La planta del verano: este árbol es ideal para canteros y tiene la floración más prolongada
Es muy fácil de cuidar y su crecimiento es rápido. Conocé la guía para que estalle de flores en diciembre y enero.
La gaura (Gaura lindheimeri) es una de esas plantas que no pasa desapercibida en los jardines modernos. Su aspecto delicado, combinado con una sorprendente resistencia, ha hecho que esta herbácea perenne se convierta en una favorita de paisajistas y aficionados a la jardinería. Además de su capacidad para llenar de color y textura los espacios, ofrece una floración prolongada que puede disfrutarse durante gran parte del año.
Una de las características que hacen única a la gaura es su movimiento. Cuando el viento atraviesa sus delgados tallos y flores, parece que el jardín cobra vida. Este dinamismo la convierte en una opción ideal para quienes desean añadir un toque de fluidez y naturalidad al diseño de sus espacios exteriores.
Alcanzando alturas de más de un metro y extendiéndose en diámetros de hasta 60 centímetros, cada planta individual puede destacar por sí sola o formar matas que llenen de encanto canteros y bordes de senderos. Sus pequeñas flores, en tonos blancos o rosados, emergen con intensidad durante la primavera y el verano, pero lo más sorprendente es cómo el blanco de sus pétalos resalta incluso bajo la luz de la luna.
Un cultivo sencillo pero con cuidados específicos:
La gaura no es una planta exigente, pero tiene ciertas necesidades que es importante considerar para que luzca en todo su esplendor. Prefiere suelos sueltos y bien drenados, ya que la acumulación de agua puede dañarla. Aunque tolera la falta de agua ocasional, es aconsejable mantener un riego moderado para asegurar una floración continua y vigorosa.
Un consejo práctico para quienes la cultivan en suelos fértiles es podarla cuando los tallos comiencen a inclinarse. Este problema, habitual en terrenos ricos en nutrientes, puede solucionarse fácilmente para conservar la forma erguida de la planta.
Adaptable a distintos estilos de jardín
Una de las grandes ventajas de la gaura es su versatilidad. En jardines con estética silvestre, aporta un aire despreocupado y natural que combina perfectamente con otras herbáceas y arbustos. También puede incluirse en diseños más formales, como bordes de canteros o combinada con arbustos podados.
Gracias a su capacidad de destacar tanto de día como de noche, se convierte en una excelente opción para jardines que se disfrutan en ambos momentos. Sus flores blancas reflejan la luz en la oscuridad, ofreciendo un espectáculo único para los amantes de los jardines nocturnos.
Cómo multiplicar la gaura:
Si bien es una planta que no requiere demasiada intervención, multiplicarla es un proceso sencillo que asegura su renovación y expansión en el jardín. La gaura se propaga mediante la división de matas, un procedimiento que puede realizarse tanto en otoño como en primavera. Esta técnica no solo permite reproducir nuevas plantas, sino que también ayuda a mantener la vitalidad de las existentes.
La gaura no solo se valora por sus flores, sino también por el impacto visual que genera. Su presencia en jardines añade textura y volumen, además de un efecto casi hipnótico cuando el viento mueve sus tallos. Por esta razón, es común verla flanqueando senderos, adornando patios soleados o como punto focal en espacios abiertos.
Al elegir plantas para un jardín, es importante considerar aquellas que aporten algo más que belleza. La gaura no solo es estéticamente atractiva, sino que también es funcional, resistente y fácil de cuidar, lo que la convierte en una aliada perfecta para jardineros principiantes y expertos por igual.
Si buscás transformar tu jardín con una planta que combine dinamismo, elegancia y practicidad, la gaura es la opción ideal. Anímate a cultivarla y disfrutá de un espacio lleno de vida y movimiento durante todo el año.
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