Día del dolor: cuáles son las consecuencias del consumo excesivo de analgésicos

Las cifras alarman en la Argentina por la falta de acompañamiento médico y la automedicación. Cuáles son las alternativas.

El consumo excesivo de analgésicos preocupa a los especialistas.

Cada 17 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Dolor, una iniciativa que busca generar conciencia sobre los desafíos que enfrenta la población al lidiar con esta condición.

En Argentina, el consumo de analgésicos es un tema que requiere especial atención, sobre todo por la tendencia de recurrir a dosis altas en busca de alivio rápido, lo cual, en muchos casos, no es necesario. Alrededor del 53% de las ventas de analgésicos en el país corresponden a productos de mayor concentración, una práctica que podría ser reconsiderada en favor de opciones menos agresivas para la salud.

53%
de las ventas de analgésicos en el país corresponden a productos de mayor concentración.

El dolor no solo afecta el bienestar físico, sino que también tiene un impacto emocional y social significativo. Un estudio reciente reveló que dos tercios de las personas que padecen dolor afirman que esto limita su capacidad de disfrutar de la vida.

Además, el 48% de los encuestados asocia el dolor con ansiedad, y una tercera parte lo vincula con la soledad, evidenciando que el impacto trasciende lo puramente físico.

Cuáles son las alternativas al uso de analgésicos fuertes:


Diversos estudios han demostrado que los dolores más comunes, como el de cabeza, el menstrual o el muscular, pueden ser tratados con dosis bajas de ibuprofeno o paracetamol, que además de ser más seguras, resultan más económicas.

Sin embargo, muchas personas continúan optando por presentaciones de mayor potencia, bajo la creencia de que son más eficaces para aliviar de forma rápida. Esta percepción errónea sobre la eficacia de las dosis altas es una de las causas principales del consumo excesivo de estos medicamentos.

El enfoque de este año en el Día Mundial Contra el Dolor destaca las diferencias de género en la experiencia del dolor, especialmente el impacto del dolor menstrual, una de las principales causas de ausentismo laboral entre las mujeres. Se estima que el 80% de las mujeres padece dismenorrea, y entre el 10% y el 20% de ellas experimentan síntomas tan intensos que afectan su rutina diaria.

En respuesta al creciente consumo de analgésicos de dosis altas, en los últimos años se han desarrollado nuevas formulaciones que permiten un alivio eficaz sin la necesidad de recurrir a grandes cantidades de medicamento.

Estas nuevas opciones combinan dosis más bajas con potenciadores que aumentan su efectividad, como la cafeína. De esta manera, es posible tratar dolores comunes de manera segura y con menor riesgo para la salud.

El manejo adecuado del dolor, con un enfoque responsable en el uso de analgésicos, es clave para mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. Si bien es necesario garantizar el acceso a estos medicamentos, también es fundamental educar sobre su consumo prudente. Promover el uso de dosis bajas en combinación con alternativas más seguras permite no solo mejorar el bienestar de las personas, sino también optimizar el uso de los recursos sanitarios disponibles.


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