Cómo limpiar y guardar los cepillos de dientes correctamente para que no se contaminen
Después de lavarse los dientes, los cepillos pueden contaminarse con bacterias, virus y hongos. Tres maneras de higienizar el cepillo.
Después de lavarse los dientes, los cepillos pueden contaminarse con bacterias, virus y hongos. Estos microorganismos proceden de la propia cavidad bucal o del medio externo, a través de manos contaminadas, contacto con otros cepillos o a través de aerosoles de la taza del inodoro.
Así, después del cepillado, se recomienda enjuagar el cepillo con agua del grifo para eliminar la pasta de dientes y otros residuos, seguido de ligeros golpecitos para eliminar el exceso de agua.
Tres maneras de higienizar el cepillo de dientes
- Enjuague bucal: basta con pulverizar el producto sobre las cerdas del objeto y dejar secar en un lugar aireado y alejado del inodoro, para evitar que se depositen microorganismos en las cerdas.
- Lavandina: para ello, consultá la etiqueta del producto para ver si la concentración de cloro activo es del 2,5%. Si es así, diluye una cucharada en un litro de agua, sumerge el cepillo de dientes en la solución durante 10 minutos, enjuaga con agua corriente y deja secar.
- Enjuague bucal a base de digluconato de clorhexidina al 0,12%: en este caso utilizar un vaso limpio y verter la solución sin diluir. Agite el cepillo dentro del vaso con el producto durante 30 segundos, retire el exceso de enjuague con agua corriente y deje secar el cepillo.
La limpieza con lavandina o enjuague con digluconato de clorhexidina debe realizarse al menos una vez por semana o después de resfriados y gripes. La limpieza con enjuague bucal genérico se puede realizar todos los días. |
Dónde guardar el cepillo de dientes
Lo ideal es colocar el objeto en posición vertical, con el mango hacia abajo.
Los expertos no recomiendan cubrir las cerdas con fundas ni guardarlas en recipientes cerrados y sin ventilación, ya que esta forma de almacenamiento favorece la proliferación de bacterias.
Cabe mencionar que, según la ADA (Asociación Dental Americana), el reemplazo del cepillo dental debe realizarse cada tres o cuatro meses, o antes si las cerdas están deshilachadas o desgastadas.
El tipo de cepillo recomendado para el público en general es uno de cerdas suaves y cabezal pequeño, que permite el contacto con zonas del diente que pueden ser más difíciles de limpiar.
Los cepillos de cerdas duras, por ejemplo, pueden dar la falsa idea de que tendrán más éxito en el cepillado, pero dañan la región gingival y los tejidos dentales, provocando sensibilidad.
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