Marilina Bertoldi en Neuquén: «A la mojigata que yo fui la quiero matar todos los días de mi vida»

Marilina Bertoldi se entrevistó con Río Negro antes de su show en el que presentará "Mojigata", su disco editado en marzo pasado.

Marilina Bertoldi llega a Neuquén este viernes para presentar “Mojigata”, su último disco, en un show potente que va más allá de la música para adentrarse en un universo de lo performático. Apenas cinco días después de llenar el Luna Park con un espectáculo que dio pistas sobre buena parte de lo que se verá aquí, la menor de las Bertoldi –su hermana mayor es Lula, de Eruca Sativa- saldrá a escena a las 23, en Casino Magic (Planas 4004). 

Ganadora del Gardel Oro en 2019 por su disco “Prender un fuego”, antecesor de “Mojigata”, Marilina irrumpió en el mainstream con una fuerza que, al igual que sucede sobre el escenario, fue más allá de lo estrictamente musical.La única mujer que ganó hace 19 años fue Mercedes Sosa. Este año se lo dieron a una lesbiana», decía aquella noche de la premiación. Tres años y una pandemia después, sostiene que “usar el micrófono para decir cosas fue relevante, fue humano y fue un hecho artístico”. 

En una entrevista con RÍO NEGRO, Marilina Bertoldi habló del proceso de producción de “Mojigata”, hecho desde las profundidades de una cuarentena que la desafió y a la que supo encontrarle un sentido para darle otro impulso a su propia vida. También habló de las circunstancias en que se dio el Gardel de Oro y lo que ocurrió después y de cómo vivió la reciente experiencia de llenar un Luna Park. 

P: ¿Cómo será el show que vas a presentar este viernes en Neuquén?  

R: El show que estoy presentando es con una banda nueva que armé para este disco Mojigata. Y respecto al show, como ya muchos saben, no doy recitales sino algo distinto, como en entre perfo y fantasía, o más bien las dos cosas juntas. Subo al escenario y me permito ser otra persona por un rato, es mi escape, entonces van a ver una metamorfosis muy sincera. 

P: “Mojigata” es tu último disco, ¿de qué está hecho musicalmente?  

R: Musicalmente es un disco que refleja un sentir muy orgánico y personal. Se basa mucho en mis influencias de una época en la que la pasé mal, en las que esa música era mi refugio para poder existir en el mundo. En los «dosmiles» los noventas estaban muy muy frescos y mi papá tenía un montón de discos en casa, entonces fue así como di con toda otra cara de los 90s, la de las mujeres. Más allá de que Nirvana y las bandas más reconocidas de la época siempre me encantaron, había algo en la sonoridad y en las letras de estas otras artistas. Fue así que Sheryl Crow, Fiona Apple, Alanis, Pj, Björk, entre muchas otras, me marcaron a fuego, era algo más mío, se sentía personal. 

P: Dijiste de “Mojigata” que se trata de un disco de rock, ¿qué es el rock para vos y por qué éste es un disco de rock?  

R: Tuve que pensarlo al hacerlo, primero fue un deseo y luego una búsqueda interna. Para mi fue esa época y esas mujeres. Creo que el rock tiene mil caras, pero ante todo siempre es un estilo que no busca gustar, que es una suerte de destape de olla, es un reflector sobre algo que está en las sombras. Esa época de los 90’s y esas mujeres tenían sus carreras surgiendo y un montón de gente diciendo que eso no era rock. Y ellas la estaban rompiendo. Eso es para mí rock. Ser el campeón no tiene mucho que ver con el estilo, ellas no eran muy tomadas en serio y yo me siento bastante reflejada con eso.  

P: ¿Cómo fue el trabajo de escritura?  

R: Salió una vez hecha la música, como si nada. Van apareciendo palabras que me gusta como suenan en el contexto musical, y después es como terapia. Voy a fondo. 

P: ¿Cómo lo trabajaste en relación a tus otros discos?  

R: Muy sola, lo tenía (y todavía lo tengo) maqueteado en mi casa antes de grabarlo. O sea, lo tenía sonando en orden y muy similar a como quedó finalmente en mi computadora meses antes de entrar a un estudio. Quería tomar decisiones de producción previas a entrar a indicarle a otras personas que hacer, quería estar segura. 

P: ¿Cómo surgió la colaboración de Javiera Mena?  

R: Javiera es un ícono. La admiro mucho y me parece una persona clave en nuestra historia latinoamericana queer. Amuleto es una especie de balada rota, de gente que comparte traumas de una infancia monstruosa. Y para hacer una balada así la verdad es que sólo pude considerarla a ella, era ella o nadie. Sino no hubiese sido sincera. 

P: ¿Qué significa mojigata como título de este trabajo?  

R: Mojigata es como decido nombrar a la época de mi infancia y adolescencia en la que actué un personaje para pasar desapercibida en mi pueblo natal donde yo sabía que era diferente y no podía visibilizar a nadie como yo. En pandemia, cuando hice este disco, noté que esa época que consideraba completamente superada me estaba atando el cuello y ahogando, tenía muchas cosas por resolver aún, cosas que pensaba mías, pero fueron aprendidas para sobrevivir. Ponerle un nombre y apoderarme de eso resignificándolo me está ayudando a sanar, aunque todavía no llegué ahí. 

P: En 2019, ganaste el Gardel de oro por “Prender un fuego” y tu nombre y tu música comenzaron a tener un protagonismo muy fuerte. Sobre todo, a partir de tus reflexiones al respecto. ¿Qué sentís que pasó con todo aquello, tres años después y pandemia mediante?  

