Divididos, «la aplanadora» que moverá el piso de la Fiesta de la Confluencia a puro rock

La banda cerrará la noche de este viernes del gran evento musical a orillas del río Limay. El show será la antesala a su presentación en el Cosquín Rock este domingo.

Hace más de diez años que Divididos no edita un disco con música nueva. Su actual baterista, Catriel Ciavarella, con casi 18 años en la banda, es el que más tiempo lleva en la batería y aun así apenas grabó un disco, “Amapola del 66”, editado en 2010. Sin embargo, la falta de música nueva no fue un problema para la vigencia del trío que este viernes cerrará la tercera noche de la Fiesta de la Confluencia. 

Surgido de la disolución de Sumo, tras la muerte de Luca Prodan en diciembre de 1987, el guitarrista Ricardo Mollo y el bajista Diego Arnedo, amigos del barrio desde mucho antes de Sumo, se mantuvieron unidos en la desolación en que quedó envuelto el grupo luego del fallecimiento de su líder -la otra parte se recluyó en Córdoba y dio forma a Las Pelotas-, decidieron reformularse, seguir haciendo música juntos y darle forma a un nuevo proyecto, La División, en parte, porque de eso se trataba al fin y al cabo, de una división de Sumo, en parte también porque división era una idea que atravesó a Sumo a partir de la influencia de Joy Division vía Luca. 

Sumado Gustavo Collado en batería, el primero de los cuatro que pasarían por la banda, el proyecto pasó a llamarse Divididos, que, en 1989, editó “40 dibujos ahí en el piso”, su primer disco. Un año después, Collado se fue y en su lugar ingresó Federico Gil Solá, con quien Divididos terminó de darle forma a su música. Con “Acariciando lo áspero”, de 1991, los Divididos fueron “la aplanadora del rock”. 

Luego vendría el éxito masivo con “La era de la boludez”, a partir del hit “Qué ves” y la tremenda de versión de “El arriero”, de Atahualpa Yupanqui. También marcaría el fin de Gil Solá en la banda y la llegada de Jorge Araujo y la consecuente reformulación de “la aplanadora del rock” como idea y como sonido. 

Con Araujo, Divididos grabó “Otroletravaladna” (1995), un hiato en la música de la banda, de bajísimo perfil comercial, pero muy rico en cuanto a su carácter experimental. Luego vendrían los exitosos “Gol de Mujer” (1998) y “Narigón del siglo” (2000) y el no tan exitoso, pero no menos interesante “Vengo del placard de otro” (2002).  

Y es aquí donde suceden dos cosas: la banda cambia por cuarta (y última) vez de baterista y los tiempos de edición de discos comienzan a dilatarse más de lo acostumbrado. Con Catriel Ciavarella, Divididos vuelve al estudio recién en 2010 para registrar “Amapola del 66”. Pero los ocho años entre este disco y su antecesor no son nada al lado de los doce años que ya pasaron desde “Amapola…” 

Pero el hecho de que no haya disco nuevo en más de una década no fue un problema para Divididos ni para su público, por el simple hecho que la banda se mantuvo activa reformulando su propia obra experimentando con otros formatos y nuevas sonoridades, utilizando el vivo como laboratorio, como es el caso de “Experiencia 432 (bulín finoli)”, publicado a comienzos de enero. Se trata de una zapada entre el trío y el trompetista Gillespie, un viejo amigo de los tiempos de Sumo. Luego de una entrevista con “La hora líquida”, el programa que Gillespie conduce por Radio Nacional, comenzaron una especie de jam session que revisitó de un modo muy original temas como “Mañana en el Abasto”, “Sábado”, “Azulejo”, “Dame un limón”, “Casitas inundadas a votar”, “Vida de topos”, “Gárgara larga”, entre otros. 

Que no haya disco nuevo de Divididos, no quiere decir que no haya música nueva de la banda porque sí que la hubo: tres temas para ser precisos: en 2018, estrenaron “»Caballos de la noche», aunque se trataba de una versión con letra del tema instrumental «La foca», incluida en «40 dibujos ahí en el piso», el debut discográfico de 1989; mientras que, en 2019, habían sacado “Mundo ganado” y en 2020, “Cabalgata deportiva”.  

A estos habría que sumarle «Insomnio», registrado por cada uno de sus integrantes desde sus respectivos domicilios a raíz del aislamiento preventivo por la pandemia de coronavirus. Porque a lo largo de la cuarentena, Divididos fue una de las bandas que se mostró más activa, con diversos videos compartidos en donde abordaba varios clásicos propios y ajenos, junto a distintas figuras invitadas, como el caso de David Lebón, Wos, Gustavo Santaolalla y Jorge Araujo. 

Y también que el 24 de agosto de 2018 editaron el álbum «Haciendo cosas raras», que fue la regrabación de su primer disco «40 dibujos ahí en el piso«, celebrando sus 30 años como banda. El disco de 11 canciones, una de las cuales es la célebre versión de «Light my fire», de The Doors, contiene una reformulación de «La foca«, cuya melodía original, ya que originalmente era una pieza instrumental, ahora tiene letra, y es la mencionada «Caballos de la noche«.


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