Plantas de interior: por qué las hojas se ponen amarillas y cómo solucionarlo
Acá te dejamos consejos y soluciones para que tu planta recupere su color y dure todo el año.
Cuando las hojas de tus plantas se vuelven amarillas, es un indicio claro de que algo no está funcionando correctamente. Es fundamental identificar la causa para poder solucionar el problema a tiempo.
Estas son las razones comunes por las que las hojas de tus plantas se vuelven amarillas:
1) Riego Inadecuado:
– Exceso de agua: Si las hojas de tu planta se vuelven amarillas y la tierra está constantemente húmeda, es probable que estés regándola en exceso. Esto puede llevar a la pudrición de las raíces.
– Falta de agua: Por el contrario, si la tierra está seca y las hojas amarillas, tu planta necesita más agua. La planta puede deshacerse de sus hojas para reducir la pérdida de agua.
2) Mal Drenaje:
Un sustrato que no drena adecuadamente puede causar que el agua se estanque, lo que también puede amarillear las hojas. Asegurate de que tanto el suelo como la maceta permitan un buen drenaje.
3) Iluminación adecuada:
– Falta de luz: La fotosíntesis es crucial para las plantas, y la falta de luz puede hacer que las hojas se vuelvan amarillas.
– Exceso de Luz: Demasiada luz directa puede quemar las hojas y causar que se vuelvan amarillas. Es importante colocar las plantas en un lugar adecuado según sus necesidades de luz.
5) Falta de hierro:
La clorosis férrica ocurre cuando la planta no absorbe suficiente hierro, lo que se puede notar si la nervadura de las hojas sigue verde mientras el resto se pone amarillo.
También puede tener falta de nitrógeno, que es esencial para el crecimiento y el color verde de las plantas. Un fertilizante rico en nitrógeno puede corregir esta deficiencia.
6) Plagas:
La presencia de insectos puede debilitar a la planta y hacer que sus hojas se vuelvan amarillas. Inspeccioná tus plantas regularmente y usá insecticidas naturales si es necesario.
Cómo hacer que las plantas de interior no se pongan amarillas: consejos y soluciones
1) Riego Adecuado: Ajustá la cantidad de agua que le das a tus plantas según sus necesidades específicas y asegúrate de que el agua drene correctamente.
Revisa la Iluminación: Colocá tus plantas en lugares con la cantidad de luz apropiada para su especie.
2) Nutrición: Utilizá fertilizantes adecuados y verifica el pH del suelo para asegurar que la planta pueda absorber los nutrientes necesarios.
3) Control de plagas: Inspeccioná tus plantas regularmente y trata cualquier infestación de inmediato para evitar daños mayores.
Detectar a tiempo y abordar las causas de las hojas amarillas puede salvar a tus plantas y devolverles su salud y vitalidad.
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