R: Creo que el hecho de usar el micrófono para decir cosas fue relevante, fue humano y fue un hecho artístico. Generó reacciones buenas y malas, gente enojada y gente muy contenta con lo que estaba pasando. Para mí eso es todo, hacer que la gente hable de cosas que me parecen importantes me parece un logro. 

A mí me pasa que cuando subo a un escenario no soy más yo, me transformo y un poco entro en un limbo muy personal y solitario, más allá de estar ante 8 mil o 100 personas».

P: ¿Y qué pasó con tu música y vos como artista tras aquel reconocimiento?  

R: Mi música, o más bien mi creatividad, sigue fluyendo como nunca. Honestamente ese lugar sigue intacto, es mi lugar más puro. 

P: ¿Cómo te afectó desde lo creativo/compositivo la pandemia? Imagino que tenías planes para 2020 que tenían mucho que ver con lo que (te) había sucedido artísticamente en 2019.  

R: Yo iba a hacer un parate en el 2020 porque no venía sintiéndome bien conmigo, tenía muchas cosas que resolver. Son las cosas que «gracias» a la cuarentena tuve que tomar muy en serio, no sé si lo hubiese encarado así con tanta profundidad. Entré de lleno en el cuarto oscuro que tengo adentro y todo se inundó de esos fantasmas. Fue duro y sigue siéndolo, pero ahora veo el norte. 

P: ¿Por qué elegiste “Cosa Mia” como primer corte del disco? Teniendo en cuenta el nombre que luego tendría el disco que lo iba a incluir y el sentido que le diste a ese nombre, Cosa Mía no parece ser un nombre simple. ¿O pasó por un lugar más musical su elección?  

La verdad, pasados ya unos meses de haber sacado “Cosa Mia” como primer corte no puedo entender por qué lo elegí. Fue el primer tema que compuse para el disco con la consciencia de que iba a hacer un disco nuevo. Pero no entiendo por qué lo elegí, supongo que porque me parecía algo distinto, es un tema buena onda, pero igualmente no tengo respuesta para eso. 

Romper una guitarra es simbólico. Quien rompe un instrumento en vivo se queja, está cansado, está harto, y me parece que no hace falta enumerar todo de lo que estoy harta».

P: ¿Qué sensaciones te dio un show tan potente como el del Luna Park?  

R: Todavía no entiendo bien qué pasó (van 4 días). Desde que bajé noté que toda persona a mi alrededor me empezó a ver distinto. Como si me hubieran visto hacer algo mágico que yo no vi y no sé qué tengo. No paran de decirme que fue un show histórico. A mí me pasa que cuando subo a un escenario no soy más yo, me transformo y un poco entro en un limbo muy personal y solitario (más allá de estar ante 8 mil o 100 personas). Entonces no sé qué vieron, yo me siento bien, estoy aprendiendo a recibir cariño y aprobación, entonces mi experiencia es completamente distinta a la del resto con el show. Yo estoy tratando de no destruirme y mi entorno está hablando de algo que no vi pero que me da ganas de estar mejor. 

P: ¿Qué sentís que pasó allí con tu música y con vos como artista?  

R: Desconozco. Realmente desconozco, fue un evento del cual estoy agradecida pero no entiendo que me ven. Yo por suerte me pude divertir, y entrar en el juego. 

P: ¿Qué significó la escena final del show en el Luna Park cuando rompés la guitarra?   

R: El show fue en su gran mayoría ideado por Segundo, que es quien inicialmente empezó a trabajar mi estilismo en esta gira, pero de a poco se empezó a involucrar más y más en el escenario y la historia a contar desde lo visual y el relato. Para mí fue estupendo porque es una persona que entiende perfectamente de dónde vengo, tenemos cosas muy importantes muy parecidas en nuestras historias de vida. Entonces no tuve que explicarle mucho qué es Mojigata, él ya lo entiende. Entonces pensó en contar una historia, la de una Juana de Arco que va a la guerra con su ejército (mi banda) para liberarse de las cadenas que tiene puestas en el cuerpo. A lo largo del show me fui sacando capas y capas de ropa para descubrir que abajo de la armadura y de la mujer fuerte había un cinturón de castidad, candados, cadenas, represión. Al final del show, luego de cabalgar, de luchar, de sensibilizarme, viene el momento cúlmine. Me acerco a una roca enorme y saco una guitarra cual Excalibur, que es mi elemento, mi única arma en este mundo, la música. Voy al centro del escenario y grito el último estribillo del último tema (un tema muy sacado y poderoso, de mucho enojo) VIVO ESTANDO LOCA Y YA NO PEGA MÁS y destruyo la guitarra contra el piso. Harta, enojada, decidida a dejar mi vida en ese momento en el que lucho por mi libertad. Es ahí cuando al romper la guitarra empiezo a sangrar y caigo muerta en el escenario. 

Me parecía muy importante que me sacaran muerta de este show porque a la mojigata que yo fui la quiero matar todos los días de mi vida. Y este disco es tan un reflejo de esa época que no podía cerrar distinto el show de presentación del mismo. Romper una guitarra es simbólico. Quien rompe un instrumento en vivo se queja, está cansado, está harto, y me parece que no hace falta enumerar todo de lo que estoy harta, todo lo que tengo que aguantar, todas las presiones que tengo encima. Fue muy liberador hacerlo, fue liberador morir. 

Marilina Bertoldi en el Luna Park, el domingo pasado.

Las entradas para el show de este viernes están disponibles en Flipper (Av. Arg 179) Boleterías del casino (T.Planas 4005) y por sistema en entradauno.com. 


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