Este es El Cantri, el barrio de la Tupac Amaru, en Jujuy
Está ubicado en las afueras de la capital jujeña. Vive bajo las reglas que impone Milagro Sala. Rige en este lugar una estricta seguridad.
ACÁ MANDA MILAGRO SALA
En el barrio Alto Comedero se encuentra el complejo que enorgullece a los tupaqueros. En sus hectáreas hay escuelas, museos, fábricas, piletas y 6.000 viviendas.
La organización social Tupac Amaru se convirtió en un tema de interés nacional por el acampe que hace 38 días mantiene en la plaza principal de San Salvador de Jujuy para reclamar contra las políticas del gobernador Gerardo Morales.
“La Gaceta” recorrió el imponente barrio con el que cuenta la agrupación que dirige, ahora desde un calabozo de la unidad penitenciaria de mujeres, Milagro Sala.
El predio ubicado en el barrio Alto Comedero, al sur de la capital jujeña, es realmente impactante. La edificación de 6.000 viviendas distribuidas en 15 etapas, una cancha de fútbol profesional, escuelas, museos, centros de salud, fábricas, un parque acuático, una iglesia y lugares de esparcimiento sorprenden a propios y extraños.
Estas obras realizadas con millonarias partidas que el gobierno kirchnerista destinó para las cooperativas de trabajo de Jujuy son el orgullo de todos los tupaqueros. Hace 15 años atrás, esta zona periférica de San Salvador era un lugar propicio para la alimentación del ganado, pero desde el 2005 se transformó en una de las áreas con mayor densidad poblacional en la provincia.
Durante la mañana el barrio de la Tupac brinda un paisaje desolador. La mayoría de sus habitantes están trabajando, otros tanto exigen la liberación de la dirigente social de 51 años en plaza Belgrano, y además los trabajos que la agrupación realiza en el barrio están detenidos como señal de acompañamiento a la protesta que llevan adelante desde hace más de un mes.
Las viviendas de este lugar son distintas, muy distintas, a la de otro barrio jujeño. En sus tanques de agua se ve impreso el rostro de José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru II), Eva Duarte de Perón o de Ernesto “El Che” Guevara; figuras emblemáticas de la agrupación. En la Tupac saben muy bien quién vive en cada vivienda. Una placa en la puerta de entrada indica la ubicación del hogar y el apellido de la familia residente.
Entre las calles pedregosas de ripio se alzan edificios de todo tipo pero uno sobresale a los demás. Una réplica de la Puerta del Sol, monumento aymara descubierto en Tiahuanaco; Bolivia, forma parte de una de las obras cumbres de la organización social. Miles de piedras y ladrillos fueron colocados allí con el objetivo de homenajear a los pueblos originarios y rendir culto al Dios Inti.
“Aquí están los vueltos que dicen que nos quedamos”, afirman enfáticamente los militantes de la agrupación que mostraron cada obra que se encuentra en este “cantri” tan elogiado como polémico.
“La Nación”, que también recorrió este lugar, cuenta: “En la cuna de la Tupac no está permitida la entrada de cualquier persona. “Si no vivís ahí, no tenés por qué entrar”, dicen, aunque en los últimos años esa restricción simbólica se alteró un poco. “Antes, las cuadras estaban cerradas para el que no era dueño de una casa. Ni siquiera los vecinos de otra calle podían entrar”, explicó un habitante mientras, con un fósforo, limpiaba de los espacios entre sus dientes los restos de hoja de coca que masticaba. La prohibición era tal que hasta había barreras que interrumpían el paso en las esquinas. Ahora sólo quedan unas cuantas y están levantadas”.
“Ayudada por los fondos que recibía de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, y por los Estados provinciales, la Tupac construyó una pequeña ciudad. El Cantri tiene escuelas, un centro cultural, un parque con esculturas de dinosaurios, un taller metalúrgico, otro textil, una iglesia, un bar, una réplica en piedra de un imponente templo inca que sirve como mirador a gran parte del barrio y una pileta descomunal decorada con esculturas de pingüinos. Esta última cerró hace poco por falta de fondos. Según aseguran allí, el gobierno del radical Gerardo Morales cortó la financiación a la Tupac, que manejaba hasta $ 45 millones mensuales sin que se supiera el destino final de ese dinero”, informa La Nación.
“Aquí se juegan las reglas de Sala, que parece no haber dejado de gobernar El Cantri a pesar de que pasó de hacerlo de su casa del barrio acomodado Cuyaya al penal de Alto Comedero. Entre esas reglas se destaca el propio sistema de seguridad, como si fuera un Estado autónomo. En el barrio hay “serenos”, que vigilan a los visitantes. Trabajan para intimidar a los extraños. Así ocurrió en una de las esquinas por donde caminó este cronista. Un hombre de unos 50 años y de baja estatura pero corpulento se acercó agitando un palo de madera oscura. Sin mediar palabra, el sereno apuntó con esa porra improvisada en la dirección opuesta a la que transitaba el visitante. Nadie que él no conociera podía pasar por esa calle”, agrega el diario porteño.
Y agrega: “Sala es la máxima líder, ejemplo a seguir, y pocos se animan a hablar mal de ella. Su detención por la acusación de múltiples delitos en medio de su enfrentamiento con el gobierno provincial por un acampe en la plaza central de la ciudad, no cambió la postura. Todos saben quién es y lo que es capaz de hacer”.
Fuentes: La Gaceta y La Nación
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