Está fuera de peligro la joven que recibió tres tiros
Fue baleada por su ex pareja en su casa. Tras los disparos, el agresor se quitó la vida.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La docente baleada por su ex pareja se recupera en forma satisfactoria y podría ser dada de alta si los profesionales comprueban que no existe riesgo de complicaciones.
La mujer recibió un balazo en la cara y dos en la nuca, sobrevivió a la agresión porque los proyectiles sólo le provocaron lesiones superficiales. Ayer le realizaron una tomografía computada, pero no revelaron los resultados.
En tanto, después de realizar las pericias de rigor, la justicia debía entregar a sus familiares el cuerpo de Eduardo Glock, el desesperado agresor que se quitó la vida después de disparar contra su ex compañera.
A las 15.30 del miércoles los vecinos de Quaglia 584 escucharon varias explosiones que partían del departamento 3ºA del edificio. Los que abrieron las puertas, alarmados, observaron que María Inés Gorostiaga, de 25 años, bajó las escaleras hasta el primer piso y cayó ensangrentada en brazos de Miriam, una vecina que momentos antes le había vendido comida que preparaba en su casa.
La mujer fue trasladada al hospital y la policía encontró el cuerpo sin vida de Eduardo Glock, de 32 años, en el departamento que hasta hace poco había compartido con María Inés.
El juez Héctor Leguizamón Pondal y el secretario Ricardo Calcagno llegaron al escenario del drama pocos minutos después del suceso y en principio advirtieron que se trataba de un claro caso de homicidio en grado de tentativa, seguido de suicidio.
Los testigos coincidieron al comentar que la pareja se había instalado en ese departamento varios meses antes.
También dijeron que ella trabajaba como docente y él conducía un taxi, y que la relación se habría deteriorado y se habían separado hace poco. Eduardo había abandonado el domicilio llevándose parte del mobiliario, pero visitaba con frecuencia a María Inés, con ánimo de reiniciar el vínculo que los había unido por más de diez años.
El drama se desencadenó poco después de las 15. Se presume que Eduardo y María Inés estuvieron tomando mate cuando surgió la discusión, y que hubo lucha, porque el cuello del hombre presentaba huellas de rasguños. Después sonaron los tiros, y María Inés alcanzó a salir del departamento pese a recibir un balazo en el pómulo derecho y dos en la nuca. Estos proyectiles, disparados desde corta distancia, no habrían desarrollado velocidad suficiente y habrían quedado alojados en la corteza craneana, sin afectar la masa cerebral. Eduardo se puso el revólver en la boca y efectuó el disparo que lo mató en el acto.
Mientras Miriam auxiliaba a la herida, otra vecina llamó a la policía y a una ambulancia. Un rato después la víctima fue visitada por el médico policial, Raúl Piñeyro Bauer, quien exploró las heridas mencionadas.
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