Amnesia glútea: qué es y cómo prevenirla
Es una condición muy común que genera múltiples dolores y afecta la calidad de vida. Mirá estos ejercicios para evitarla.
El sedentarismo y la falta de actividad física pueden generar una afección poco conocida pero significativa: la amnesia glútea, también llamada “síndrome del trasero dormido”. Esta condición se manifiesta cuando los músculos de los glúteos pierden fuerza y capacidad de activación debido a largos periodos de inactividad, lo que puede impactar gravemente la calidad de vida.
Los músculos glúteos, que forman una de las zonas más potentes del cuerpo, son esenciales para el movimiento y la estabilidad. Sin embargo, la inactividad prolongada, como estar sentado durante horas, puede hacer que estos músculos se vuelvan «perezosos» y olviden cómo activarse correctamente. Según especialistas, este debilitamiento puede desencadenar dolores en la parte baja de la espalda, las rodillas e incluso afectar el rendimiento en actividades físicas como correr o caminar.
¿Cómo afecta la amnesia glútea?:
A menudo, quienes padecen esta afección no lo notan de inmediato. El malestar puede surgir cuando se intenta realizar actividades físicas más intensas, como correr o practicar deportes que involucran rotaciones del cuerpo, como el tenis o el golf. De hecho, la amnesia glútea ha sido mencionada como una de las razones por las que algunos deportistas profesionales han tenido que pausar sus carreras.
El principal motivo de la amnesia glútea es la inactividad. Cuando se pasa mucho tiempo sentado, los músculos frontales de la cadera y los muslos permiten que los glúteos descansen, lo que provoca un retraso en su activación cuando se necesitan. Este patrón puede repetirse hasta que los glúteos pierden fuerza y otros músculos deben asumir el esfuerzo, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
¿Cómo identificar la amnesia glútea?:
Una forma sencilla de saber si los glúteos no están funcionando correctamente es realizar algunos ejercicios específicos. Por ejemplo, al pararse sobre una pierna, se puede evaluar si los glúteos se activan al cargar el peso en un solo lado. Si no se siente la contracción muscular, es posible que los glúteos no estén trabajando como deberían. Otra prueba consiste en realizar puentes de glúteos: al elevar las caderas desde el suelo, los músculos deberían activarse y generar una sensación de leve tensión. Si esto no ocurre y, en cambio, se siente mayor esfuerzo en las piernas, podría ser una señal de que los glúteos están «dormidos».
Ejercicios para activar los glúteos:
La buena noticia es que es posible reactivar estos músculos a través de ejercicios específicos. Movimientos como los «clamshells», sentadillas, puentes de glúteos y zancadas son efectivos para fortalecer esta área. Realizarlos de manera controlada, sintiendo la activación muscular, es clave para recuperar la fuerza y prevenir futuras complicaciones. Además, es recomendable integrar estas rutinas al menos dos o tres veces por semana, sobre todo si se pasa mucho tiempo sentado.
Por último, mantener una vida activa es esencial para evitar que los glúteos caigan en esta «amnesia». Estar consciente de la importancia de levantarse y moverse regularmente, incluso durante la jornada laboral, puede marcar la diferencia en la salud muscular y prevenir problemas asociados al sedentarismo.
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