Sociedad Estar bien

Baños de estepa o montaña, en Aluminé: cómo estar bien, según Agustín Marconi, experto en trekking

“Hay que ganarle altura a las preocupaciones”, afirma este referente del senderismo en esta zona de Neuquén. Todos los beneficios que nos aporta salir a caminar a nuestra salud, uno por uno. Video y fotos para entusiasmarse.

El español Juanjo Garbizu, que es uno de los pioneros del “slow mountain” a nivel mundial, escribió hace poco “Monterapia: cuesta arriba se piensa mejor” (editorial Diëresis), donde sostiene que caminar por los montañas puede ser una experiencia que nos ofrezca una buena dosis de sabiduría sobre la amistad, la soledad, la confianza, las velocidades de este tiempo y la necesidad de una pausa en nuestras vidas.

Para él, velocidad y montaña son dos cuestiones que se contraponen: “ni se trata de llegar sin oxígeno a no sé cuantos cientos o miles de metros ni llegar antes que otro”, afirma.

En los alrededores de Aluminé, un grupo de vecinos y turistas liderados por Agustín Marconi.

Salir a caminar es para él, en síntesis, ir al ritmo de cada uno sin complejo alguno, “gozar del espacio abierto, el cielo, la luz. Comerte una mandarina que tendrá un sabor distinto al de siempre”.

Todo es nuevo sobre la montaña. El cerebro funciona a un ritmo más provechoso y creativo. Ya lo sabían los filósotos de la Grecia Antigua que sacaban a sus problemas a caminar para encontrar soluciones o relativizarlos.

“Hay que ganarle altura a las preocupaciones”. Este es es lema de otro experto en salir a caminar por los lugares tan bellos que tiene Aluminé, Agustín Marconi (32), creador de un emprendimiento de trekking, quien desde hace años conduce grupos de caminatas por las estepas, los cerros y las montañas de la región.

«Adentrarse en la naturaleza para volvernos a reconectar»: es es la invitación para «estar bien». Acá en un recorrido por Aluminé.

“Cuando se va subiendo por los cerros o caminando por los senderos uno va dejando las preocupaciones atrás, van perdiendo gravedad, las ves pequeñas, bien pequeñas”, reflexiona.

Es cierto que cada quien llega con un propósito o inquietud diferente, distingue Agustín. “Están quienes buscan la mera recreación, conocer gente nueva, entrenarse para objetivos superiores, respirar aire puro… pero a todos los une lo mismo: descubrir la naturaleza para conectarse con ella”, apunta el entrevistado.

Está científicamente demostrado que, por ejemplo, paseando por un bosque se reduce el cortisol, que es la hormona previa a la depresión. Y mientras se asciende un monte o una montaña, se activa el hemisferio derecho del cerebro, potenciando de esta manera la intuición y la creatividad.

En un stop del recorrido que propone Agustín Marconi, los senderistas quieren su registro personal.

“Para las personas que buscan mayor exigencia hacemos ascensos que tienen más dificultad y requieren mayor intensidad como los que plantean los cerros Chachil, Cachil, Llorón y Melun o bien el Cordón del Catan Lil, entre otras opciones”, comenta.

También propone senderos cortos alrededor del pueblo, como ir al Cañadón de los Cipreses, caminatas al cerro Chachil y las lagunas. Para la temporada de primavera-verano están las caminatas dentro del Parque Nacional Lanín, cerro Rica Choroy y Huella andina.

Agustín comenzó a los 15 años a caminar por los alrededores de Aluminé con amigos. “Me gustaba aventurarme con ellos. Ricardo Solano, vecino y amigo, fue quien me llevó a dar mis primeros pasos en la montaña, a disfrutarla, aprender de ella y conocerla”, recuerda.

