45 años de «Héroes», el himno de David Bowie que no tenía letra hasta que descubrió a dos amantes
El 23 de septiembre de 1977, David Bowie publicó "Héroes", el primer corte del disco homónimo. Grabado durante su estadía en Berlín, forma parte de una trilogía de discos que el músico produjo entre 1977 y 1979 en la ciudad alemana.
En 1976, David Bowie supo que iba a camino a volverse loco. Dos años antes se había convertido en un adicto a la cocaína, droga que consumía en altísimas dosis combinadas con pimientos rojos y verdes y leche, tal era su dieta alimentaria de entonces. En esas circunstancias a las que solo pueden sobrevivir las estrellas de rock, Bowie grabó los discos Young Americans (1975) y Station to Station (1976), y filmó The Man Who Fell to Earth (1976). Se suponía que también iba a componer la música del filme, pero eso nunca llegó a suceder a causa de su mal estado físico y mental. De aquel trabajo sobrevivió una pieza instrumental “Subterraneans”, que fue a parar a “Low” (1977).
Tras la gira promocional de “Station to Station”, que lo mantuvo ocupado durante la primera mitad de 1976, y decidido a no ser otra estrella de rock caída en desgracia, Bowie abandonó Los Ángeles, ciudad a la que culpaba por todos sus males, para, junto a Ángela, su esposa de entonces, regresar a Europa. Ambos se instalaron en Suiza, en un chalet en las montañas al norte del lago Lemán. Allí comenzaría lo que luego se conoció como “trilogía de Berlín”.
Dos personas fueron decisivas para que aquella trilogía suceda: Iggy Pop y Brian Eno. Al igual que Bowie, la Iguana escapaba de una adicción, en su caso a la heroína. Bowie no solo invitó a su amigo a la aventura europea, sino que también participó de su lanzamiento solista, tras la disolución de The Stooges. Por lo que, bien vista esta época, se trató de algo más que una trilogía: entre ambos produjeron cinco discos, de los cuales cuatro se hicieron en un mismo año, 1977.
El 14 de enero Bowie editó “Low”, su undécimo disco, grabado entre la campiña francesa y un estudio berlinés ubicado a 500 metros del muro, del lado occidental por supuesto. Pero en vez de salir a tocarlo para darle apoyo comercial, Bowie decidió acompañar a su amigo y convertirse en su tecladista. De esta colaboración surgieron The Idiot, en marzo; y Lust for Life, en agosto, sin dudas dos de los mejores trabajos de Iggy Pop hasta la actualidad.
Pasemos al otro protagonista decisivo de la etapa berlinesa de Bowie. Fuera de Roxy Music, Brian Eno habían comenzado una etapa solista marcada por su admiración por el movimiento musical alemán conocido como krautrock. En 1976, se habían encontrado en Londres durante la gira de Station to Station. Eno trabajó en “Low”, dándole un sonido ambient a la música de Bowie.
El segundo trabajo de la trilogía será “Héroes”, acaso el mejor de sus tres discos berlineses. Sobre todo, por el hit que le dio nombre al disco. “Héroes”, el tema, es el tercero del disco homónimo, un tema que iba a ser instrumental hasta una noche que Bowie vio algo desde la ventana del Hansa Studio que le dio la historia para la letra que no tenía: dos amantes besándose en la penumbra de la noche berlinesa ante la mirada no tan lejana (binoculares mediante) de los soldados apostados del lado oriental del Muro.
Dijimos que dos personas fueron decisivas para que la trilogía berlinesa fuera posible. Otras dos lo fueron para “Héroes”, el tema. Uno de ellos fue el guitarrista Robert Fripp, quien se hizo cargo de la guitarra principal y del clásico riff. El otro, Tony Visconti, productor e ingeniero de sonido del disco, pero, sobre todo, uno de aquellos amantes que había inspirado a Bowie. Fueron Visconti y su amante Antonia Maass, que también grababa con su banda de jazz en los Hansa Studios y que colaboró en los coros de “Heroes”, los héroes de aquella noche de amor furtivo ya que, por entonces, Visconti era un hombre casado.
