Felices por el último vuelo del Concorde

LONDRES (AFP).- El cese de los vuelos del Concorde entristece a los fanáticos de la aviación, pero para los habitantes del oeste de Londres, donde cada vez que pasa el supersónico todo se pone a saltar y los cristales tiemblan ruidosamente, es un verdadero alivio El Concorde, que hoy efectuará su último vuelo comercial con British Airways, empezó a sobrevolar la casa de Kathleen Croft en Stanwell Moor hace 27 años. Desde entonces, cada vez que el avión de nariz puntiaguda despega del aeropuerto londinense de Heathrow, la casa tiembla del sótano al desván. Las bombillas estallan, los objetos sueltos brincan y las ventanas vibran tan fuerte que los cristales se han roto varias veces, según Kathleen Croft "Es un ruido indescriptible. No creo que aquí haya mucha gente con lágrimas en los ojos", dice esta mujer que lleva 35 años viviendo en esa casa. El Concorde "siempre ha sido, en mi opinión, un juguete para los ricos", añade A pesar de su fama de superestrella entre los fanáticos de la aviación y las personalidades de la jet set, el Concorde es uno de los inventos modernos más odiados por quienes viven en sus "pasillos" de vuelo y por los defensores del medio ambiente Después de 27 años de servicio, el Concorde va a jubilarse hoy. Una ceremonia en honor del más legendario avión de la aviación civil está prevista en el aeropuerto de Londres-Heathrow, desde el cual los Concorde de British Airways (BA) aseguraban desde 1976 un vuelo regular hacia Nueva York en tres horas y media. Tres Concorde aterrizarán en Heathrow con pocos minutos de intervalo, para alinearse en la pista, donde el público podrá admirarlos.