Una década de femicidios en la región: 93 mujeres menos

Según un registro elaborado por "Río Negro" fueron 93 los femicidios en la región en once años. La mitad tuvo condena firme y cerca del 21% de los femicidas se suicidó. Ocho mujeres; juezas, funcionarias, periodistas y militantes cuentan qué pasó en esa década y los avances en materia judicial, política, social y mediática.

Por Redacción

22 Nov de 2018
Producción periodística: Florencia Bark Natalia López Virginia Trifogli
Archivo Diario Río Negro – Diseño y desarrollo web: Marina Taján.

Según un registro elaborado por “Río Negro” fueron 93 los femicidios en la región en once años. La mitad tuvo condena firme y cerca del 21% de los femicidas se suicidó.
Ocho mujeres; juezas, funcionarias, periodistas y militantes cuentan qué pasó en esa década y los avances en materia judicial, política, social y mediática.

 

“Te gané Juan, me la llevé yo”, “sacame una foto apuntándole a esta gila”, “me voy y me llevo lo más querido”.
Así sonaban las voces de hombres que –con saña- creyeron a mujeres objetos de su propiedad, que decidieron día y hora de sus muertes, que se creyeron dueños de arrebatarle la vida a sus parejas, ex, hijas, nietas. Para siempre.

 

Hacé click para ver caso por caso:

Dato: Algunas de las víctimas no tienen foto debido a que no pudieron ser halladas en ningún archivo público. El resto, fueron relevadas de este diario, medios de la región y redes sociales.
Femicidios en números

 

 

 


Son 93 las mujeres que ya no pueden hablar, muertas por la violencia sexista, víctimas de femicidio en las provincias de Río Negro y Neuquén en la última década. Asesinatos perpetrados con alevosía, muchas de ellas antecedidas por otros tipos de abuso, violencia psicológica, verbal, física y sexual.

Niñas, jóvenes y adultas; con familias destrozadas en busca de una justicia que nunca es suficiente. Una justicia que dió condena firme a 47 de los casos (51%), de los cuales siete (15%) fueron absueltos. Lo cierto es que el 100% de esas mujeres, son ahora parte de una estadística que duele y que cobró visibilidad social con el pasar de la década.

 
 
¿Por qué decimos “femicidio”?

Es un término político. “Es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad”, como entiende “La Casa del Encuentro”, una organización no gubernamental que durante más de diez años elaboró información sistematizada y confiable sobre femicidios en todo el país.

Esa relación se da en el marco de una sociedad patriarcal originada con la aparición de la propiedad privada y la subordinación de la mujer al trabajo doméstico.

El concepto “femicidio” fue desarrollado por la escritora estadounidense Carol Orlock en 1974 y utilizado públicamente en 1976 por la feminista Diana Russell, ante el Tribunal Internacional de los Crímenes contra las Mujeres, en Bruselas.

“Es acuñado en el campo de las ciencias sociales y nace con el objetivo político de visibilizar la discriminación, desigualdad estructural y violencia sistemática contra las mujeres”, como describe la jueza rionegrina Adriana Zaratiegui.

Es desde este paradigma que contabilizamos 93 casos de femicidio en Río Negro y Neuquén en los últimos once años y al menos cinco intentos de femicidio, que no tuvieron éxito.

En esta década, el año en que más cantidad de femicidios se registraron fue el 2009 con trece víctimas entre ambas provincias. Luego, siguen el 2008 y 2014 con doce muertes en cada uno.

Esta estadística fue confeccionada por este medio mediante el entrecruzamiento de datos de fuentes oficiales –que sólo existen desde 2015-, fuentes alternativas (ONGs) y medios de comunicación, incluyendo el archivo del Diario Río Negro.


“Las legislaciones -en general- entienden por femicidio el homicidio doloso de una mujer por el hecho de ser mujer, en tanto que el Código Penal se refiere a la muerte de una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género abarcando toda muerte de una mujer producto de esta violencia, que no sólo es aquella que se produce mano a mano con un hombre, sino también aquella que emerge como resultado de políticas de tolerancia de la violencia por parte del Estado” Adriana Zaratiegui, jueza del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro.


Impacto social

Detrás de cada caso, de cada mujer asesinada en el contexto de la violencia de género, hay un nombre y apellido, una historia particular, una vida que quedó trunca, y cuyo desenlace tuvo consecuencias para las familias y para las comunidades donde estaban insertas.

