Científicos descubren seis tipos diferentes de depresión: ¿cambia el tratamiento?
El descubrimiento puede ayudar a orientar tratamientos más asertivos, afirmaron investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.), responsables de la investigación. Los hallazgos fueron publicados en Nature Medicine.
Los resultados de la investigación se publicaron este lunes, 17 de junio, en la revista científica Nature Medicine. Se seleccionaron 801 personas diagnosticadas con depresión o ansiedad. Se sometieron a un análisis cerebral mediante imágenes de resonancia magnética funcional.
Los participantes fueron monitoreados en reposo y en diferentes actividades. La intención era rastrear las respuestas cognitivas y emocionales en regiones del cerebro tradicionalmente vinculadas a la depresión.
Estas imágenes experimentaron cruce de datos. Las grabaciones cerebrales se agruparon mediante un método de aprendizaje automático para llegar a los seis tipos diferentes de la enfermedad.
La segunda etapa del estudio identificó perfiles de tratamiento con mayor o menor respuesta. En total, 250 pacientes fueron seleccionados aleatoriamente para recibir tres tipos de antidepresivos de uso común (escitalopram, sertralina y venlafaxina) y someterse a psicoterapia conductual.
¿Cuáles son los subtipos de depresión?
Los seis patrones, llamados subtipos, difieren en la expresión cerebral y en los síntomas más comunes. Vea a seguir:
Biotipo A
Se identifica por reacciones conductuales más lentas (para identificar caras tristes, por ejemplo), así como en respuestas en actividades de atención sostenida cuando hay estímulos de concentración y errores en tareas de funciones ejecutivas (como pensar y memorizar). Sin embargo, hubo buen control de los errores en las funciones cognitivas. La psicoterapia conductual fue el mejor perfil de tratamiento.
Biotipo B
Respuestas más ágiles ante estímulos objetivo y tras la percepción de amenazas, junto con menores niveles de tensión y desequilibrio cognitivo. Por otro lado, las imágenes indicaron más errores en las actividades de atención sostenida. La psicoterapia conductual no parecía ser la mejor alternativa de tratamiento.
Biotipo C
Este perfil tenía hiperactividad de las regiones del cerebro durante el procesamiento de las emociones. Presenta síntomas como dificultad en las tareas de la función ejecutiva, presencia de pensamientos rumiantes y mayor anhedonia (pérdida de placer, uno de los principales signos de la depresión).
Biotipo D
Las personas con este perfil presentaban hiperactividad de las regiones cognitivas, más ansiedad, desregulación de la interpretación de las amenazas y anhedonia mayor que todos los demás tipos.
El tratamiento con mejor respuesta fue con venlafaxina, un antidepresivo que inhibe la recaptación de serotonina y norepinefrina, una clase de medicamentos más reciente, generalmente indicado para afecciones en las que el paciente se vuelve más melancólico o presenta dolor y fatiga asociados.
Biotipo E
Perfil con menor presencia de pensamientos rumiantes. Además de reducir la actividad cognitiva y la velocidad en las reacciones conductuales (como al ver caras tristes).
Biotipo F
Excepto la reacción más lenta a la idea de amenazas, este biotipo no indicó cambios en las regiones cerebrales evaluadas. Según los investigadores, en este caso, los trastornos depresivos pueden ocurrir en áreas aún poco exploradas.
¿El descubrimiento cambia el tratamiento de la depresión?
Una de las autoras del estudio, Leanne Williams, afirmó que la intención de los hallazgos es que, en el futuro, los psiquiatras puedan obtener el perfil de medicación adecuado para sus pacientes en el primer intento.
Algunas personas pueden tardar años en encontrar un medicamento que alivie sus síntomas. Esto muchas veces puede dificultar que sigan con el tratamiento, ya sea por agotamiento emocional con frustraciones repetidas o incluso por dificultades económicas debido a varios intentos.
Además, el 30% de las personas tiene depresión resistente, cuando no hay mejoría después de usar al menos dos medicamentos en el tiempo y las dosis ideales. Esta variación de la enfermedad suele tener sus propios protocolos, incluyendo el uso de medicamentos específicos, así como intervenciones como terapia electroconvulsiva, estimulación transcraneal y cerebral.
«Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que se demuestra que la depresión puede explicarse por diferentes alteraciones en la función cerebral», dijo Williams, que también es profesora de la Universidad de Stanford. Según ella, los próximos pasos son investigar a más personas y ampliar el uso de medicamentos a medicamentos utilizados en otras enfermedades.
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