Las plantas trepadoras que resisten el calor, son fáciles de cuidar y están verdes todo el año

Ideales para embellecer cercos, muros y fachadas aportando frescura y armonía natural a cualquier espacio abierto.

Para quienes cuentan con un jardín, patio o balcón, las plantas trepadoras se presentan como una opción ideal. Estas especies aportan color y frescura a los espacios, creando una atmósfera elegante y natural. Además, muchas de ellas son perennes, lo que significa que mantienen su follaje todo el año. En esta nota, repasamos siete plantas trepadoras que no solo resisten tanto el frío como el calor, sino que también embellecen cualquier entorno.

A la hora de elegir una enredadera es importante seguir algunos criterios que nos van a ayudar a elegir la más adecuada de acuerdo al lugar o una función determinada: tapar un muro, cubrir una pérgola, usar como límite sobre un alambrado o decorar.

En todos los casos, la enredadera puede ofrecernos un plus que terminará por conquistar completamente nuestros sentidos: su aroma.

Siete plantas ideales como enredaderas:


1. Santa Rita

La Santa Rita, también conocida como buganvilla, es una de las trepadoras más populares por su resistencia y colorido. Aunque sus flores verdaderas son pequeñas y blancas, lo que realmente destaca son las brácteas que las rodean, disponibles en tonos vibrantes como el rosa, violeta, rojo, naranja y blanco. Esta planta puede crecer hasta 12 metros de altura, siempre que reciba pleno sol y cuente con un suelo bien drenado. Es resistente a heladas leves, lo que la hace ideal para regiones con inviernos suaves. Además, requiere poda para mantener su forma y tamaño bajo control.

2. Hiedra común

La hiedra común es una planta trepadora versátil que puede cubrir grandes superficies en poco tiempo. Con una capacidad de extenderse hasta 30 metros, es ideal para cubrir muros o cercos, aunque se debe controlar mediante poda para evitar que se vuelva invasiva. Prefiere la luz indirecta o semisombra y se adapta bien a diferentes climas, tolerando tanto el frío como el calor. Sin embargo, es importante tener precaución, ya que tanto sus hojas como bayas son tóxicas si se ingieren.

3. Glicina

La glicina es una de las trepadoras más llamativas por sus racimos de flores violetas que cuelgan en cascada durante la primavera. Esta planta, que puede crecer entre 10 y 30 metros, necesita pleno sol para florecer, aunque también tolera áreas de sombra parcial. Requiere suelos húmedos pero bien drenados, y una poda regular es esencial para controlar su rápido crecimiento y estimular la floración. Al igual que otras plantas trepadoras, la glicina también es tóxica si se ingiere.

4. Jazmín de invierno

El jazmín de invierno es perfecto para aquellos que desean color en sus jardines durante los meses más fríos. Sus flores amarillas aparecen en pleno invierno, cuando muchas otras plantas están en reposo. Aunque esta especie de jazmín no es conocida por su perfume, su resistencia al frío la convierte en una opción ideal para climas templados y fríos. Necesita pleno sol y riego moderado, evitando tanto el encharcamiento como la sequía extrema.

5. Clemátides

Con más de 300 variedades, las clemátides ofrecen una amplia gama de opciones en cuanto a tamaño y color de flores. Algunas variedades son perennes y otras caducas, dependiendo del clima. Estas plantas pueden alcanzar entre 2 y 12 metros de altura y prefieren suelos húmedos y bien drenados. Es importante elegir la variedad adecuada según el clima de la región y realizar una poda adecuada para mantener su salud y estimular la floración.

6. Madreselva

Conocida por sus flores tubulares y su dulce perfume, la madreselva es otra opción excelente para quienes buscan una planta trepadora resistente. Sus flores, que pueden ser blancas, amarillas, rojas o rosas, atraen a polinizadores como abejas y colibríes, lo que la convierte en una planta ideal para jardines orientados hacia la biodiversidad. La madreselva puede crecer hasta 6 metros y es resistente tanto al frío como al calor. No obstante, es importante controlar su crecimiento mediante poda, ya que puede volverse invasiva.

7. Rosales trepadores

Los rosales trepadores son perfectos para quienes desean llenar su jardín de color y aroma. Estas plantas pueden crecer entre 2 y 6 metros, dependiendo de la variedad, y requieren al menos seis horas de sol directo al día. Aunque sus hojas son caducas y caen en invierno, los rosales trepadores florecen abundantemente en primavera y verano, aportando un toque romántico al jardín. Es esencial protegerlos en climas muy fríos y realizar una poda adecuada para garantizar una floración óptima.


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