Después de la pandemia, de Okupas y sus dos discos, El Mató a un Policía Motorizado vuelve a Neuquén

La icónica banda platense regresa a Neuquén tras varios años para un concierto, este jueves, en Casino Magic. Entrevista con Santiago Motorizado, bajista y líder del grupo que hace rato juega en Primera sin despegar sus pies del indie.

Hacer ‘Okupas’ me salvó de la pandemia y de muchas cosas más”, dice Santiago Motorizado, bajista, compositor, ilustrador y voz principal de El Mato a Un Policía Motorizado, la banda de rock platense que, desde su creación en 2003, creció exponencialmente sin despegar ni un centímetro siquiera del suelo indie que habita desde siempre.
De aquellas otras cosas que ‘Okupas’ lo salvó no dijo nada Santiago en su diálogo telefónico con Río Negro. No era necesario. Sí dijo, y mucho, sobre la pandemia, ese paréntesis en el que la vida humana estuvo atrapada de un día para el otro.


Si, por un lado, la pandemia, detuvo la marcha de la banda por un tiempo indeterminado; por otro lado, le permitió al bajista encontrar el tiempo necesario para trabajar en la (re)musicalización de la icónica serie creada por Bruno Stagnaro, cuyos once episodios emitidos entre octubre y diciembre de 2000 por la entonces pantalla pública del Canal 7, cambió el modo de pensar la ficción por tevé y que, desde el 21 de julio del año pasado, se encuentra disponible en Netflix.
La charla viene a cuenta del show que este jueves, a las 22, dará El Mató en Casino Magic (Planas 4005, Neuquén), en el cual recorrerán toda la discografía de la banda porque, de lo que se trata esta gira es, en sus palabras, “la celebración de volver a esta juntos” después de dos de aislamientos, distanciamientos, protocolos … pandemia.


Varias veces durante la entrevista se referirá Santiago Barrionuevo, tal es su verdadero nombre, a la idea de celebración y de volver a estar juntos. Un estar juntos que refiere a la banda y el público, pero también a la banda propiamente dicha porque también ellos habían dejado de verse y volver no fue fácil, pero si grato.
“Estuvimos dos años sin tocar por la pandemia, volvimos en diciembre del año pasado con un show en GEBA para mil personas y fue increíble”, dice Santiago. “A partir de ahí arrancó una gira que es de reencuentro entre nosotros con el público y con los lugares también. Creo que a Neuquén no vamos hace seis años más o menos”.
El concepto de esta gira, su leitmotiv, es también un reencuentro con las músicas de las que está hecho El Mató, “hace un recorrido por nuestra discografía, que la gente pueda reencontrarse con las canciones de todas nuestras épocas”.

El Mató ante una multitud en la reciente edición de Lollapalooza Argentina.


Más allá del repaso a modo de reconexión musical, el foco del show estará puesto en el último lanzamiento prepandemia de la banda, “La Otra Dimensión”, un disco que, si bien salió en diciembre de 2019, lo atrapó la pandemia y casi no lo pudieron tocar. También habrá un momento para “Unas vacaciones raras”, el disco hecho en pandemia conformado por siete regrabaciones de viejas canciones elegidas por Stagnaro para la nueva música de ‘Okupas’, más una canción inédita llamada “En la otra ciudad”, compuesta por Santiago para una escena muy puntual del capítulo siete, en la que el protagonista, Ricardo (Rodrigo de la Serna) quiere aprender a robar.


Aquel reencuentro de diciembre pasado en GEBA fue también un reencuentro entre ellos en escena. “Fue una noche increíble”, la recuerda el bajista. “Fue de vuelta estar arriba de un escenario todos juntos, con las canciones que habíamos tocado muchas veces, pero que, después de dos años parados, había que volver a tomarles el ritmo y también el ritmo de nuestros instrumentos”.
Para ser más gráfico, imagina un paralelismo con el fútbol y dice: “Es como cuando un jugador de fútbol se lesiona y está afuera de las canchas un montón de tiempo. Por más que lo hizo durante toda su vida, si paró un tiempo es como que tiene que volver a empezar. A nosotros nos pasó lo mismo, algo que venimos haciendo desde hace muchos años a de pronto se paró y hubo que recomenzar”.


