Estelita fue arrastrada un kilómetro y medio: piden la condena del acusado
El hecho ocurrió en Fernández Oro en mayo de 2019 y la perra murió en agosto. El veredicto del juez se conocerá el 6 de abril.
El atroz sufrimiento que padeció Estelita, la perra de raza galgo de Fernández Oro, volvió a recrearse ayer durante los alegatos de cierre producidos en el juicio contra el acusado de arrastrarla atada a su automóvil. Ahora la palabra la tiene el juez Julio Sueldo, quien el 6 de abril dará a conocer el veredicto en este caso de crueldad animal. Los testigos clave son dos taxistas; uno falleció y no pudo declarar; el otro intentó modificar sus dichos.
El fiscal jefe de Cipolletti, Santiago Márquez Gauna, afirmó ayer en su alegato que el 22 de mayo de 2019, entre las 23 y la medianoche, Estelita estuvo atada a un automóvil Volkswagen blanco que la arrastró por la ruta provincial 65 (la ruta «chica») entre la toma Martín Fierro hasta la estación de servicios YPF, y hasta la calle Cerro Colorado de Fernández Oro.
«La arrastró durante un kilómetro y medio», afirmó el fiscal. La discusión gira en torno de si Jonathan Damián Jara, alias Churre, un tapicero que vive en las inmediaciones, era el que conducía el Volkswagen.
Jara lo niega, aunque en una entrevista periodística en 2019 lo habría admitido. Su abogado Pablo Barrionuevo afirmó que las pruebas no alcanzan para declararlo responsable.
Los taxistas
La noche del hecho, varias personas que esperaban el colectivo en la banquina le hicieron señas al único ocupante del Volkswagen para que se detuviera, pero él continuó la marcha. Se estima que condujo a una velocidad promedio de 30 kilómetros.
Un taxista se cruzó en su camino y le reprochó la monstruosidad que estaba cometiendo. Los aullidos de dolor de la víctima eran insoportables.
Otro taxista llegó de inmediato y presenció la escena. El hombre lloriqueó, dijo que no se había dado cuenta de que arrastraba a la perra y prometió ayudar a Estelita. Sin embargo al otro día la hermana de Jara encontró al animal no humano tirada cerca de su casa, y pidió auxilio a veterinarias de Fernández Oro.
Pese a las gravísimas heridas que sufrió, la galga tuvo un principio de recuperación pero el 4 de agosto murió por una falla hepática vinculada con la brutal agresión.
«Falta de compromiso»
El primer taxista falleció, y el segundo cambió su testimonio en el juicio. «La falta de compromiso con la justicia se exacerba cuando el testigo es una persona que circula mucho por la vía pública», dijo Márquez Gauna.
Pero aunque el chofer intentó desdecirse, su aporte fue fundamental para el caso. Conocía a Jara de antes y ayudó a identificarlo, señaló el lugar donde vivía y esa misma noche llamó a su sobrina para contarle lo que había pasado con Estelita. La joven estuvo en la escena y fotografió manchas de sangre en la ruta.
En cuanto a Jara, a los dos meses vendió el auto. Para la acusación, es otro indicio que debe tomarse en su contra.
Un acontecimiento histórico
La parte querellante, conformada por las abogadas Julia Busqueta y Noelia Baraínca, de la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (AFADA), adhirió al alegato fiscal. También lo hizo la representante de la Asociación Protectora de Animales de Fernández Oro (APAFO), Carola Correa.
Las abogadas dijeron que este es un hecho histórico y destacaron que «gran parte de la investigación y la prueba que se pudo recolectar fue a partir de ciudadanos y de ONG que realizaron un gran trabajo de investigación».
«Los animales no humanos son seres sintientes, y nadie puede disponer sobre su vida y su muerte», cerró el fiscal jefe Márquez Gauna.
Comentarios