Murió Jerry Lee Lewis, la última leyenda del rock and roll
Pianista y cantante, autor del clásico "Greats Balls of Fire" (Grandes bolas de fuego) murió este viernes, a los 87, según confirmó su agente de prensa. Fue tan talentoso como polémico, tanto en su vida pública como privada.
El pianista y cantante estadounidense Jerry Lee Lewis, uno de los pioneros y más influyentes artistas del rock and roll del siglo XX y autor de memorables éxitos como «Great Balls of Fire» y «Whole Lotta Shakin’ Goin On», falleció este viernes a los 87 años.
Según informaron distintos sitios especializados estadounidenses, la noticia fue confirmada por su representante, Zach Farnum, quien explicó que el artista murió por causas naturales en su vivienda del condado de DeSoto, al sur de la ciudad de Memphis y en el estado de Misisipi.
«Está listo para irse», dijo su esposa, Judith, poco antes de su muerte, según un comunicado que señaló que Lewis había abusado tanto de su cuerpo cuando era joven que éste finalmente le estaba pasando factura.
Amigo y rival de Elvis Presley, Lewis influyó en toda una generación de músicos, como Bruce Springsteen, quien dijo sobre él en 1995: «Él no toca rock & roll, él es el rock & roll».
Su carrera de más de medio siglo motivó una gran cantidad de historias sobre sus numerosas esposas, sus desmanes de borracho y sus enfrentamientos con el gobierno por impuestos atrasados.
Jerry Lee Lewis, tan talentoso como provocador
Nacido en septiembre de 1935 en Luisiana, Lewis comenzó a demostrar su talento en las teclas desde su muy temprana juventud, y construyó una carrera en la que combinó géneros como el rockabilly, el gospel, el blues y el country con el añadido de una pirotécnica presencia sobre los escenarios que le valió el apodo de «The Killer», o «el asesino».
Junto con sus primos Mickey Gilley y Jimmy Swaggart, quienes se convertirían respectivamente en un músico country galardonado y un evangelista salpicado por escándalos, Lewis pasó horas perfeccionando su oficio.
En 1956, se fue a Memphis, Tennessee, la ciudad del sur de Estados Unidos famosa por ser la cuna del soul, el blues y el rock, y se vinculó con el productor Sam Phillips en Sun Records, fundamental en el ascenso de Presley.
Lewis, Presley y Johnny Cash se juntaron en diciembre de ese año con Carl Perkins en el estudio para la famosa sesión de grabación conocida como «Million Dollar Quartet», lanzada mucho más tarde con gran éxito.
Lewis saltó a la fama al año siguiente con su gran éxito «Whole Lotta Shakin’ Goin’ On», cuya letra conmocionó a algunas radios, que al principio se negaron a emitirla.
La que siguió, «Great Balls of Fire», sigue siendo uno de los sencillos más vendidos de todos los tiempos, y también fue el nombre de una película de 1989 sobre Lewis protagonizado por el actor Dennis Quaid y la actriz Winona Ryder.
Del mejor año de su vida al peor: el casamiento con su prima menor de edad
Para el verano de 1958, Lewis, apodado «The Killer», ya estaba disparado a la cima, con fanáticos que llenaban los conciertos, dinero que fluía y un tercer hit, «Breathless», que se abría camino en las listas de éxitos.
En una era en la que incluso el más mínimo movimiento de la parte inferior del cuerpo de Presley causaba sensación, Lewis fue más allá, golpeando las teclas con manos y pies y saltando sobre su piano de cola en medio de chillidos de alegría.
Pero todo eso se derrumbó en 1958 cuando Lewis se embarcó en una gira por Reino Unido y la prensa descubrió que se había casado con su prima segunda Myra, de 13 años.
«Sabía que eso estaba mal», dijo Lewis a The Washington Post más tarde.
Su regreso a Estados Unidos también resultó ser un duro despertar: lo habían puesto en la lista negra de la radio y la televisión. «Pasar de ganar 10.000 dólares la noche a ganar 250 dólares es una gran decepción», admitió.
Durante la mayor parte de la década de 1960, Lewis quedó al margen, eclipsado por la próxima generación, como The Beatles.
Sin embargo, su legado pionero perduró.
Cuando se conocieron a principios de la década de 1970, John Lennon se arrodilló para besar los pies de Lewis y le dijo: «Tú eres el hombre que hizo posible que yo fuera una estrella del rock & roll».
«Simplemente quedé helado», dijo más tarde Lewis a la revista GQ sobre ese momento.
Legado musical
En busca de un nuevo comienzo, Lewis se pasó a la música country. También volvió a grabar algunas de sus canciones clásicas.
En 1986, formó parte de la primera clase incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll, el museo del rock, en Cleveland, Ohio, junto con otros grandes como Presley, Berry, James Brown y Ray Charles.
Recibió un premio Grammy por su trayectoria en 2005. Al final de su vida, colaboró con Mick Jagger y Eric Clapton en sus álbumes de estudio.
Pero su vida personal siguió siendo tormentosa.
Después de 14 años de matrimonio con Myra, la pareja se separó. Casado dos veces antes de su boda con Myra, Lewis caminó hacia el altar cuatro veces después. Tuvo seis hijos. Uno murió al caerse en una piscina cuando era un niño pequeño y otro murió en un accidente automovilístico.
En 1993, los líos con el gobierno de Estados Unidos por impuestos atrasados provocaron la incautación de sus pianos, muebles y otros artículos personales para cubrir la deuda.
Lewis era un bebedor contumaz y, en ocasiones también consumía medicamentos de receta.
Realizó numerosas giras a finales de su vida, aunque un derrame cerebral en 2019 redujo su agenda.
«Cuando me miren, quiero que me recuerden no por todas mis esposas, aunque he tenido algunas, y ciertamente no por ninguna mansión o dinero», dijo Lewis. «Quiero que me recuerden simplemente por mi música».
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