida. El sábado 29 de febrero comenzaron a buscarla y la encontraron muerta el lunes 2 de marzo.
“No se notaba que estaba en el programa de inclusión porque tenía mucho compromiso. El año pasado hicimos la feria de ciencia y ella estuvo en el taller de física y se desenvolvió muy bien. Era una chica tranquila, muy buena”, agrega Cristian Pereyra, docente de Física.
El femicidio de Agustina es el segundo en la historia de Catriel, el primero fue en 2014, el de Cinthya Vergara. Hoy la ciudad volverá a reunirse en la plaza La Familia para pedir justicia.
“Al día siguiente de lo que pasó, hablamos con sus compañeros, estaban muy angustiados. Fue un día muy triste”.
César Rosales, director del CET 21 donde Agustina cursaba el secundario.
Desde el dolor, Nora y Myriam analizan el rol institucional, el seguimiento luego del primario y otros interrogantes que despertó el caso de Agustina.
“Quedamos muy impactados, lo primero que se nos presentó es interpelarnos qué estamos haciendo como institución, como profesionales. Creo que merece un análisis más complejo de todos. Tenemos que pensar en otros recursos, cómo trabajar la ESI. Necesitamos poner en marcha otras cuestiones para evitar estas tragedias», reflexiona Nora.
“Agustina era una chica muy predispuesta, muy comprometida con su educación, más allá de sus limitaciones”.
Marcela Uranga, psicóloga que la acompañaba en su proceso educativo.
“Quizá debería haber otro seguimiento después del primario. En ese caso hablamos con el equipo directivo para que pidan intervención para los hermanos de Agustina”, detalla Myriam.
Nuevos testigos confirman la hipótesis de la fiscalía
Tres nuevos testimonios fortalecen la teoría del Ministerio Público Fiscal por el femicidio de Agustina.
Fuentes cercanas a la investigación confirmaron que se pudo ubicar a una familia que estuvo en la zona del río el sábado que desapareció joven. Fue hallada dos días más tarde a orillas del Colorado, en una zona que se utiliza como balneario.
El testimonio de uno de los nuevos testigos refuerza las declaraciones que había reunido la fiscalía con otras exposiciones. Ubican al acusado en el lugar del hecho con la víctima y luego lo ven irse solo. Esa premisa es afirmada por todos los testigos.
Según lo que pudo reconstruir la parte acusadora, ese sábado habían unas siete personas en el lugar. La víctima y el acusado de femicidio -un joven de 21 años- dos hermanos y una familia.
Todos los que estuvieron allí describen la misma escena. Los jóvenes estaban solos, pero cuando comenzaron a llegar más vecinos decidieron irse a otra zona de la costa del río.
Los ven entrar al agua y luego caminar por la costa hasta que se pierden de vista. Luego lo ven solo al acusado.
En la audiencia de formulación de cargos, el fiscal jefe Santiago Márquez Gauna indicó que hay registros fílmicos que lo ven al imputado volver solo del río en moto.
La familia convocó a una marcha para hoy
La familia de Agustina Atencio convocó una nueva marcha hoy en la plaza de la Familia, ubicada en Avenida San Martín y Roca. La convocatoria, anunciada por familiares a través de las redes sociales, invita a marchar pidiendo justicia por la joven.
También se solicitó llevar velas -blancas o violetas-, pañuelo o remera violeta . Será la segunda movilización por el femicidio de la joven.
La primera, realizada el miércoles pasado tuvo una masiva concurrencia en la plaza de la Familia, que se vio llena como pocas veces en el marco de la convocatoria de la Multisectorial de Mujeres en el centro de la ciudad.
Cientos de vecinas y vecinos se concentraron en la plaza.
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