La banda neuquina Refucilos presenta Trashumancia, su segundo disco

Sobre una base rockera de bajo y batería, se entrelazan arreglos de armónica, guitarras y saxo que suenan a viento y desierto patagónico. Las líricas son existencialistas, introspectivas y viajeras. Formados en el 2017, Refucilos, porque de ellos hablamos, está integrada Aivans Iraola en armónica, voz y guitarra, Rodrigo Esteves en primera guitarra, Mariano Garro en bajo, Lucas Gambeta en batería, Martin Carro en saxo y Franco Carro en trombón, todos ellos amigos de la infancia repartidos ente Cutral Co y Plaza Huincul.  

Lee También

Pipi Piazzolla habla de Stick Shot», el nuevo disco de su trío de jazz, junto al roquense Lucio Balduini

En 2019, editaron Reverdecer, su primer disco del cual se desprendió el single “La unión”. Recientemente, salió a la luz Trashumancia, su segunda placa, que tuvo como adelante el corte “Oro negro«. Ambos discos están disponibles en todas las plataformas digitales.  

Refucilos presentará Trashumancia este domingo, a las 20, en Pirkas (Santiago del Estero 883, Neuquén). Antes, tocará Cuál es?, de Senillosa. Las entradas, a $1500, pueden conseguirse de manera anticipada a través de las redes sociales de Refucilos o por wasap al 299 5527060. Río Negro se entrevistó con el guitarrista Aivans Iraola:  

P: ¿Cuándo empezaron a «cranear» el nuevo disco? 

R: En este nuevo disco, trabajamos desde el inicio de la pandemia, decidimos mirar hacia adentro con la idea de reflexionar sobre preguntas existencialistas y sentirnos siempre en movimiento. El disco lleva como título “Trashumancia” y “Oro Negro” es el primer corte de difusión que está dedicado y en homenaje a la tierra que nos vio nacer, Cutral Co y Plaza Huincul.  

P: ¿Cuánto tiempo demandó grabarlo?  

R: Hicimos la grabación en cinco sesiones de nueve horas en estudio Sonar de Neuquén con la operación técnica de Marco Vidal (Marfus), nos llevamos todo al Estudio Bootear de Mauro Soto Montecino, quien es nuestro productor artístico y está trabajando en la post producción del disco. La mezcla y mastering lo estamos realizando en Buenos Aires, con Martín Pomares, un especialista en el género rock nacional. Hasta el momento tenemos la mitad de las canciones terminadas y estipulamos en noviembre tener el disco finalizado para lanzarlo a las plataformas digitales. 

P: ¿Cuántos temas incluye? 

R: Este nuevo disco está integrado por nueve canciones, que al igual que nuestro primer disco, propone una gran variedad de estilos como rock, blues, funk y canciones enlazadas con un tinte propio de folk rock sureño.  

P: ¿Por dónde van las letras? 

R: Mantenemos la cuestión existencialista, introspectiva y viajera que venimos manejando siempre. Ahora lleva el concepto de trashumancia que tiene que ver con la adaptación al entorno, al mundo, ser uno con la naturaleza, el ir creciendo y nutriéndose a lo largo del camino. El disco anterior llevó la idea de reinventarse, éste el de adaptarse. 

P: ¿En qué se inspiraron? 

R: Constantemente, trazamos paralelos existenciales con nuestra propia identidad, historia y paisajes, con el viento y nuestros ríos. Nos enfocamos en la capacidad de resiliencia y en el otro como un hermano entendiendo que “…amor es libertad, familia felicidad, salud y nada más.” 

P: ¿Tienen músicos invitados? 

R: Tuvimos la suerte de contar con varios músicos y artistas invitados que han compartido sus miradas, sus saberes y su sentir a través de la música. Incluimos teclados y trompeta con amigos de la comarca petrolera para potenciar el sonido de las canciones. También tenemos unos invitados de lujo sorpresa en la voz y guitarra que lo podrán degustar cuando estrenemos el full álbum. 

P: A nivel sonoro ¿A que suena «Oro Negro»?  

R: En particular, suena a viento patagónico con aroma a jarilla y zampa, contrastado con el fruto de nuestra tierra que es el petróleo. Con un estilo folk western buscamos matizar la canción en un estilo popular y raíces rock. Un gran desafío traducir esas ideas a sonidos matizando paisajes sonoros, por lo que interiorizamos el redoblante como símbolo de marcha del corte de ruta y una voz desgarradora con mucho sentimiento como lo fue la causa del desempleo.  

P: ¿Alguna curiosidad que haya incluido el proceso musical? 

R: Si bien este disco nos encuentra más maduros musicalmente, no sólo incorporamos otros instrumentos, sino que encontramos mejores formas de expresar lo que queremos contar. Como novedad, decidimos incursionar por primera vez en un productor artístico, Mauro Soto, quien nos ensambló las bases, perfeccionó estructuras y está haciendo un laburo de post producción que no habíamos experimentado anteriormente. Por otro lado, quisimos apostar un poco más fuerte en la mezcla y buscar un especialista en nuestro género, Martin Pomares de Buenos Aires, para trabajarlas.