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El TDAH en la vejez puede confundirse con la demencia: cómo identificarlo

Dificultad para concentrarse para actividades de larga duración, distracciones frecuentes y facilidad para perder cosas. Estos son algunos de los síntomas del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) en la vejez.

Aunque el diagnóstico del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es más común en la infancia, también puede realizarse en la vejez. Sin embargo, en esta etapa de la vida es común que los síntomas se confundan con otras enfermedades, como el Alzheimer.

«Esto se debe a que tanto el TDAH como la demencia presentan síntomas similares, como problemas de memoria, falta de atención y dificultad para realizar las tareas cotidianas, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos», explica Lavínia Teixeira Machado, profesora del Departamento de Educación para la Salud y Postgrados de la Ciencias Aplicadas a la Salud y Psicología en la UFS (Universidad Federal de Sergipe), Brasil.

«Además, casi el 80% de los adultos con TDAH tienen otras condiciones psiquiátricas como ansiedad, depresión y trastorno bipolar», afirmó.

Principales síntomas en la tercera edad


El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se produce durante la maduración del sistema nervioso, desde el primer trimestre del embarazo hasta alrededor de los 25 años, con la maduración de la corteza prefrontal, responsable de las funciones ejecutivas más complejas.

El problema es que no todo el mundo busca ayuda médica ante los síntomas. Por tanto, hay personas mayores que han vivido toda su vida con TDAH y sólo en la vejez, cuando creen que tienen otras enfermedades, descubren el diagnóstico.

Machado destaca que los principales síntomas del TDAH en la vejez son:

disfunción ejecutiva (distracción);

problemas de memoria (olvidos, dificultad para aprender cosas nuevas);

alteraciones motoras (lentitud, temblores, rigidez muscular);

aparición de otras condiciones psiquiátricas, como trastornos del estado de ánimo.

“Generalmente los adultos con TDAH son personas que tienden a ser procrastinadores, es decir, dejan todo para el último momento. Tienen dificultades para organizar su vida financiera y personal y son personas que malestiman el tiempo, teniendo dificultades para planificar las tareas comunes de la vida cotidiana. «, dijo Mario Rodrigues, coordinador del Programa de Déficit de Atención e Hiperactividad de Adultos del Instituto de Psiquiatría de la Universidad de San Pablo (USP).

Cómo se debe realizar el diagnóstico


Machado destaca que la gran diferencia en el diagnóstico del TDAH en la infancia y en la vejez está ligada a la cantidad de síntomas. “En niños (menores de 17 años) es necesaria la presencia de seis o más características de falta de atención y/o hiperactividad/impulsividad. En adultos son necesarias al menos cinco características en cualquiera de las presentaciones”.

Para una correcta clasificación del TDAH en personas mayores es necesario realizar tres valoraciones por parte del médico:

Documentar la cronicidad de los síntomas, ya sea mediante autoinforme o por parte de un familiar o cónyuge. Para decidir si se trata de TDAH, el médico debe averiguar si los síntomas comenzaron en la infancia y la adolescencia.

Establecer antecedentes familiares de TDAH (por ejemplo: un miembro de la familia diagnosticado por primera vez) puede proporcionar información valiosa sobre la probabilidad de TDAH en un adulto mayor. Por tanto, si el padre tenía TDAH, las posibilidades de que su hijo también lo tenga son altas.

Utilice escalas para evaluar el funcionamiento cognitivo, que capturen las dificultades cotidianas asociadas con la falta de atención e impulso.

Cómo es el tratamiento


Aunque no existe cura para el TDAH, existen una serie de intervenciones que pueden facilitar la vida de las personas mayores diagnosticadas con el trastorno.

El tratamiento puede incluir medicamentos estimulantes y no estimulantes, así como terapias conductuales, afirmó Machado. Según ella, las intervenciones terapéuticas, como el entrenamiento conductual, también pueden ser eficaces para controlar las características que causan el deterioro funcional.

No tratarlo puede desencadenar otros trastornos mentales. «Muchas personas mayores con TDAH también padecen otras afecciones psiquiátricas, como ansiedad, depresión y trastorno bipolar. La falta de tratamiento para el TDAH puede exacerbar estos trastornos. Incluso puede compartir mecanismos subyacentes con trastornos neurodegenerativos como la demencia, lo que aumenta el riesgo de desarrollar estas condiciones», dijo la profesora.

Cómo lidiar con una persona mayor con TDAH


Jairo Werner, psiquiatra y profesor advierte que ante un diagnóstico de TDAH a edad temprana, lo principal que se debe evitar es etiquetar a una persona mayor.

«Existe una tendencia a etiquetar a las personas mayores y degradar su comportamiento como resultado de una ‘enfermedad’. Pero ciertas características de la falta de atención pueden ser parte de la estructura de funcionamiento del individuo», afirma.

Werner destaca que la familia debe animar a los mayores a aprender cosas nuevas. «Independientemente de la edad o del tipo de trastorno, es necesario buscar nuevas formas de comportamiento y superación, ampliando la autoconciencia.»


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