Tras varios meses y un puñado de shows encima, la banda siente que ya está en forma porque, sostiene Santiago, “por más que hayas tocado el instrumento en tu casa todo el día, cuando volvés al escenario pasa otra cosa, es otra sensación. A esta altura del año ya estamos más seguros arriba del escenario, disfrutando más, incluso más que antes de la pandemia. Como que hubo algo ahí que nos cambió la cabeza un poco. Hay que tener todos los sentidos en el momento porque nunca se sabe si termina como nos pasó hace dos años. Por lo menos a mí me hace disfrutar mucho más y de manera más intensa”.
El origen de El Mató a un Policía Motorizado puede ubicarse en Benji Gregory, la banda que tenía el guitarrista Manuel Sánchez Viamonte, alias Pantro Puto. Con Benji Gregory en pausa, aparece Santiago Barrionuevo y, tras él, un compañero suyo del secundario, el baterista Guillermo Ruiz Díaz, alias Doctora Muerte. La formación de lo que será El Mató se cierra con los ingresos del tecladista Agustín Spasoff, alias Chatrán Chatrán, y del guitarrista Gustavo Monsalvo, alias Niño Elefante.


Las entradas, en venta en Nikel (San Martín 526, Cipolletti), Hey Jude (Italia 1542, Roca), Flipper (Av. Argentina 179, Neuquén) y por livepass.com.ar.



Con Benji Gregory, cuyo nombre remite al niño de Alf, como cosa del pasado, la banda aun sin nombre comenzó a dar sus primeros pasos en la escena platense posCromañón. El primer nombre Benji Gregory ya era cosa del pasado y, por un tiempo, fantasearon con llamarse “¿Querías un milagro, John? Te presento al FBI”, una frase de “Duro de matar”, una de las películas de cabecera de Santi Motorizado. Pero fue la línea de otra película de acción, “R.O.T.O.R.” (1987), que Manuel vio al pasar en un televisor en el devenir de una fiesta, la que terminó de bautizarlos: “El mató a un policía motorizado”, decía el subtítulo en letras blancas o amarillas.

Alter. Niño Elefante (guitarra), Pantro Puto (guitarra), Santiago Motorizado (bajo), Chatrán Chatrán (teclas) y Doctora Muerte (batería).


Con nueve discos editados entre EPs y LPs en 19 años bajo el paraguas ético, estético y musical llamado El Mató a Un Policía Motorizado, la banda construyó una sólida carrera cuyo sonido atraviesa de manera coherente toda su discografía. Un sonido apoyado en influencias que van desde los Velvet Underground y Ramones a Pixies y Weezer.
En 2017, la banda editó el que fuera en su momento un disco bisagra: “La Síntesis O’konor”, un disco en el cual, como el propio Santiago dirá en esta entrevista, se permitieron ir más lejos que nunca en cuanto a la búsqueda sonora. De ese disco se desprendieron los que podrían denominarse sus primeros éxitos masivos en el sentido en que puede entenderse este término en el universo de El Mató: “El tesoro”, “La noche eterna”, por caso.

Ego. Gustavo Monsalvo, Manuel Sánchez Viamonte, Santiago Barrionuevo, Agustín Spasoff y Guillermo Ruiz Díaz.