La épica de “Héroes” no sólo está impresa en la guitarra de Fripp y sostenida por los sintes de Eno; también sucede por interpretación vocal de Bowie, quien le aporta un crescendo hasta tocar límites desgarradores. La cultura pop hizo de “Héroes” un himno multipropósito que, en su origen, no era más que una canción sobre dos amantes anónimos en un mundo inestable. Esa canción sobre dos amantes anónimos (al principio) en un mundo inestable apenas si tuvo éxito. Editada el 23 de septiembre de 1977 como anticipo del disco homónimo, fue apenas la número 24 en las listas de éxitos británicas. Peor le fue en las de Estados Unidos donde ni siquiera apareció.
El tiempo que Bowie pasó en Berlín fue ciertamente breve, no llegó a tres años, pero productivo y exitoso. Es cierto, no en lo inmediato, como lo demuestran las calificaciones del tema más emblemático de esa época, sí en cambio visto en retrospectiva. La de Berlín fue una etapa experimental dentro de lo experimental que fue siempre el arte de Bowie. Y fue sobre todo un artista reencontrándose con sí mismo. Despojado de sus varios alter egos que lo habían habitado desde el comienzo mismo de su carrera, Bowie trabajó en sonidos y estéticas de pop minimalistas, industriales y las provenientes del krautrock alemán.
Repasemos: en 1969 dio vida al Major Tom, su primer alter ego creado para «Space Oddity”; en 1972 -irrumpió Ziggy Stardust , uno de sus personajes más famosos, concebido para darle vida al emblemático álbum ‘The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars’; en 1973, Bowie fue Aladdin Sane; y en 1976 nuevamente cambia su identidad para recibir a The White Duke, El Duque Blanco, protagonista de “Station To Station”. Stop! Ya no más otros yo si quería salvar su salud mental y hasta su propia vida. Y fue Bowie por (más de) una vez, parafraseando de algún modo la lírica de “Héroes”. Y contra casi todos los pronósticos, el experimento funcionó porque, seamos sinceros, ¿qué podía salir mal entre Bowie e Iggy Pop sueltos en Berlín? Casi todo. Pero no, Iggy Pop salió airoso de su etapa inmediatamente posStooges con dos discos imbatibles y Bowie reescribió su filiación al pop anticipando sus próximos veinte años.
“Héroes”, como su antecesor “Low” y su sucesor “Lodger (1979), el tercero de los tres de Berlín, puede dividirse en dos partes iguales: una de pop amigable y la otra sumamente experimental con piezas como “V-2 Schneider”, “Sense of Doubt”, “Moss Garden” o “Neuköln”, donde Brian Eno, desde sus teclados y sintes, suelta todo su arsenal ambient. “The Secret LIfe of Arabia”, la canción que cierra el disco retoma parte del sonido previo a Berlín.
“Héroes”, la canción, puso a Bowie en otra dimensión. En 1987, diez años después de ser editadas, el músico volvió a Berlín para un show multitudinario pegado al lado occidental del Muro, una jugada estratégica ya que permitió que fuera escuchado en Berlín Oriental. «Enviamos nuestros mejores deseos a nuestros amigos que están al otro lado del Muro», dijo Bowie antes de comenzar a cantar con buena parte del sistema de sonido del show apuntando al este. Del otro lado, le devolvían la gentileza con el grito Mauer weg! (¡abajo con el Muro!).
Bowie fue reconocido por las autoridades alemanas como un héroe por aquel concierto en particular, pero también por sus años en Berlín. Mientras que “Héroes” pasó a ser oficialmente el himno de la ciudad dividida. «Ahora estás entre los héroes. Gracias por contribuir a derribar el Muro «, le reconocieron al músico.
A pesar de esto y todos los otros usos que se hicieron de la canción, Bowie nunca dejó de recordar que aquello se trató de dos amantes –dos alcohólicos, dirá Visconti- en un muro, desafiando, a besos, un Muro y a sus vigilantes fusil en mano. Porque ese simple gesto los convertía en héroes, por qué no, en héroes solo por un día.
Yo, yo seré el rey
Y tú, tú serás la reina
Aunque nada los alejará
Podemos ser Héroes, sólo por un día
Podemos ser nosotros, sólo por un día
Yo, yo puedo recordar (yo recuerdo)
De pie, junto al muro (junto al muro)
Y las armas, dispararon sobre nuestras cabezas (sobre nuestras cabezas)
Y nos besamos, como si nada pudiera caer (nada podría caer)
Y la vergüenza, estaba en el otro lado
Oh, podemos vencerlos, por siempre y para siempre
Entonces podríamos ser Héroes, sólo por un día
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