Teatro: «Martín», una obra que vuelve al realismo entre ausencias y un secreto familiar que estalla
La obra de Moira Mares sube a escena de la mano Gustavo Lioy y un elenco regional de lujo. Puede verse este sábado en Ámbito Histrión. Río Negro dialogó con la dramaturga y el director de esta puesta.
Gustavo Lioy pone en escena “Martín”, esta obra de Moira Mares, donde “una casa de hembras simples, un nombre que es ausencia y un secreto familiar que estalla en la monotonía y cambia sus vidas para siempre. El elenco está integrado por Silvana Feliziani, Josefina Porte Farías y Carolina Sancho, todas actrices geniales. La escenotecnia es de Luisina Couto.
“Martín” puede verse este sábado, a las 21:30, en Ámbito Histrión (Chubut 240, Neuquén) El valor de la entrada es de $1200 y las reservas se pueden hacer al 2995713050. Río Negro habló con Gustavo Lioy y Moira Manes.
P: ¿Por qué elegiste esta obra?
R: Tenía muchas ganas de volver a trabajar con Silvana (Feliziani), después de varios años de no cruzarnos. Estaba buscando un texto que pudiera presentar un desafío no tanto en su personaje sino en el nivel de conflicto, en la temática de la obra. Por esas vueltas de la vida, llega a mi casilla de correo este texto hermoso de Moira Mares y el enamoramiento fue instantáneo. Después, buscar quien cerrara el trío de protagonistas y empezar a ensayar.
P: ¿Cuál fue el principal desafío para la puesta?
R: Creo que lo más desafiante fue volver al realismo. Estamos acostumbrados a trabajar otro tipo de obras, comedia del absurdo, grotescos, vanguardias, pero «Martín» necesita de una puesta naturalista y una actuación de una sensibilidad especial. Es una obra tradicional, si se quiere, en el sentido de lo clásico. Cuarta pared, escenografía y vestuario realista y un nivel de profundidad en los conflictos que lleven al espectador a transitarlos con la misma emoción que los personajes. Son temas densos, profundos, de la vida misma. Todos podemos sentirnos identificados.
P: ¿Cómo funcionó el vínculo con el elenco?
R: Con Carolina nos conocemos mucho, a pesar de no haber trabajado tanto en la escena, hemos compartido gestiones y teatros. La admiro muchísimo como actriz. La novedad fue Josefina, nunca había trabajado con ella y estoy tan contento con su proceso que lamento no haberla conocido antes (risas). Es una actriz muy creíble, fresca y sensible y ojalá podamos volver a trabajar juntos en el futuro.
Hay un nivel de complicidad entre las actrices y de ellas como conmigo como director, que es sumamente delicioso a la hora de jugar.
P: ¿Cuánto tiempo de ensayo demandó la pieza y cuánto dura?
R: Arrancamos los ensayos en abril y estrenamos en octubre y, como toda obra de teatro, su duración depende de muchos factores, pero ronda alrededor de una hora. Una hora muy intensa, eso sí.
P: ¿Cuál fue la repercusión de la obra?
R: Es una propuesta que emociona, sensibiliza, bucea en aguas profundas. Por sus actuaciones, por su temática y por su texto. El público la disfruta mucho y agradece la experiencia. Estamos muy contentos con las devoluciones y, sobre todo, con la presencia de la autora en la platea.
P: ¿Cuál es el conflicto esencial de «Martín»?
R: Los secretos de familia, la cercanía de la muerte y la búsqueda de la identidad.
P: ¿Qué podés decir de la técnica?
R: Fue un placer trabajar con Luisina Couto: una diseñadora de escena que se hizo cargo de vestuario, escenografía, luces y todos los detalles que hacen a una puesta como yo había imaginado. Estoy muy agradecido de su mirada y orgulloso de su trabajo, sin el cual «Martín» no sería la obra que es. Entusiasma el talento, en todos los casos.
Moira Mares, autora de «Martín»
P: ¿Cómo se te ocurrió «Martín»?
R: Como todas las obras que he escrito, comenzó con una imagen generadora y después se incorporaron los personajes: al ponerlos en acción, apareció el conflicto y casi simultáneamente el final. La obra se me ocurrió y la escribí “de un tirón”. Lo más largo fue el tiempo de corrección posterior.
P: Me da intriga el conflicto central de la obra.
R: Sin spoiler podría decir que para mí el conflicto central de la obra son las ausencias, tanto físicas como lo que se ocultó, lo que no se dijo, lo que no se hizo y las consecuencias que eso acarreo en la vida de esta familia.
P: ¿Cómo fue tu vínculo con el elenco de Neuquén y con su director?
R: Excelente, tuve un recibimiento hermoso, una atención cálida como sabe brindar la gente del interior del país. Soy oriunda de Rawson (Chubut), por lo que también soy patagónica. No conocía Neuquén capital y la verdad es que me hicieron sentir como en casa.
P: Sé que pudiste ver la obra, ¿cómo te resultó?
R: Fue una experiencia única, el hecho de conocer la obra, pero no la puesta genera un placer vertiginoso que es difícil de describir. Agradezco a Gustavo Lioy como director, a las actrices por encarnar a Blanca, Lucy y Laura. Encontré en la puesta la esencia de lo que habitaba de la obra en mi cabeza y eso para un dramaturgo es saber que el público puede vivenciar lo mismo que cuando la escribí.
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