Girasoles: el truco para que crezcan rápido y llenen de color tu patio este verano
Una guía con los cuidados que necesita esta planta que hará estallar de amarillo tu jardín.
Los girasoles son una de las flores más representativas del verano, ideales para añadir un toque vibrante y alegre a cualquier espacio. Con su característico color amarillo, no solo llenan de energía los ambientes, sino que también tienen un simbolismo profundo de amor, admiración y felicidad. Son perfectos para colocar en una mesa de jardín en una tarde soleada o para sorprender a tus invitados con un detalle fresco y único.
Para cultivar girasoles en tu hogar, basta con asegurarse de que reciban suficiente luz solar y un suelo bien drenado. Es recomendable elegir un lugar donde estén protegidos de vientos fuertes. Plantarlos en grupos es una buena idea, ya que las flores se pueden sostener mutuamente ante condiciones climáticas adversas. Además, colocar un poco de mantillo alrededor de las plantas no solo ayuda a conservar la humedad del suelo, sino que también reduce la aparición de malas hierbas.
Recomendaciones para un cultivo exitoso
Los girasoles son heliotrópicos, lo que significa que sus flores siempre siguen al sol. Para lograr una floración óptima y tallos más robustos, es esencial plantarlos en áreas con al menos seis horas de luz solar directa al día. Aunque se adaptan a diversos tipos de suelos, prosperan mejor en terrenos bien drenados y con una cantidad adecuada de materia orgánica.
Aunque estos pueden soportar períodos secos, es importante regarlos regularmente para asegurar una buena producción de flores. Si notas que las plantas están inclinadas y el suelo está muy seco, es probable que necesiten más agua.
En cuanto a la temperatura, los girasoles prefieren ambientes cálidos, entre 20 y 25°C, aunque toleran bastante bien el calor extremo, siempre que se mantenga la humedad adecuada. También pueden sobrevivir en lugares algo fríos, pero es crucial que estén expuestos al sol. Asegúrate de que el suelo tenga buen drenaje y circulación de aire para evitar la pudrición de las raíces.
Si tu tierra es rica en nutrientes, no necesitarás fertilizar demasiado. Sin embargo, en suelos más pobres, es recomendable aplicar fertilizantes de liberación lenta ricos en fósforo y potasio a partir de la primavera.
Plagas y enfermedades comunes
Como cualquier planta, los girasoles pueden ser vulnerables a ciertos problemas. Los pájaros y roedores, por ejemplo, suelen sentirse atraídos por las semillas. Una red sobre las cabezas de las flores puede ayudar a protegerlas de estos animales.
Otra amenaza son las plagas, como la polilla del girasol, cuyas larvas se alimentan de las cabezas de las flores, dañando las semillas. También pueden aparecer escarabajos u orugas que afectan el follaje. El uso de pesticidas adecuados puede ayudar a mantener estas plagas bajo control.
Además, los girasoles pueden sufrir enfermedades fúngicas, como el mildiu polvoriento o la roya. Para prevenir estos problemas, asegúrate de que las plantas tengan buena circulación de aire y aplica fungicidas a tiempo, especialmente si notas signos tempranos de infección.
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