Paso a paso: cómo cultivar cactus miniatura y qué cuidados necesitan
Conseguí las semillas y seguí estos consejos para que crezcan sanos y fuertes. Te contamos cómo protegerlos.
La jardinería es un arte lleno de secretos que permiten alcanzar resultados espectaculares. Si sos un apasionado de los cactus, te explicamos cómo cultivar cactus miniatura de manera sencilla. Estas plantas son populares debido a que requieren de cuidados mínimos y pueden vivir mucho tiempo.
Cultivar cactus miniatura no solo embellece tu hogar, sino que también puede ser una forma relajante de invertir tu tiempo. La jardinería tiene beneficios comprobados, como la reducción del estrés y la disminución de los niveles de ansiedad, entre otros.
Para comenzar a cultivar cactus miniatura, primero hay que conseguir semillas. Hay una gran variedad para elegir, como las suculentas, jade, san pedro, nopal, entre muchas otras. Una vez que tengas las semillas, necesitás un sustrato adecuado. Una mezcla de turba y arena gruesa es ideal para que la semilla pueda germinar correctamente en la maceta.
El siguiente paso es colocar el sustrato especial en la maceta donde deseas que crezca tu cactus. Después, colocá la semilla y regá al menos una vez por semana. El proceso de crecimiento puede tardar hasta seis meses para que el cactus alcance su tamaño adulto.
Para mantener tu cactus en tamaño miniatura, elegí una maceta pequeña y realizá podas periódicas si el cactus crece demasiado. Estos pequeños cuidados asegurarán que tu cactus se mantenga compacto y saludable. Además, es importante que tu cactus reciba abundante luz solar, ya que estas plantas disfrutan mucho de las temperaturas elevadas.
Siguiendo estos consejos de jardinería, tus cactus miniatura se verán en su mejor forma. Con cuidados mínimos, estas plantas son una excelente opción para quienes buscan una decoración natural y de bajo mantenimiento para su casa.
Cómo cuidar tu cactus miniatura para que crezca fuerte: seguí estos tres consejos.
1- Ubicación y Luminosidad
Un cactus es una planta que puede tolerar tanto el exceso de luz como la oscuridad, pero para crecer saludablemente necesita la luz del sol. Las variedades con espinas o vellos requieren menos horas de luz, mientras que las que tienen menos espinas necesitan más sombra y ventilación.
Si decidís colocar tus cactus junto a ventanas, es importante evitar que los rayos del sol les den directamente, ni siquiera a través del cristal. Podrás notar que están recibiendo demasiada luz si sus colores se tornan amarillentos o blanquecinos. Algunas variedades de cactus prefieren la luz indirecta y lugares más oscuros, aunque nunca deben estar en sitios sin ninguna entrada de luz. Si observas que los cactus adelgazan, es una señal de que necesitan más luz.
Los cactus también pueden ubicarse en la cocina o el baño, ya que les beneficia absorber la humedad del aire. Respecto al tipo de contenedor, las macetas de arcilla o barro barnizado son las más adecuadas. Para cactus pequeños, podés usar macetas de aproximadamente 10 cm de diámetro y 12 cm de profundidad, y luego trasplantarlos a medida que crezcan.
El mejor momento para trasplantar es en primavera o verano, cuando los cactus están más fuertes y pueden adaptarse mejor al cambio. Tras el trasplante, es recomendable mantenerlos a la sombra durante un par de días y reducir al mínimo el riego para facilitar su adaptación. Además, las macetas siempre deben tener agujeros de drenaje para evitar el exceso de agua.
2- Riego
Los cactus son plantas adaptadas para sobrevivir en climas desérticos, y pueden tolerar tanto altas como bajas temperaturas, además de períodos prolongados de sequía. Su bajo consumo de agua es una ventaja para quienes tienen poco tiempo o experiencia en jardinería.
Durante las altas temperaturas, el riego debe realizarse una vez cada siete días. Con temperaturas inferiores a 20 grados, el riego puede espaciarse a una vez cada 20 días aproximadamente. Es recomendable colocar el cactus sobre un plato y regar el plato para que la planta absorba el agua por capilaridad, evitando así la aparición de hongos.
Si decidís regar directamente, un atomizador puede ayudarte a evitar el exceso de agua. Además, puedes añadir fertilizante al agua de riego para nutrir las raíces.
3- Fertilizante
La cantidad de fertilizante depende del tamaño del cactus. Existen fertilizantes específicos con un equilibrio de nutrientes como nitrógeno, potasio y fósforo, y sus instrucciones de uso vienen detalladas en el etiquetado. Para obtener cactus espléndidos en primavera, es recomendable abonarlos en otoño, al menos una vez cada dos semanas, y luego una vez que aparezca el primer brote de flor para apoyar la floración.
El sustrato debe facilitar el drenaje del agua. Podés mezclar arena negra y perlita para evitar el estancamiento del agua que puede pudrir la planta. La cantidad de sustrato no debe cubrir el cuello de la planta, ya que sus raíces crecen de forma horizontal.
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