En un patio chico o en el balcón: Cómo hacer tu propia huerta en casa
Es posible tener producción en espacios reducidos. Hay que usar el ingenio y poner manos a la obra. Acá te contamos cómo.
La producción agroecológica de alimentos en entornos urbanos demanda mucho compromiso. En las ciudades, la escasez de suelos disponibles y la limitación de espacios hace necesario buscar alternativas.
La planificación es fundamental: el diseño adecuado del espacio y las decisiones que tomamos ante las limitaciones determinan el éxito de nuestra huerta en un pequeño espacio.
Diseñar la huerta:
Como dijimos, lo principal es la planificación. Lo más recomendable es hacer un croquis detallado que incluya la disposición de todos los materiales necesarios para iniciar la huerta, sin olvidar considerar la trayectoria solar.
En este esquema, especificar qué especies se deben asociar para lograr cosechas abundantes y alimentos saludables. Acá está lo que podés plantar en el mes de mayo.
Antes de comenzar, el espacio debe estar adecuadamente acondicionado.
Selección de materiales:
Una vez definido el espacio para la huerta, es momento de considerar los materiales necesarios para su construcción.
Las opciones de recipientes son innumerables y pueden encontrarse fácilmente en el hogar: desde bidones y botellas de plástico hasta cajones de madera (por ejemplo, los de verdulería), tachos de pintura, canastos, neumáticos, bolsas plásticas, pallets, caños de PVC y baldes.
Es necesario preparar adecuadamente estos recipientes, asegurándonos de higienizarlos y de que no tengan residuos de sustancias peligrosas.
En el caso de recipientes cerrados, hay que perforar el fondo para facilitar el drenaje del exceso de agua.
Es importante distinguir entre los recipientes destinados a la siembra de almácigos (con una profundidad menor a 20 centímetros) y aquellos que servirán como cajones de cultivo (con una profundidad mayor a 20 centímetros).
Qué considerar a la hora de elegir el lugar:
– Horas de luz: Se requieren al menos cuatro o cinco horas de luz solar directa en el área de la huerta. Con menos horas de luz, es posible planificar el cultivo de hortalizas como lechugas, acelgas de temporada, rabanitos, apios, así como algunas hierbas aromáticas como perejil, cilantro, tomillo y orégano.
– Vientos: Los vientos pueden ser perjudiciales para las plantas de hoja y para los tomates y causar daños a las plantas. Por lo tanto, es importante contar con protección, como plantas trepadoras que actúen como barreras contra el viento, o cultivar leguminosas o plantas enredaderas con flores.
– Suministro de agua: Si no hay una fuente de agua cercana, es fundamental contar con una manguera para proporcionar riego. Además, se puede considerar la planificación de un sistema de riego por goteo en el futuro.
– Terrazas o balcones: Es esencial evaluar los puntos donde se puede soportar peso dentro del espacio de la huerta. Por lo general, las macetas se colocan cerca de las paredes, donde se encuentran las vigas estructurales.
– Mascotas: Si hay mascotas en el hogar, es necesario cercar el área de la huerta para evitar que entren en contacto con las plantas o sus deposiciones.
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