Huerta en casa | cómo sembrar lechuga con o sin semillas: rápido y fácil

Descubrí una técnica práctica y sencilla para sembrar tus propias lechugas, sin necesidad de contar con un jardín o macetas.

Con la llegada de octubre, la primavera despliega su máximo esplendor, convirtiendo este mes en uno de los momentos más propicios para iniciar una huerta en casa. El aumento gradual de las temperaturas y la disminución de las heladas crean el ambiente perfecto para cultivar una amplia variedad de alimentos y flores, logrando cosechas rápidas que se extenderán durante el verano.

La lechuga es uno de los vegetales más versátiles y comunes en la mesa de los argentinos. Cultivarla en casa es una excelente opción, ya que su proceso es sencillo y puede adaptarse a diferentes métodos, con o sin semillas. Con algunos cuidados básicos, podés obtener una cosecha en pocos meses. Aquí te mostramos el paso a paso para hacerlo correctamente.

Existen dos momentos clave para la siembra de lechuga:

  • De febrero a mayo: ideal para la lechuga de otoño.
  • De agosto a octubre: la temporada óptima para la lechuga de invierno.

La lechuga requiere entre tres y cuatro meses desde su siembra hasta su cosecha, por lo que es importante elegir el momento adecuado para garantizar una producción saludable.

Cómo sembrar lechuga utilizando semillas:


Aunque la lechuga puede crecer directamente en el terreno, es recomendable iniciar su crecimiento en semilleros. El sustrato de estos debe ser de excelente calidad, con un 30-40% de abono orgánico, como el humus de lombriz, para asegurar el correcto desarrollo de las plantas.

Al sembrar las semillas, lo ideal es que queden a una profundidad de 1 cm o menos, de modo que las plántulas puedan germinar fácilmente. Además, es importante que la tierra no esté compactada.

Uno de los factores clave para el éxito del cultivo de lechuga es mantener una adecuada hidratación, ya que esta planta no tolera la falta de agua. El riego debe ser generoso, sin llegar a encharcar la tierra ni mojar excesivamente las hojas.

Cultivar hortalizas en macetas es una excelente opción si no tenés espacio. Foto gentileza.

A los cuatro o cinco días de la siembra, comenzarán a aparecer los primeros brotes. Si durante este tiempo las temperaturas bajan o hay riesgo de heladas, es recomendable cubrir las plántulas para protegerlas del frío.

Una vez visibles los brotes, el siguiente paso es trasplantarlos a semilleros individuales. Este proceso evita que las plantas compitan por los nutrientes y el agua. En esta etapa, es fundamental seguir con un riego regular y constante, tal como se hizo en la primera fase.

Cómo trasplantar las semillas:


Después de una o dos semanas, las lechugas estarán listas para su trasplante final a una huerta o una maceta. Se debe dejar un espacio de aproximadamente 20 cm entre cada planta para que crezcan correctamente, y es conveniente enriquecer el suelo con abono.

Si los días son demasiado calurosos, es importante evitar que las lechugas reciban luz solar directa, ya que esto podría provocar que florezcan prematuramente, deteniendo el crecimiento de las hojas.

Siguiendo estos simples pasos, en un plazo de dos a tres meses podrás disfrutar de lechugas frescas y listas para consumir.

Cómo sembrar lechugas sin semillas:


Otra opción interesante es cultivar lechuga utilizando una que ya hayas comprado o que haya crecido previamente a partir de semillas. Para ello, simplemente cortá la lechuga a unos dos dedos desde la base y colocá esta parte en un recipiente con agua, en un lugar con luz natural directa.

Después de unas semanas, si la base empieza a brotar nuevas hojas y raíces, es momento de trasplantarla a un semillero individual y seguir el mismo proceso que en la siembra con semillas.

Consejos para hacer semilleros

Podés usar casi cualquier tipo de recipiente para crear semilleros, siempre y cuando tenga agujeros en el fondo para que el agua pueda drenar correctamente. Un pote de yogur con agujeros, una caja de tetra brik lavada o un semillero comercial son opciones útiles y económicas.

Cultivar lechuga en casa es una actividad sencilla y gratificante que, con un poco de paciencia y los cuidados adecuados, te permitirá disfrutar de vegetales frescos directamente desde tu huerta.


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