Dos años después, la banda editó “La otra dimensión”, hecho de canciones que había afuera del corte final de “La síntesis O’Konor más algunas versiones acústicas y reversiones de canciones del álbum como “El tesoro”, “La noche eterna” o “Las luces”. Y fue entonces que irrumpió la pandemia y canceló todos los planes de la banda alrededor del disco
“Ese disco era un complemento de ‘La Síntesis O’Konor’”, explica Santiago. “Aunque todos los discos tienes su importancia y salen por algo este no fue un disco cien por ciento de canciones nuevas. Muchas bandas de acá y de afuera están presentando los discos que sacaron un poco antes de la pandemia o durante la pandemia, en nuestro caso este disco tiene esa cosa de no ser totalmente un disco nuevo, aunque teníamos pensada una gira alrededor de ese trabajo. Pero pasaron dos años y pasaron otras cosas como las canciones de ‘Okupas’ y las canciones para el nuevo disco. Estamos como en otra etapa”.
Con la pandemia declarada y el encierro decretado, hubo que reinventarse. O, en todo caso, buscar algo para hacer y lo que Santiago encontró fue el proyecto de remusicalizar ‘Okupas’ para su lanzamiento en Netflix. “Debo decir que ese periodo de pandemia donde se paró la banda me permitió que pudiera abocarme a todos estos proyectos, que habrían sido imposibles con la banda activa”.


Cuenta el Chango, como era conocido antes de ser Motorizado, que todo nació de una invitación de Bruno Stagnaro, quien, a fines de 2019, le pidió permiso a la banda para usar siete canciones de El Mató. “Obviamente, le dije que sí, sin conocerlo a él, pero feliz de que haya elegido a la banda para remusicalizar ‘Okupas’. De esa charla surgió algo más porque él necesitaba como 50 canciones que encajaran justo en cada escena, con la narrativa de cada escena. Yo le dije que podía hacer música nueva y meterme en otros géneros como para componer especialmente para Okupas. A Stagnaro le gustó la idea y empezamos a probar. Al principio me mandó un par de escenas y probé un par de cosas que le gustaron y fuimos para adelante. Compuse cerca de 45 piezas musicales nuevas para Okupas, entre música incidental y canciones. Fue una locura. Y pude hacerlo porque tuve bastante tiempo producto de la pandemia. En otro momento creo que hubiera sido imposible”.
De ese trabajo compositivo surgió el disco “Canciones sobre una casa, un perro y cuatro amigos”. Pero Okupas también ocupó a El Mató a partir de la regrabación de las canciones elegidas por Stagnaro. Y de ese trabaja reinterpretativo surgió lo que hasta ahora es el último disco de la banda, “Unas vacaciones raras”. Ambos fueron editados el año pasado.


“Cuando en 2021 se abrió un poco el tema pudimos grabar baterías en Romaphonic y volver a encontrarnos entre nosotros, vernos las caras después de un tiempo largo. Fue divertido y fue un desafío también buscar cosas de sonido que habían quedado en el tiempo. Fue muy de pandemia eso; porque la pandemia trajo también mucha introspección en todos, de recorrer como era nuestra vida antes. Y en este caso, volvimos a nuestras canciones viejas. Disfrutamos eso, reencontrarnos en esas circunstancias y mantenernos activos”, confiesa Santiago sobre los días en que trabajaron sus viejas canciones para Okupas.
La experiencia Okupas atravesó a toda la banda, en definitiva. La llevó de viaje por su pasado y le permitió, al menos a Santiago, a experimentar con sonoridades tan ajenas a él como pueden serlo el tango, el folclore y la cumbia. ¡y ahora, qué? “De la parte creativa que estamos empezando a recorrer, grabamos tres canciones nuevas y el punto de partida es ‘La Síntesis O’Konor’. Obviamente que con toda la experiencia Okupas nos atravesó. Desde el punto de vista estético, no creo que retome esa parte que abordé en el disco, pero sí debo decir que esa experiencia me dio cierta seguridad en la libertad de irme para cualquier lado, eso sí lo tengo presente. Un poco la premisa, ahora que empezamos a trabajar en las nuevas canciones, es tomar como punto de partida la ‘La Síntesis…’ y de ahí irnos para cualquier parte, lo que pidan las canciones, lo que tengamos ganas de hacer. Y pensar canciones que tengan la liberad de ir para cualquier lado y no pensar tanto en el álbum. Por ahí uno piensa mucho en el álbum y trabaja para que todo tenga una línea más dura, más conceptual. Ahora pensamos diferente”.


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