Estar bien

Artrosis y artritis: cuáles son las diferencias y cómo detectarlas

Estas enfermedades en las articulaciones afectan a millones de personas en todo el mundo. Te contamos cómo prevenirlas y cuáles son los tratamientos.

Las enfermedades articulares, como la artritis y la artrosis, impactan significativamente en la calidad de vida, especialmente en personas mayores. Estas dos condiciones son comúnmente confundidas, pero es esencial diferenciarlas para un tratamiento adecuado.

La artitris es una inflamación de las articulaciones que puede tener múltiples causas, como enfermedades autoinmunes (ejemplo, artritis reumatoide) o depósitos de cristales (gota). La artritis puede afectar a personas de cualquier edad y suele presentar síntomas como dolor, rigidez, hinchazón y disminución de la movilidad.

La artrosis, también conocida como osteoartritis, es un tipo de artritis degenerativa. Se caracteriza por el desgaste gradual del cartílago articular, generalmente debido al envejecimiento, lesiones, sobrepeso o predisposición genética. Afecta principalmente a personas mayores, y sus síntomas son similares a los de la artritis, aunque la rigidez matutina es una señal común.

Estos padecimientos son cada vez más comunes debido a nuestros hábitos. Foto gentileza.

Detectar estas enfermedades a tiempo es crucial. Ambas pueden causar dolor, rigidez, hinchazón y dificultad para mover las articulaciones afectadas. La artritis reumatoide, en particular, puede tener síntomas sistémicos, afectando órganos como la piel, ojos, pulmones y corazón. Es vital buscar atención médica si se presentan estos signos, especialmente la rigidez matutina.

Cinco medidas de prevención para la artritis y la artrosis:


No existe una cura definitiva para la artritis y la artrosis, pero hay medidas que pueden reducir su riesgo y manejar los síntomas:

1- Diagnóstico temprano y tratamiento: Seguir un plan médico adecuado para retrasar la progresión y mejorar la funcionalidad.
2- Ejercicio: Actividades físicas adecuadas pueden fortalecer los músculos y mejorar la movilidad.
Peso saludable y alimentación balanceada: Mantener un peso adecuado para reducir la carga sobre las articulaciones.
3- Dispositivos ortopédicos: Ayudan a mantener la independencia y aliviar el dolor.
4- Cirugía de reemplazo articular: Indicada en casos severos para restablecer la movilidad y mejorar la calidad de vida.
5- Terapias locales: Como la viscosuplementación, que pueden reducir el dolor y mejorar la funcionalidad de la articulación afectada.

Es esencial adoptar hábitos saludables y seguir las recomendaciones médicas para prevenir y controlar estas enfermedades degenerativas. Mantenerse informado y actuar ante los primeros síntomas puede hacer una gran diferencia en la calidad de vida.

Cuáles son los tratamientos -no farmacológicos- más recomendados:


Entre las medidas terapéuticas a utilizar destacan fundamentalmente las medidas no farmacológicas, mejor conocidas como medidas higiénico-dietéticas como son:

1- Pérdida de peso y alimentación adecuada.
2- Actividad física adecuada (caminar, yoga, Taichi).
3- Rehabilitación.
4- Terapia física.
5- Calzado adecuado.
6- Medidas para corregir alteraciones del morfotipo (plantillas, alzas, etc.).
7- Educación, información.
8- Acompañamiento de la enfermedad mediante la participación activa en las asociaciones de pacientes, entre otras.


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