La planta trepadora que llena de colores el jardín: muy fácil de cuidar y se adapta a cualquier clima
En verano está en su momento de explosión floral. Es una opción ideal para crear cercos bien coloridos.
Si estás buscando una planta que transforme tu jardín en un espectáculo de color durante los meses más calurosos, la buganvilla (Bougainvillea spp.) es una opción imbatible. Resistente, de bajo mantenimiento y con una floración que roba miradas, esta trepadora mediterránea es la compañera perfecta para el verano.
La buganvilla es una de las pocas plantas que parecen no inmutarse frente a las altas temperaturas del verano. Originaria de climas cálidos, esta especie está perfectamente adaptada para resistir el sol abrasador y crecer esplendorosamente incluso en los días más calurosos. Su capacidad para prosperar en entornos soleados la convierte en una opción ideal para patios y jardines en regiones con veranos intensos.
Cuidados básicos para un desarrollo espectacular
Una de las grandes ventajas de la buganvilla es que no requiere cuidados complicados para lucir radiante. Aquí te dejamos algunos consejos:
- Luz y ubicación: Asegúrate de plantarla en un lugar con abundante luz solar directa. La buganvilla necesita al menos 5-6 horas de sol al día para florecer al máximo.
- Riego moderado: Esta planta prefiere un riego moderado. Evita encharcarla y asegúrate de que el suelo tenga buen drenaje. Durante el verano, riega aproximadamente dos veces por semana.
- Poda regular: Para estimular su floración y mantener una forma atractiva, pódala ocasionalmente, eliminando las ramas secas o débiles.
- Sustrato enriquecido: Aunque no es exigente, un suelo bien nutrido puede ayudar a que florezca con más intensidad.
Cómo embellece tu espacio
La buganvilla no solo es resistente y fácil de cuidar, sino que también aporta un toque decorativo único. Sus flores, que en realidad son brácteas, vienen en tonos vibrantes como rosa intenso, púrpura, naranja, rojo e incluso blanco. Estas tonalidades contrastan maravillosamente con su follaje verde, creando un efecto visual espectacular. Además, es perfecta para cubrir pérgolas, muros, cercas o cualquier estructura que quieras transformar en un rincón de ensueño.
Más allá de su belleza, la buganvilla también aporta sombra y frescura, haciendo de tu patio un lugar más agradable para disfrutar durante los días de calor. Si buscas una trepadora todoterreno que sea un verdadero deleite para los sentidos, no dudes en apostar por esta joya mediterránea.
Jardín en verano: cuánto, cuándo y cómo regar para no quemar el césped ni las plantas
Tanto en el césped como en nuestras plantas en general, un buen uso en el riego de nuestro jardín evitará el derroche de agua y asegurará un correcto desarrollo de las plantas. No solo eso: otra costumbre que deberíamos implementar es la de almacenar el agua en aquellas zonas donde las lluvias no son tan frecuentes.
Regar con responsabilidad es saber proveer la cantidad necesaria de agua de manera adecuada a nuestras plantas. El uso correcto del principal recurso natural es fundamental para la vida de todas las especies. Por eso debemos aprender de una buena vez a cuidarla y defenderla, sin discusión alguna.
El ingeniero agrónomo y profesor facultativo de Neuquén, Norberto Raffo, explicó que “si hablamos de cuanto regar, debemos suministrar la cantidad de agua que el suelo y la planta pierde diariamente”.
La ganancia de agua en un jardín se da de dos maneras, aclaró: “uno por las lluvias y otro por el riego artificial”. Si la zona de clima donde nos encontramos es desértica y la media anual de lluvia es de aproximadamente 200 milímetros por año, para las necesidades de un parque o jardín residencial se considera insuficiente. Además, estas lluvias tienen una mala distribución: poco en verano y más en otoño.
“Por lo tanto, ese déficit se debe cubrir con el riego artificial”, afirmó; y “las pérdidas de agua de un jardín se presentan primero a través de la evaporación natural del suelo; y segundo por la transpiración de las plantas, a través de sus hojas, para cumplir sus funciones vitales”.
Según el experto, la suma de estas dos pérdidas se llama “evapotranspiración”, y en nuestra zona, su máximo valor se ubica alrededor de los 8 a 10 mm por m2 por día, lo que nos lleva a decir que deberíamos agregar entre 8 a 10 litros por m2 por día (1mm de lluvia o riego equivale a 1 litro por m2). Por lo tanto, esto nos permite calcular la cantidad de agua necesaria para regar un jardín. Por ejemplo, si tenemos un parque o jardín de 100 m2, en un día caluroso se debería agregar 1000 litros por día.
Raffo explicó que “si el riego se produce a través de una cisterna es muy fácil calcularlo. Dependiendo de la capacidad de esta, se utiliza el agua suficiente y necesaria en el caso de que el riego se haga a través de perforaciones -o sea, agua subterránea-. A través de un sistema por aspersión o goteo dependerá del tipo de emisor y el distanciamiento entre ellos. Por otro lado, considerar la pluviometría -cantidad de lluvia- de ese sistema. Si el sistema entrega 45 mm por hora y se necesita 10 mm (10 litro/m2 por día), con tener 15 minutos encendido el sistema será suficiente”, relató.
Comentarios