Esquiadores de alta competencia esperan la fecha de largada

Hay pocos deportes tan atados los avatares meteorológicos como el esquí y el snowboard, que dependen de la llegada del invierno y de tener buena nieve. Este año se presenta especialmente favorable, pero aun en estas disciplinas sus mejores exponentes -cuarentena mediante- debieron abstenerse de entrenar al aire libre y postergar desafíos competitivos.

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La presidente de la Federación Argentina de Esquí y Andinismo (FASA), Magdalena Kast, reconoció que tratan de mantener los planes en marcha, pero ven el futuro con gran incertidumbre.

“Nuestros atletas están todos con planes de entrenamiento físico y bajo evaluación constante -aseguró Kast-. Claramente esta realidad que se plantea es durísima, y más aun al ver tanta nieve. Para el alto rendimiento perder una temporada es un serio problema, por eso apostamos a que se abra pronto Catedral”.

Dijo que el calendario deportivo fue elaborado antes de la pandemia y aun está vigente, aunque atado a lo que decidan las autoridades sanitarias. Señaló que “es difícil cumplir las fechas previstas, tal vez se pueda hacer algo en septiembre”, pero aclaró que no es la idea de los deportistas ni de los dirigentes “forzar absolutamente nada”.

Según lo diseñado antes de las medidas de aislamiento obligatorio, las primeras carreras de esquí en Catedral están programadas para el 8 de agosto (Copa Cóndor), mientras que una de las citas más importantes sería la semana internacional del 7 al 9 de septiembre, con pruebas importantes que otorgan puntos FIS (Federación Internacional de Ski). También hay otras competencias programadas en Chapelco, Cerro Bayo, Cerro Castor, La Hoya y Perito Moreno, aunque están canceladas de hecho porque algunos de esos centros de esquí ya decidieron su cierre definitivo por esta temporada.

Kast dijo que si pueden cumplir antes del fin del invierno con una parte del calendario lo van hacer, pero es casi imposible la realización de competencias internacionales, con participación de corredores europeos y estadounidenses. “Incluso está muy difícil para que vengan de Chile o ir para allá”, refirió la dirigente.

En los equipos nacionales se destacan varios barilochenses como Francesca Baruzzi, Delfín Van Ditmar, Juan Pablo Vallecillo (en esquí alpino), Mateo Bonacalza (freeski), Federico Charadío y Matías Schmitt (snowboard) y Franco Dal Farra (esquí de fondo).

Varios de ellos realizaron este año una gira competitiva en el hemisferio norte y debieron volverse antes de tiempo.

Desde entonces la preparación está limitada a los trabajos físicos, conducidos por los entrenadores vía “zoom”. Kast admitió que en sus domicilios “algunos tienen mejor condición que otros” y hay casos en los que les fueron cedidos materiales de gimnasio de los clubes para que puedan seguir los planes de trabajo, como ha ocurrido en otros deportes.

Sobre la abundancia de nieve en las pistas y la veda absoluta que rige hasta hoy, Kast admitió que es difícil de sobrellevar. Dijo que la expectativa es “poder arrancar en breve” con el entrenamiento técnico, aunque aseguró que todos son cautelosos y “los deportistas más que nadie, porque son referentes y representantes. Hay pautas que cumplir y es un tema de responsabilidad”.

Fuera de lo que son los equipos nacionales, también los clubes enfrentan un panorama complicado porque deberán postergar sus prácticas y cursos, que funcionan como “semillero”, del que surgen las nuevas promesas del esquí y el snowboard.

Kast dijo que el esquí se realiza al aire libre, no tiene contacto físico y es “seguro” desde el punto de vista sanitario, en comparación con otros deportes. Aseguró que la instancia organizativa para reprogramar fechas sigue abierta y la idea es poder cumplir al menos con los campeonatos argentinos de todas las categorías.

El virus obligó a cambiar los planes

Los mejores esquiadores argentinos (muchos de ellos barilochenses) se encontraban en Europa, en plena temporada competitiva, cuando el coronavirus se expandió con rapidez entre febrero y marzo pasado, y provocó una gran ola de contagios en ese continente.

Varios de ellos estaban en Noruega, donde se disputaba el mundial junior. Otros en Austria y en Italia. Kast dijo que junto al Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) realizaron un operativo de “repatriación” que enfrentó innumerables dificultades por la cancelación de vuelos y el cierre de fronteras.

Por la misma época, cientos de instructores de esquí de Bariloche también atravesaron serias dificultades para volver al país.

Kast dijo que desde entonces, y luego de cumplir la cuarentena obligatoria, los atletas intensificaron los entrenamientos “indoor” para esperar la temporada de invierno. Pero el encierro se estiró más de la cuenta y por ahora no pueden calzarse las tablas.

La temporada deportiva en el hemisferio norte se truncó cuando faltaban todavía varias semanas y la intención es que las pruebas de contratemporada en Argentina y Chile se puedan realizar, aunque sea en forma parcial.

A mediano plazo, uno de los objetivos de máxima de los atletas es clasificar para los próximos juegos olímpicos de invierno, que se realizarán en Beijing en febrero de 2022.