Como el caso de Daiana García en 2008 que tenía 14 años y estaba embarazada cuando su novio César Offidani la mató en General Roca. “Te gané Juan, me la llevé yo”, había escrito el hombre en el abdomen de la joven.

Ese mismo año en Cutral Co, a Mónica Guerrero su pareja Alvaro Bedenchuk la arrojó al vacío desde un tercer piso, frente a su hija de 6 años como única testigo de la escena.

El caso de Miriam Flores en Neuquén, asesinada por su pareja Salvador Pucci, también alcanzó aristas particulares. Pucci era reincidente. Cuando cometió el crimen, estaba en libertad condicional por el homicidio de su primera esposa Sebastiana Lara. En 2012, fue condenado a 20 años de prisión por el crimen de Miriam y dos años más tarde, él se suicidó en su celda.

En 2010, el caso de Verónica Villarruel en Sierra Grande derivó en una condena al Estado provincial rionegrino por no haber brindado la atención adecuada en un hecho de violencia de género que terminó con la vida de una mujer.

En 2016, la seguidilla de muertes violentas de Ruth Sagaut, Natalia Báez y Micaela Bravo en Bariloche motivaron una vez más la movilización de las organizaciones de mujeres de la localidad.

Este año, tuvo repercusión nacional el doble femicidio de Las Ovejas en Neuquén. Karina Apablaza y su hija Valentina murieron apuñaladas por su ex Lorenzo Muñoz. Tras semanas de incógnitas sobre su suerte, Muñoz apareció muerto: se había suicidado el mismo día del hecho. El caso derivó en un jurado de enjuiciamiento a los funcionarios judiciales que llevaron adelante la investigación. Uno de ellos terminó destituido.

Patricia Parra, el último caso ocurrido en octubre del 2018 en Colonia Fátima, Cervantes; asesinato perpetrado por su ex de 30 puñaladas, tuvo la prisión preventiva y formulación de cargos más rápida hasta el momento: a tan solo 24 horas del hecho. Paradigmático caso que aún está en curso.


La década a través del tiempo: ¿en qué avanzamos?
 
En la justicia
 
Adriana Zaratiegui
Jueza del Superior Tribunal de Justicia de Río Negro y representante en la Oficina de Género del Poder Judicial

En estos últimos diez años podemos citar avances: la creación de la Oficina de Género para erradicar los estereotipos de género en el trato con la víctima y en la interpretación de las normas jurídicas; la promoción del trabajo en red con agencias del Estado; el trabajo con poblaciones vulnerables (mujeres con discapacidad, privadas de libertad y de los pueblos originarios) y el fortalecimiento de los Juzgados de Familia mediante la incorporación de equipos técnicos interdisciplinarios.

También, lo son el armado de una guía para juzgar con perspectiva de género (en elaboración); y la recopilación de datos que permitan generar estadísticas sobre femicidio armando un registro anual junto a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Recientemente el Procurador General dispuso como obligación y carga funcional caratular como “femicidio” los legajos de investigación penal en que resulte víctima fatal una mujer (o quien se auto percibe como tal), por la acción de un hombre, cuando la comisión del hecho desde el origen de la investigación penal, denote una motivación especial o un contexto que se funda en una cultura de violencia y discriminación por razones de género.

Juezas y jueces comprometidos con la Constitución deben formarse en género y en los derechos humanos de las mujeres (…) Si bien el machismo no es solo “cosa de hombres” sino “de cabezas”, la existencia de tribunales más heterogéneos e inclusivos posibilita la incorporación de diversidad de argumentos reproduciendo en su composición el universo de justiciables.

 
Soledad Gennari
Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Neuquén

Considero como hecho más relevante la visibilidad que se le ha dado a la violencia más letal contra la mujer como es el femicidio. Justamente este fenómeno derivó en la recepción legislativa en el año 2012, incorporando la figura específica al Código Penal.

Otro avance significativo es el que llevó la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al crear el registro de femicidios, herramienta de medición estadística que debe utilizarse para elaborar políticas públicas para erradicar estos delitos, que son indicadores de una sociedad que no logra desarrollarse plenamente, pues se trata de derechos humanos vulnerados sistemáticamente.

