Tres ejercicios para aquietar la mente y luego meditar: tips de Nacho Monti, de Bariloche
Cómo entrar en estado de calma y concentración. Cómo limpiar la mente, siquiera unos momentos. Ignacio Monti, el creador del método Terapia Postural Holístico (TPH), comparte ejercicios simples de conciencia corporal.
En un mundo cada vez más acelerado y saturado de estímulos, muchas personas buscan en la meditación un refugio para calmar la mente y encontrar paz interior. Sin embargo, a medida que más individuos intentan incorporarla en sus vidas, surge una frustración común: la dificultad para concentrarse, conectarse con uno mismo y lograr una práctica meditativa efectiva.
“Desde la perspectiva de Terapia Postural Holística (TPH), esta desconexión con el cuerpo es un factor clave que obstaculiza el proceso meditativo, y abordar este aspecto puede ser la clave para superar estas dificultades”, afirma Ignacio Monti, uno de los referentes más importantes del bienestar en Argentina. Vive en Bariloche y desde allí comparte sus saberes.
“Trabajar en la conciencia corporal es un enfoque central de TPH. Al hacerlo, se ayuda a las personas a reconectar con sus sensaciones físicas, lo que facilita el enfoque en la respiración y la atención plena. Cuando el cuerpo está en sintonía, la mente encuentra un ancla en las sensaciones físicas, lo que permite un acceso más fácil a un estado meditativo”.
Ignacio Monti, creador del método TPH
El desafío de la conexión
“Aunque la motivación para meditar está en aumento, muchas personas se encuentran rápidamente con un obstáculo: la incapacidad para concentrarse. La mente vaga, la respiración se siente forzada, y en lugar de encontrar serenidad, lo que surge es frustración. Este es un fenómeno común en la práctica meditativa moderna. La meditación, que se supone que es una herramienta para calmar la mente, a menudo revela la agitación y el estrés subyacente que las personas llevan consigo”, afirma Ignacio.
Por otro lado está la desconexión cuerpo-mente.
“Este desafío tiene raíces más profundas que simplemente una falta de “práctica” o “habilidad”. La desconexión con el propio cuerpo y las sensaciones corporales juega un papel crucial. En la vida moderna, el ritmo acelerado y la sobreexposición a información digital contribuyen a un distanciamiento progresivo entre mente y cuerpo. Este desbalance puede llevar a una sensación de desconexión, lo que dificulta la capacidad de enfocarse durante la meditación.
Meditar , entrenamiento de la atención
“La meditación se presenta como una herramienta poderosa para entrenar la atención y cultivar una mayor conciencia del momento presente. En teoría, la práctica regular debería permitir a los practicantes observar sus pensamientos sin dejarse arrastrar por ellos, ayudándolos a desarrollar una mente más calmada y centrada”, afirma Monti.
Sin embargo, la realidad para muchos es muy diferente. “Al sentarse en silencio, en lugar de una mente tranquila, lo que emerge es una corriente incesante de pensamientos y emociones que desbordan la capacidad de atención. Esto no solo causa frustración, sino que también puede llevar al abandono de la práctica meditativa. Este fenómeno es común, y tiene sus raíces en la desconexión física que muchas personas experimentan en sus vidas diarias”, agrega.
Cuál es el papel de la TPH
“La TPH propone que la clave para superar estas dificultades radica en restaurar la conexión con el cuerpo. Según TPH, el cuerpo no es solo un recipiente para la mente, sino una puerta de entrada esencial para lograr un estado meditativo profundo. Sin una conexión corporal sólida, la mente lucha por calmarse y centrarse”, sostiene el entrevistado.
“Trabajar en la conciencia corporal es un enfoque central de TPH. Al hacerlo, se ayuda a las personas a reconectar con sus sensaciones físicas, lo que facilita el enfoque en la respiración y la atención plena. Cuando el cuerpo está en sintonía, la mente encuentra un ancla en las sensaciones físicas, lo que permite un acceso más fácil a un estado meditativo”.
Ejercicios y estrategias de TPH para mejorar la meditación
Antes de comenzar una sesión de meditación, realizar ejercicios simples de conciencia corporal puede ser muy beneficioso, dice Monti que aconseja:
Movimientos suaves: realizar estiramientos suaves o movimientos lentos para despertar la conexión entre mente y cuerpo antes de meditar.
Escaneo corporal: sentarse o acostarse en una posición cómoda, y llevar la atención a diferentes partes del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, observando cualquier tensión o incomodidad.
Respiración consciente: centrar la atención en la respiración, sintiendo cómo el aire entra y sale del cuerpo, notando el movimiento del abdomen y el pecho.
“Integrar técnicas de TPH en la rutina diaria no solo mejora la calidad de la meditación, sino que también ayuda a reducir la frustración. Por ejemplo, combinar la meditación con ejercicios posturales específicos puede ayudar a preparar el cuerpo para estar en una posición más cómoda y estable durante la meditación, lo que facilita una mente más tranquila”, comenta Ignacio.
Concluye: “ la meditación es una herramienta poderosa para el bienestar. Para muchas personas implica una práctica efectiva de reconectar con su propio cuerpo. A través de Terapia Postural Holística es posible cultivar esta conexión, allanando el camino hacia una meditación más profunda y satisfactoria. En última instancia, al restaurar la armonía entre cuerpo y mente, la meditación puede convertirse en una práctica no solo más efectiva, sino también más placentera y sostenible a largo plazo”.
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