Falleció Julieta Vinaya sin saber quién mató a su hijo Atahualpa
Tras luchar contra una enfermedad y el letargo de los tiempos judiciales, Julieta se fue de este mundo cuando el asesinato de su hijo sigue impune.
Luego de una penosa enfermedad, dejó de existir este domingo en Viedma, la Ciudadana Ilustre de la Provincia de Río Negro, Julieta Vinaya Ajhuacho, quien abandonó este mundo sin saber qué ocurrió con su hijo Atahualpa Martínez, asesinado en 2008, y cuyo crimen se encuentra todavía impune.
Así lo confirmaron a DeViedma sus familiares de la mujer, cuya profesión era agente sanitario. Su sepelio se producirá este lunes a las 14, tras lo cual sus restos serán cremados en el Cementerio Parque de Paz de Patagones.
Varias veces estuvo internada y su salud se encontraba deteriorada en los últimos tiempos como consecuencia del trajín que le llevó buscar a los asesinos del joven. El caso, coincide con una situación similar que ocurrió con Gualberto Solano en abril de este año, padre de Daniel Solano, sin haber encontrado el cuerpo de su hijo.
Durante 10 años, la mujer encabezó las marchas por el esclarecimiento del crimen. El 15 de junio de 2008, el joven de 19 años, que cursaba el último año del secundario, salió a bailar y a la mañana siguiente del domingo lo encontraron con un tiro en la espalda. Su cuerpo apareció en un camino de tierra, a las afueras de Viedma, en la zona de la Planta Trasformadora de Electricidad.
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En el primer juicio hubo tres imputados: Belén Barrientos, Felipe Carrasco y Carlos Morales Toledo. El juez Carlos Reussi movilizó la causa cuatro años después del homicidio, en junio de 2012, y la elevó a juicio en septiembre de 2013. Finalmente, los tres fueron absueltos en octubre de 2014 pero la sentencia fue anulada por el Superior Tribunal de Justicia (STJ) que ordenó la realización de un segundo juicio que tendría que comenzar este año.
Como consecuencia de las anomalías en la investigación fue creada una comisión legislativa que ella mismo impulsó para determinar qué fue lo que finalmente ocurrió.
En diciembre de 2015, la comisión constató una continuidad de irregularidades como no haber hecho a tiempo en una campera que tenía sangre de la víctima o filtraciones de información de la causa por personal policial.
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