Los puntos críticos de la contaminación en los ríos de la Confluencia
Contaminación con escherichia en el Río Negro, Limay y Neuquén. Hay por lo menos 7 puntos críticos y a las plantas de tratamiento les falta un largo trayecto para ser ideales
Contaminación con scherichia coli:
Texto e investigación: Lorena Vincenty
Hace un año Neuquén preguntaba en las calles “¿Qué río le vamos a dejar a nuestros hijos?” La temporada del balneario parecía concretar un viejo presagio: el río se había convertido en un inodoro gigante y uno de los balnearios era clausurado por exceso de escherichia coli. Un año más tarde, algunas cosas cambiaron pero los estudios que se realizan en los ríos, no liberan al agua de mierda. Muestran por lo menos 7 puntos críticos (de más de 1.000 millón de partículas por 100 ml ).
El último monitoreo del Programa de calidad de Agua de los Ríos Limay y Neuquén se realizó en enero y febrero. Se tomaron 48 muestras cerca de plantas de tratamiento, zonas donde hay tomas de agua y secciones intermedias. En los resultados aparecen 20 puntos por debajo de las 1.000 millones de partículas cada 100 ml de agua, 6 con entre 1000 y 5000 partículas y un punto rojo que supera los 5000.
El río Neuquén a simple vista, se ve más estancado. En sus costas se junta mugre y por el cauce flota basura. Allí hay 4 puntos críticos. Dos están a la altura de la Central Térmica Alto Valle y en Barrio Bocahue, que coinciden con derrames del lado de Cipolletti. Dos más, aparecen aguas abajo de Parque Industrial, en la urbanización Rincón del Río y coinciden con plantas y lugares industriales.
Sobre el río Neuquén, el punto de más de 5000 partículas coincide con la descarga del Canal de los Milicos.
El límite para uso recreacional de esterichia son 200 formadores de colonia por ml (de promedio en 5 análisis), pero una cosa es el uso del agua y la otra la calidad del río. Para la calidad se toma el índice de calidad del agua (ICA) que surge en Estados Unidos (National Sanitation Foundation – NSF) y en la actualidad lo utilizan en muchos países del mundo.
“Es diferente tratar la escherichia aislada. Frente a una toma de agua para una planta de tratamiento para purificarla, lo tolerado son hasta 1.000 partes y en un balneario no puedo pasar de 200. Son bacterias y hay que hacerlo con un desarrollo y análisis químico en laboratorio”, dijo Elías Sapag presidente de la AIC.
El 19,5% de la población no está conectada a la cloaca
De los dos ríos, el Neuquén es el más complicado y de todas las ciudades de la Confluencia, Plottier es la peor alumna en vías del encuentro de la solución. Salvo Neuquén que tiene 3 plantas de tratamiento y, según datos oficiales, trata el 95% de los líquidos, varias localidades apenas tratan la mitad de lo que producen. Los que no están conectados a cloacas tienen pozo ciego y otros se conectan clandestinamente a canales, desagues o tiran a las calles. Esos líquidos buscan el cauce hacia los canales y terminan en el río. A su vez, cuando los sistemas de las plantas viejas y sin mantenimiento colapsan, se producen vuelcos crudos al río.
En la Confluencia de los ríos Neuquén y Limay viven cerca de 400.000 personas. De este total aproximadamente 78.200 no están conectadas a la red cloacal, es decir, un porcentaje de 19,5% de habitantes que no cuentan con tratamiento de líquidos residuales: tienen pozos ciegos que se filtran a la napa.
En este sentido, Neuquén tiene el problema de descargas clandestinas en el Canal Villa María, Necochea y en el Arroyo Durán. La ciudad cuenta con 16 canales principales, de los cuales el 85% desembocan en Durán y los restantes en el Villa María. El Durán, es el más afectado, y el olor del agua que lleva lo demuestra. Atraviesa la ciudad desde el extremo Oeste y sirve de desagote natural del agua de lluvias, pero a lo largo de su curso hay numerosas conexiones cloacales domiciliarias clandestinas. En marzo, el gobierno provincial inició los trabajos para ejecutar la primera etapa de saneamiento del arroyo.
Otro ejemplo, de cómo los desechos van a parar al río, lo detectó “Río Negro” sobre el canal Crouzeles.
El reclamo de las organizaciones ambientalistas
El año pasado vecinos autoconvocados y organizaciones ambientalistas comenzaron a reclamar con fuerza en Neuquén. Llegaron a las costas embanderados, a la Defensoría del Pueblo, la Legislatura y la Justicia. Y algo lograron, se sancionó la ley 3017 de alerta hídrico, se creó un comité de alerta temprana ambiental. Ahora luchan para que la reglamenten la ley.
Denunciaron que los pluvioaluvionales que llevan el agua de lluvia al río, ingresan al cauce contaminados y responsabilizaron a la Municipalidad, a la Provincia y a funcionarios de la AIC. Una fiscal federal imputó a seis funcionarios del EPAS por contaminar el río Neuquén.
La bronca llegó a los cauces e hizo hervir el agua de dos ríos, que hoy, de a poco se depura. Hubo buenas voluntades pero las plantas necesarias para terminar con el problema no se inauguran con la velocidad necesaria. Los que saben, sostienen que la capacidad de fiscalización y control es restringida por la amplitud de lo que hay que controlar.
“Se avanza en plantas de tratamiento, pero hay que trabajarlo en un plan a conciencia, porque después hay problemas. Debe tener buenos cuadros profesionales. No se puede parar la planta, se debe trabajar de manera eficiente en los sistemas. Hay que contemplar todas las situaciones. No solo se trata de ampliar la planta, debe haber un plan estratégico, darle prioridad al cuidado del río por encima de los organismos que operan. Que no sea una foto de hoy y después pase de agenda”, dijo desde el Colegio de Profesionales del Ambiente de Neuquén, Pedro Brissio.
Para el concejal del UNE, Francisco Baggio, a un año del revuelo la situación de contaminación es crítica porque no se atacan los problemas centrales. Mencionó las conexiones clandestinas a los canales, el mal funcionamiento de las otras plantas como la de Parque Industrial y Bardas Norte (Neuquén capital), la de Plottier y la de Centenario, como las más importantes. También recordó que Senillosa aún no trata sus líquidos cloacales porque la planta de procesamiento no está terminada. Por otra parte, en Plottier, los análisis aguas abajo dan bien.
Las hipótesis que se manejan, es que entre Senillosa y Neuquén hay descargas difusas que se hacen en tierra. Por otra parte, el río Limay tiene un alto nivel de autodepuración.
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