Falta de nieve: estadísticas que muestran la realidad de la crisis en la región
Niveles mínimos de acumulación se registraron este año en las altas montañas respecto del histótico 2000-2020. Informes de la AIC confirman la crítica situación.
La sequía en la región del norte de la Patagonia es preocupante. Pero, lo es más aún, las tendencias que muestran menores lluvias y nevadas en las zonas cordilleranas, las que se han ido intensificando a la baja durante las últimas décadas.
La evidencia empírica se confirma en este invierno, por un lado, con la falta de los clásicos mantos blancos que tradicionalmente recubren los paisajes y cerros emblemáticos de la región; y, por el otro, con los mínimos caudales que se observan en los lánguidos ríos que conforman nuestras cuencas.
La falta de agua en los ríos de Río Negro y Neuquén genera importantes desequilibrios en los planos sociales, económicos y ambientales.
Las cuencas son clave para la alimentación del servicio de agua potable de las grandes ciudades que miran a los ríos. Más del 70% de la población de ambas provincias tienen esta geolocalización.
La parte económica se encuentra seriamente afectada. Por un lado, gran parte de las tierras para la producción es alimentada por irrigación, clave para el desarrollo de los valles. Por el otro, está la generación que permite entregar electricidad a una parte importante del sistema nacional. Sin agua, las importaciones de energía crecerán y los dólares del Banco Central comenzarán a fluir al exterior complicando -aún más- el escenario cambiario del país.
El año hidrológico arranca tradicionalmente en abril, pero este año comenzó en mayo y con muy poca nieve”.
Matías Caso, geógrafo del área de operaciones de la AIC
Respecto de los factores ambientales, no hay mucho más que mencionar de lo presentado con mucha crudeza en la nota central de este informe especial.
Pero las estadísticas también reflejan claramente esta preocupante situación. Existen dos variables clave -entre otras- para ver lo que es la foto del actual estado de la sequía y el futuro de corto plazo que nos espera.
Para el análisis de este último punto está la dinámica que muestra la acumulación nívea en las altas montañas. La evaluación temporal del Área Cubierta de Nieve (ACN), que realiza la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), permite estimar características como: distribución, acumulación y derrame por fusión de la nieve; determinando así la humedad de la cuenca en periodo de deshielo (primavera-verano). “Las imágenes que nosotros obtenemos es por áreas, pero no de altura. Y este es un dato que nos limita, en cierto punto, a realizar proyecciones con mayor exactitud”, confió Matías Caso, geógrafo del área de operaciones de la AIC con una maestría en sistema de información geográfica, en dialogo con RÍO NEGRO.
La AIC estima el ACN mediante el procesamiento de imágenes MODIS 09 A1 y GA, estableciendo un porcentaje del área que se encuentra cubierta de nieve con respecto del área total de las subcuencas consideradas: Río Neuquén con 39.045 kilómetros cuadrados (km2), el Limay con 45.165 km2 y el área Collón Curá con 16.167 km2.
El especialista agregó, avalando los datos presentados, que “el año hidrológico arranca tradicionalmente en abril, pero este año comenzó en mayo y con muy poca nieve”. Tal como se observa en los gráficos adjuntos, el ACN en las tres cuencas fue estimado por la AIC con un valor de solo el 6% para la cuenca del Neuquén, 3% para la del Limay y 10% para la del Collón Curá, tomando el corte del 10 de agosto de este año. Las diferencias observadas respecto del la media histórica 2000-2020 son realmente llamativas y preocupantes.
El año pasado, por dar un ejemplo cualquiera, la superficie con nieve llegó al 42%, 52% y 60% en cada una de las cuencas mencionadas respectivamente.
Las gráficas muestran en definitiva que el bajo nivel de nieve acumulada en las altas montañas terminará repercutiendo en forma directa sobre el caudal de los ríos a partir de la primavera.
Las nevadas previstas para los próximos días en toda nuestra región poco podrán aportar a los niveles de acumulación, ya que se fusionará rápidamente producto de las altas temperaturas ambientes y del suelo donde se depositarán.
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