Azúcar: ¿por qué nos gusta tanto y qué hacer para bajar su ingesta?
¿Cuáles son las consecuencias de su consumo excesivo? ¿Se podría reemplazar?: acá los detalles.
El gran interrogante a la hora de cuidarnos en lo que comemos es, entre otras cosas: ¿con azúcar o edulcorante? A todos nos pasa que miramos el etiquetado de los productos y muchas veces compramos pensando que puede ser lo correcto para consumir. Y resulta que no es tan así. Entonces viene la otra pregunta: ¿azúcar mascabo, edulcorantes, miel, estevia al natural? Todos morimos por algo dulce (panificados, gaseosas, postres) aunque sepamos que no es amigable con nuestra salud.
«Lo más importante que tenemos que saber es que nacemos con un sabor innato por lo dulce, eso lo traemos con nosotros. Lo bueno sería no seguir estimulándolo tanto, una vez que ya nacimos, porque siempre vamos a tener esa preferencia por lo dulce», dice Eliana Quesada, Licenciada en Nutrición (MP 8443).
No acostumbrar tanto al paladar a ese sabor. Tenemos que darle lugar a los otros sabores. El mayor problema, si bien nuestro organismo necesita glucosa, no es que si o si la sacamos del azúcar blanca refinada, también la obtenemos de la leche (glucosa y galactosa), los hidratos de carbono (harinas, fideos), en el organismo se termina transformando en glucosa».
Eliana Quesada, Licenciada en Nutrición (MP 8443).
La propuesta es volver a los sabores originales, aquellos sin agregados de ninguna clase, probar cada alimento como es. Entre otras curiosidades, está comprobado médicamente que el bajar la ingesta de azúcares o no consumirlas ayuda considerablemente al descenso de peso.
«Lo ideal sería habituarse más a los sabores naturales de las infusiones y de las comidas. Se podría usar miel, azúcar mascabo, stevia, los edulcorante son perjudiciales a nivel pancreático, pero se suele recomendar alguno como la sucralosa. Lo importante es saber que tiene que ser en muy poca cantidad porque no es solo ese edulcorante ya que además está presente en gaseosas 0% y en empaquetados, entre otros. Estamos comiendo más edulcorante del límite permitido», alerta.
Otro factor a tener en cuenta es que tenemos que movernos, hacer algún deporte, hasta una simple caminata cuatro veces a la semana puede mejorar considerablemente nuestra salud. «Si tenemos exceso en consumo de azúcar y alimentos con jarabe de maíz de alta fructosa y no nos movemos, es el combo perfecto para generar un síndrome metabólico: hipertrigliceridémia, insulino resistencia que además puede ser una pre diabetes y/o hígado graso, por mencionar alguna», concluye la profesional.
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