Jazmines | Cómo conservarlos en agua y evitar que se oxiden: estos trucos son efectivos y fáciles

Mantener los jazmines frescos y perfumados es más fácil de lo que parece. Con estos cuidados, podés prolongar su belleza y disfrutar de su aroma único por más tiempo.

El desarrollo saludable de los jazmines no solo depende de una correcta hidratación, sino también de evitar factores que puedan dañar sus hojas o flores.

Los jazmines son una de esas plantas que logran combinar elegancia, simplicidad y un aroma inconfundible, convirtiéndose en una elección clásica para decorar y aromatizar espacios. Sin embargo, mantenerlos frescos y en buen estado después de cortarlos requiere algunos cuidados especiales.

Esta especie tiene características únicas que la diferencian de otras flores. Por ejemplo, su tallo no favorece la absorción de agua de manera eficiente, lo que puede dificultar su conservación si no se toman medidas específicas. Saber cómo tratarlos puede marcar la diferencia entre un jazmín que se mantiene fresco por días y uno que rápidamente pierde su belleza y aroma.


El secreto para mantener frescos los jazmines:


Para evitar que los jazmines se marchiten o adquieran un tono amarillento que indique falta de cuidado, es importante cortar la parte inferior de los tallos. Este corte debe ser limpio y preciso, eliminando las áreas que no faciliten la absorción de agua. Luego, colocá las flores en un recipiente con agua tibia, ya que esta temperatura mejora la hidratación.

Otro consejo clave es renovar el agua cada dos o tres días y variar la ubicación del recipiente, buscando un lugar fresco y alejado de corrientes de aire o luz solar directa. Para potenciar la conservación, podés agregar al agua una cucharadita de azúcar o sal, lo que ayudará a prolongar la frescura y aumentar el aroma característico de los jazmines.

Gentileza.

El desarrollo saludable de los jazmines no solo depende de una correcta hidratación, sino también de evitar factores que puedan dañar sus hojas o flores. Uno de los problemas más comunes es el amarillamiento de las hojas, que generalmente indica una falta de hierro o un riego inadecuado.

Es fundamental mantener un equilibrio en la humedad: el exceso de agua puede ser tan perjudicial como la sequía. Además, es crucial estar atentos a la aparición de plagas que puedan afectar tanto las hojas como las flores. Si detectás signos de infestación, actuá rápidamente utilizando métodos naturales o productos específicos que no dañen la planta.

Con los cuidados adecuados, los jazmines no solo conservarán su frescura, sino que liberarán su característico perfume con mayor intensidad, llenando cualquier espacio de un aroma relajante y natural. Incorporar estas prácticas te permitirá disfrutar de esta planta al máximo, realzando su belleza y manteniendo su esencia única por más tiempo.


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