Gentileza: Agustín Marconi

Al terminar el secundario estudió en la Escuela Provincial de Guías de Alta Montaña y Trekking de la ciudad de Mendoza. “Agradezco tantas enseñanzas y aprendizajes en esta escuela pública con más de 30 años de trayectoria. Desearía en un futuro seguir estudiando en esta institución para alcanzar el título de guía de montaña. Mi actividad requiere de una formación continua y actualizada, para brindar mayor seguridad. Ahora estudio primeros auxilios en zonas agrestes, rescate, entrenamiento, entre otras”.

Está convencido que cuando uno se adentra en la naturaleza “vuelve al origen mismo de la vida, punto en que se abren posibilidades de sanar y armonizar muchos aspectos de nosotros mismos”.

Sin ponernos muy místicos, Agustín puede y sabe enumerar los beneficios que el organismo recibe al estar caminando, tomando baños de bosque o montaña. Enumera:

– Disminuyen la actividad del sistema nervioso simpático (causante del estrés).

– Aumentan la actividad del sistema nervioso parasimpático (causante de la sensación de descanso).

– Reducen la hipertensión.

– Fortalecen el sistema de inmonológico.

– Otorgan mayor capacidad respiratoria.

– Reducen la frecuencia cardíaca y la tensión arterial.

– Descienden los niveles de glucosa en la sangre.

– Nos hacen sentir más positivos y vitales.

– Bajan los niveles de estrés, ansiedad, insomnio y depresión…

…Agustín sigue enumerando.

“Lidero grupos que van desde los 18 a los 65 años, aunque en el entrenamiento también participa una persona con 68 años que disfruta mucho de las salidas y su edad no es una limitante para participar, sino más bien es un incentivo y una motivación para el resto del grupo al verla caminar y superar cada aventura”, comparte .

¿La técnica para lograr todos estos beneficios? Muy simple, concluye Agustín: “solo hay que adentrarse en el sendero, el bosque, la estapa, la montaña o el parque urbano y caminar, sentarse, estirarse, observar el entorno natural, sentir, disfrutar del silencio y los sonidos del lugar, oler las flores y los árboles que están a nuestro paso, respirar profundamente. Para después volver a casa, más livianos”.

En Aluminé, una de las tantas salidas de senderismo local.

Para saber más de Agustín Marconi

“Nací en La Plata y me crié en Aluminé. ¡Qué suerte que mi familia eligió este pueblo de Neuquén para vivir!”

“También tuve la fortuna de tener como gran amigo y vecino a Ricardo Solano, una persona apasionada por las caminatas en la montaña y las actividades relacionadas a ésta. Con él comencé a caminar en la adolescencia recorriendo muchos senderos y subiendo montañas increíbles que están en el departamento Aluminé y hasta el día de hoy me sigue acompañando y compartiendo sus saberes conmigo”.

“Mis amigos, que siendo adolescentes me acompañaron siempre en la aventura que significaba. Nos divertíamos conociendo nuevos lugares, exponiéndonos a nuevos desafíos. Recuerdo a Franco, Mati, Rami, Migue, Guille, Hugo y Alan”.

“La montaña siempre te hace de nuevos buenos amigos y hoy en día sigo caminando y aprendiendo de nuevas personas”.

“La amistad para mi es un gran capital. Ellos me hacen crecer y ser mejor persona… como Rodolfo Pepa, Martín Quintana, Leopoldo Contreras, Pancho Oliveira, Mauro Solano, Nehuen Possamay y tantos más que no quiero dejar de recordar. También a todas las personas que fui conociendo mientras cursaba la tecnicatura, personas con tanta experiencia con las que aprendí muchísimo”.

“En este momento hacemos salidas todos los sábados con un grupo de entrenamiento abierto tanto para la gente del pueblo como para turistas que estén visitando la localidad, recorremos circuitos cortos tratando de conocer cada rincón de nuestro pueblo. Cada estación del año tiene su belleza y en esta época inverna el paisaje cambia totalmente, vistiéndose de blanco, los ríos y arroyos se llenan de agua y las cascadas están en su mejor momento”.


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