Falta de información y estrategias políticas, el dúo que impulsó el Sí a la enmienda de la Carta Orgánica de Neuquén
Se tomó con absoluta liviandad un tema tan trascendental como modificar una ley.
La voluntad popular en democracia no se discute ni cuestiona. En el caso de la enmienda que logró un amplio apoyo del electorado, sí es necesario decir que hubo una serie de cuestiones “no tan puras ni democráticas” en el mecanismo utilizado y en las estrategias que empleó el oficialismo para garantizarse el piso del 51% de votos que necesitaba para meterle mano a la Carta Orgánica municipal.
La ciudadanía fue empujada a votar a paquete cerrado la modificación de 11 artículos. Si se estaba de acuerdo con la mitad de ellos pero con el resto no, solo tres opciones tenía para manifestar su voluntad: sí a todo o no a todo. O en su defecto aplicar el voto en blanco. Y aquí estuvo la primera “trampilla”. Este voto se suma a los sufragios computables que establecen si se llega a reunir el 51% que se necesita para avanzar con el referéndum. El intendente Mariano Gaido llegó así al día de la elección sabiendo que el Sí tenía muchas más chances de ganar que de perder.
Otra de las cuestiones que dejó un sabor amargo en estos comicios fue el desconocimiento de la población sobre qué se ponía en juego en el referéndum y qué implica reformar o enmendar la principal ley de la ciudad. No hubo una campaña clara y constante para informar a la población. Se fue a las urnas sin contar con las herramientas necesarias para emitir un voto a conciencia y responsablemente.
El exconvencional y presidente de la Convención Constituyente que redactó la Carta Orgánica en 1995, Rodolfo Laffitte, dijo ayer que “se le puso a la gente una zanahoria delante de los ojos para que vote por el sí a la enmienda”. Esto tiene que ver con pegar la consulta popular a las elecciones para renovar la mitad del Concejo Deliberante, cuando debería haberse hecho por separado.
Se tomó con absoluta liviandad un tema tan trascendental como modificar una ley.
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