Espectáculos

Estrenan obra sobre Fuentealba

“Carlos Fuentealba, Clase Abierta”, del prestigioso dramaturgo Alejandro Finzi, sube a escena hoy en Junín de los Andes, a diez años del asesinato del docente neuquino. En diálogo con “Río Negro”, el autor cuenta los motivos que lo llevaron a escribir la obra.

Por Redacción

04/04/2017 22:32

Hoy sube por primera vez a escena, en Junín de los Andes, “Carlos Fuentealba, Clase abierta”, obra teatral del dramaturgo Alejandro Finzi. La función de la fecha y las del viernes y sábado próximos serán en el salón de actos del Colegio Ceferino Namuncurá, Ginés Ponte 571, donde el docente asesinado en Neuquén cursó su primaria.

A partir del viernes 14, se representará en la sala neuquina TE.NE.AS., donde estará en cartel hasta fines de mayo. El resto del año girará por Neuquén y Río Negro, y está programado presentarla en Buenos Aires en el 2018. El grupo “Los unos y los notros”, con producción general de Marcelo Lirio y dirección de Carlos Ceppeda, la estrena justo el día en que se cumplen diez años del crimen de Fuentealba.

Hablemos del autor

Cuarenta y cinco de las obras de Alejando Finzi se han montado en Argentina, países latinoamericanos, europeos y africanos. Sus textos están traducidos a siete idiomas y publicados en América Latina y Europa.

Entre las distinciones que recibió se encuentran el Prix National de l’Acte (por “Viejos hospitales”, Nancy, 82-83), el Premio Nacional de Teatro (por “La isla del fin del siglo”, Paris, 2000), el del Instituto Nacional del Teatro (11, por el conjunto de su creación) y el Konex a las Letras (2004-14).

Es profesor titular de Literatura Europea en la Universidad Nacional del Comahue y vive en Neuquén desde 1984. Trabajador incansable de la dramaturgia, charló con “Río Negro” pocas horas antes de partir hacia Junín.

Hablamos con el autor

“‘Los unos y los notros’ es un grupo de mucha trayectoria en la zona cordillerana. Ellos me hicieron ya una versión de ‘Martin Bresler’ con el protagónico de Marcelo Lirio, que ganó el Provincial de Neuquén y estuvo en la Fiesta (Nacional del Teatro) de Resistencia. Después hizo temporada en BA, en una sala del Abasto”, cuenta Finzi dando inicio a la entrevista.

P- Un equipo enorme de más de veinte personas está detrás de la puesta de “Carlos Fuentealba, Clase abierta”.

R- Sí, me parece una enormidad que me sorprende gratamente. Me han pedido los derechos por dos años, sé que piensan hacerla rodar por Argentina. Es una obra que escribí porque, como digo en el prólogo, me indignó la presencia pública en la Legislatura provincial del exgobernador que mandó a reprimir y, por lo tanto, es responsable. Yo creo que (Jorge) Sobich no puede estar libre, tiene que ir a la cárcel. Ese es el lugar que le corresponde. La Justicia debe poner las cosas en su lugar y estar a la altura de la democracia, porque si no la vivimos a medias. Mientras esta muerte, como la de tantos jóvenes en estos años, no se resuelva, no tendremos país…

Carlos es un hombre cuyo sueño más grande era volver a Junín con su familia, radicarse, criar y ver crecer a sus hijas. Lo monstruoso de la situación y de su muerte es que es como cualquier persona. Y cualquier persona no debe tener ese fin… No puede verse truncada su vida de esa manera horrible, espantosa. No es un superhéroe Carlos Fuentealba, es un maestro como decenas de miles de docentes argentinos, que tenía derecho a una vida digna; un muchacho estudioso que con mucho sacrificio llegó a ser profesor de la escuela media, igual que miles y miles de chicos que desde un lugar muy humilde lograron estar al frente de un aula. Eso es maravilloso y se traduce en un concepto de vida, de crecimiento y desarrollo formidable. No hay razón para que sea truncado por un asesino.

Yo escribí la obra con la ingenua ilusión de que el arte sirva para mostrar lo terrible de ese crimen y que hay efectivamente un cul-pable. Pensando en el futuro de nuestro país, esa persona no puede estar suelta, por el bien de los chicos que en este momento van a la escuela. Busqué una anécdota risueña para hablar a los jóvenes y mostrar que Fuentealba era un ser sencillo, lleno de humor, enamoradísimo de su familia, que quería una Argentina mejor y más justa. Y por eso fue matado. Hoy tendría 51 años…

Probablemente el arte no ayude en gran cosa, pero la palabra puesta en escena tiene una repercusión en las generaciones que nos siguen y reciben espontáneamente esa clase, la última, que representa mi obra. No se puede dejar pasar esto por alto y usé una palabra poética para decir las cosas a través de una bandurria que habla de todos los bichos con los que Carlos jugaba de chico.

P- ¿Vas a estar en el Colegio Ceferino Namuncurá?

R- Sí, con Laura (su compañera de vida). Es una emoción que nunca se va. Cada estreno es la misma magia, el mismo misterio y la misma gratitud. Que un grupo de teatro tome mi obra y la lleve a escena es un gesto de amor. Además en un lugar maravilloso como Junín, recostado contra la cordillera. Es algo muy conmovedor. Eso tiene el teatro. Ojalá la hagan mucho, puedan hacerla circular, y el 5 vamos a estar ahí, firmes.

P- Cuando concurrís a un estreno, ¿te ubicás al final de la sala para verlo a la distancia, te sentás en la primera fila…?

R- Generalmente prefiero bien adelante con Laura y vemos la obra tomados de la mano. Porque ella conoce como nadie el proceso de escritura. Me acompaña. Mientras escribo en mi oficina donde estamos hablando ahora, llega en silencio por detrás, me deja una taza de café, se va sin hacer ruido porque yo estoy trabajando. Y después es siempre la primera lectora de mis textos, la más importante y definitiva… Bueno, si después del estreno se da la ocasión, a veces me toca hablar un poquito y así.