Tallos y hojas: la mejor manera de limpiar bien las verduras y aprovecharlas al 100%

La falta de conocimiento puede comprometer la seguridad y la salud de los alimentos.

El lavado profundo de los vegetales antes del consumo es clave para evitar la transmisión de enfermedades.

Muchas verduras como el brócoli, la coliflor y el apio tienen tallos comestibles sumamente beneficiosos para la salud, ya que son ricos en fibra, vitaminas y minerales.

Además, estas partes, cuando no se desechan, promueven una dieta más sostenible y consciente. Sin embargo, muchas personas no saben cómo limpiarlas adecuadamente.

Lo mismo ocurre con las verduras que tienen hojas en capas, o en ramilletes, como la lechuga, el repollo y las acelgas. Cuando compramos este tipo de alimentos, suele surgir la pregunta: ¿Es mejor desprender y lavar todas las hojas de una vez, o a medida que las consumimos?

Para colmo, muchos no saben exactamente cómo realizar una correcta higiene y qué productos o accesorios utilizar en este proceso. La falta de conocimiento puede comprometer la seguridad y la salud de los alimentos. Por eso, vamos ver a continuación lo que recomiendan los expertos sobre el tema.

No basta con lavarlas solo con agua


La limpieza del brócoli y otras verduras de la familia de las crucíferas (como nabos, coliflores, bruselas) comienza con un lavado cuidadoso de las flores y los tallos.

Hay que ponerlos bajo el grifo de agua para eliminar toda la suciedad, pero sin usar jabón ni detergente, ya que pueden absorberse.

Los tallos se deben lavar uno a uno, frotándolos suavemente con los dedos o, si se prefiere, con un cepillo. Haga esta limpieza de arriba a abajo, para que los residuos escurran por el tallo y no queden atascados en la zona interna del florete. Si encuentra insectos pequeños elimínelos abriendo suavemente los floretes con las manos.

Tras este paso entra en juego la lavandina, que es altamente eficaz para eliminar microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos), que, de estar presentes, pueden provocar enfermedades como diarrea, hepatitis A y cólera.

Agregue 1 cucharada (aproximadamente 10 ml) de lavandina al 2,5% a 1 litro de agua. Sumerja los floretes y los tallos en esta solución y déjelos en remojo durante 10 a 15 minutos. Luego escurra y enjuague nuevamente las verduras con agua corriente. Déjelas en un colador para quitar el exceso de agua o secar todo con un paño limpio o toalla de papel.

Para lavar las verduras con hojas hay dos etapas


Comience quitando las hojas exteriores, tirando de ellas suavemente desde la base para evitar romperlas. Continuar retirando capa a capa, eliminando hojas marchitas, amarillentas, estropeadas o muy sucias. Para verduras más compactas, como el repollo, puede resultar útil utilizar un cuchillo para cortar la base y facilitar la separación de las hojas.

El proceso de limpieza es similar al de las verduras con tallo. Sin embargo, antes de dejar las hojas (ya lavadas con agua corriente) en remojo con agua y lavandina, sumérgelas completamente en una solución de agua y vinagre (1/2 taza de vinagre por litro de agua) durante 10 a 15 minutos. Esto hace que cualquier insecto se desprenda de las hojas.

Luego, enjuague las hojas con agua corriente y sumérjalas en la solución de lavandina, siguiendo el proceso descrito anteriormente.

¿Limpiar en partes según se consumen o en su totalidad?


En cuanto a si las verduras deben limpiarse enteras, de una sola vez o en partes según se consumen, los expertos no se ponen de acuerdo. Algunos nutricionistas opinan que hay que higienizar todo, incluso si no lo comes.

Consideran que así facilita la preparación de los alimentos y ahorra tiempo, ya que las hojas y tallos quedan almacenados y listos para el consumo. En términos de durabilidad, si se seca bien después de la limpieza, dura más en refrigeración. Sin embargo, para ello es necesario almacenarlos en un recipiente hermético, garantizando un microambiente sellado.

Por otro lado, hay nutricionistas que prefieren desinfectar sólo lo que se consumirá inmediatamente. Afirman que se pueden volver a guardar, ya que las verduras duran hasta una semana, o más, si se compran frescas y se guardan en el fondo de la heladera, donde la temperatura es más estable.

Si hay un insecto que mordisquea la verdura, sepa que una vez desinfectada se puede consumir sin riesgo, ya que las marcas no transmiten enfermedades. Retire las partes muy dañadas y lave completamente las hojas antes de consumir.


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