Por otra parte, es importante en el caso de Neuquén, la creación en toda la provincia de una red de atención pertenecientes a la Oficina de Violencia del Poder Judicial que progresivamente va extendiendo su alcance.

También es significativa la creación de la Oficina de la Mujer del Poder, que desde su creció ha capacitado al 77% de las personas que integran este poder, en el uso de los protocolos sobre perspectiva de género, trata y explotación sexual y violencia doméstica.

En políticas públicas
 
Laura Azanza
Titular del Consejo de la Mujer de Río Negro

“Desde el año 2016 el Consejo Provincial de la Mujer se hace cargo de la asistencia de las mujeres en situación de violencia y el Estado comienza a acompañar con recursos económicos para el pago de alquileres, alojamientos, módulos alimentarios y de higiene. En Viedma, Bariloche, San Antonio, Sierra Grande y Villa Regina se pone en marcha un sistema de guardias pasivas de 24 horas todos los días del año.

Se trabaja tanto en lo preventivo con capacitaciones a la comunidad, sistema educativo y agentes públicos, como en la asistencia y contestación de oficios judiciales y demandas espontáneas. Asistencia y seguimiento desde lo económico y articulación con los hospitales públicos para el tratamiento psicológico.

Se ha avanzado mucho en materia de sensibilización a la comunidad y en entender que la violencia es una responsabilidad de todes. La dificultad se plantea en los tiempos del sistema judicial y en la celeridad para disponer las medidas cautelares hacia la mujer en situación de violencia. (…) Se mejoró la articulación con la línea 144 y a través de ella realizamos traslados de mujeres no sólo a otras provincias de origen sino también a países limítrofes. (…)”

 
Patricia Maistegui
Subsecretaria Provincial de Mujeres de Neuquén

“La incorporación en la sociedad del femicidio como un delito cometido hacia las mujeres por parte de los hombres por el solo hecho de ser mujeres, un tema puntual de la inequidad de género en la que vivimos.

En la justicia, algunas causas ya se caratulan como femicidio, lo que es un avance muy importante porque hasta ahora todas eran homicidios agravados por el vínculo, por ejemplo, pero no femicidios.

De acuerdo al relevamiento que hemos hecho desde la subsecretaría, tenemos 57 femicidios, los últimos cinco ocurridos en el mes de enero y febrero de este año, una cifra alarmante que obliga a tomarlo ya como una problemática más hacia las mujeres, no como un hecho aislado sino como una problemática permanente.

Una de las necesidades que se presenta es trabajar las consecuencias del femicidio en los grupos familiares, que son víctimas también. Todavía hay que trabajar en eso desde el Estado”.

 
En el ámbito social
 
Nery Cárcamo
Comisión Pro Encuentro de Mujeres Bariloche

“Hemos marchado por las problemáticas que hacen a la violencia contra la mujer, los casos de femicidios y violaciones. Ha sido una lucha constante en diferentes instancias y movilizaciones. Fueron 33 años de Encuentros Nacionales de Mujeres en los que participamos, peleando la ley nacional 26.485 para prevenir, erradicar y sancionar la violencia de género en todos los ámbitos. Es una ley que peleamos muchos años.

Así conseguimos también la apertura de la casa refugio Amulen desde el 2008, y la ordenanza que declara la Emergencia en Violencia hacia la mujer en el ejido municipal, que habilita recursos. Esta norma logramos que se prorrogara dos veces, la última fue aprobada el jueves.

No podría decir si lo que se avanzó fue mucho o poco, pero sí que ha costado y aún falta. Falta más presupuesto, más políticas realmente serias que aborden la temática, con difusión en los barrios, colegios, organizaciones de base.

Necesitamos mujeres que caminen los barrios, para prevenir, educar y transformar esta realidad manzana por manzana. Es en los barrios donde más difícil porque es donde más castiga la situación económica del país. Falta más recurso económico porque no basta con voluntades”.

 
Graciela Alonso
Colectiva Feminista La Revuelta Neuquén

“Las organizaciones sociales, en nuestro caso feministas, hemos avanzado mucho en estos diez años en relación a varias dimensiones. Una de ellas es poner un problema del orden de lo privado en lo público y generar sensibilidad social en relación a los femicidios.

En el pasaje de lo privado a lo público, que durante muchas décadas a partir de reconceptualizaciones de los femicidios en las sociedades como un tema de disciplinamiento -de volver a poner a las mujeres en el lugar del cumplimiento de un mandato moral y a los varones de la virilidad-, hemos podido conceptualizar a los femicidios de una manera distinta y actuar en relación a los medios de comunicación, a la pedagogía cotidiana de una manera diferente.

A partir de eso, de las grandes movilizaciones, de mostrar en cada situación de femicidio, qué era lo que allí la sociedad se estaba jugando, fue que se ha producido un avance muy importante.

Todos los avances, mientras los crímenes continúen, siempre parecen pocos, pero si nos ponemos a revisar esta última parte de la historia vamos a ver que no es así. Falta, sí falta, mucho, que la sociedad deje de acostumbrarse a los femicidios, que la soportabilidad social siga teniendo límites y para esto quienes nos movilizamos a partir de ni una menos, de los 8 de marzo, de los 25 de noviembre, hemos ido generando mucha consciencia social con relación a estos temas”.

En el ámbito de los medios de comunicación
 
Belén Spinetta
Periodista de Comunicar Igualdad y la Red PAR

Se visibilizó el femicidio como una problemática. Esto que años atrás se identificaba como “crímenes pasionales” ahora se identifica como femicidio, tiene que ver con una aproximación al entendimiento de que se trata de asesinatos de mujeres por su condición de mujeres en una relación desigual de poder. (…)

Hay una tensión política entre los “crímenes pasionales” o relatos policiales sensacionalistas, amarillistas preocupados por la vida de las victimas mostrando imágenes morbosas, y un discurso periodístico de mayor contenido social que apunta a visibilizar las causas profundas de la violencia sin relatar los femicidios como hechos extraordinarios sino como parte de una realidad y problemática vigente.

En 2015 con el primer Ni Una Menos hubo una irrupción masiva de las problemáticas de la violencia de género en las agendas de los medios. Muchos periodistas que no usaban femicidio ni violencia de género porque no estaba en el Código Penal, hoy lo toman porque lo ha incorporado la justicia y esto en la Argentina tiene que ver con la lucha profunda del movimiento de mujeres.

 
Melina Fit
Periodista 8300 Neuquen

“Desde mi visión como periodista feminista ha habido un avance en las formas de comunicar los hechos por violencia machista, los femicidios, las denuncias por violencia. Se ha incorporado la palabra femicidio a la hora de nombrar el asesinato de una mujer y ya no se habla de crimen pasional (…)

Ha habido avances a nivel legislativo que se han traducido en una perspectiva distinta a la hora de abordar estos hechos en los medios de comunicación.

También se ha incorporado la temática LGTB, mostrando estas vidas de forma no estigmatizante, mostrándolas como trabajadoras, como referentes de diferentes profesiones.

Se visualizó a la mujer no solamente como ama de casa y madre, sino también como luchadora. Por ejemplo, con el surgimiento del Colectivo “Ni una menos” o con las marchas por el reclamo del aborto legal. Me parece muy interesante que la mujer está representada como una luchadora por sus derechos.

Esto es producto de la lucha de las mujeres periodistas y feministas por una comunicación no sexista. Trabajando a través de capacitaciones, de mucha insistencia en los medios. (…)”


Eran hijas, hermanas, novias, parejas, esposas o ex. Algunas eran madres, tenían un hijo, dos, o cuatro; otras estaban embarazadas y otras ni siquiera llegaron a planteárselo.

Algunas habían pedido ayuda; otras tenían planes de una vida nueva y otras padecían en silencio. Estas 92 mujeres eran muy diferentes entre sí, nunca se conocieron, y sin embargo tenían algo en común: eran mujeres y fueron asesinadas por el sólo hecho de serlo, porque un varón o varios las consideró un objeto de su propiedad.

La violencia de género, en esencia, no tiene que ver con la edad que tengas, el lugar dónde vivas, ni con lo que vos hagas o dejes de hacer, sino con un sistema de dominación del varón por sobre la mujer, arraigado en la cultura, que genera desigualdad, la mantiene y la reproduce hasta su forma más extrema.

Y por eso cabe la siguiente pregunta de acá en adelante:

Si tenes datos o conoces algún caso que no esté mencionado escribinos a:
ultimomomento@rionegro.com.ar

Femicidio, Violencia de género

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