Escalandrum celebra el centenario de Astor Piazzolla con “100”
El sexteto de jazz liderado por el baterista Daniel Piazzolla, nieto del bandoneonista, editó su décimo cuarto disco una selección de composiciones de Astor interpretadas por el celebrado conjunto.
El grupo de jazz Escalandrum celebrará el jueves pasado por partida doble el día del centenario de Astor Piazzolla ya que lanzó su nuevo disco “100”, con obra del bandoneonista, y porque protagonizó el concierto dentro del ciclo del Teatro Colón en compañía de Chango Spasiuk, Gustavo Bergalli, Elena Roger, Jairo y Raúl Lavié.
“Por suerte puedo separar al nieto del músico y siento que estoy tocando la música que me representa y que es la más gloriosa que se haya hecho en la Argentina”, celebra Daniel “Pipi” Piazzolla, baterista y fundador de Escalandrum, en una entrevista con Télam.
El creador confiesa que “como nieto me siento contento, feliz, emocionado y orgulloso” y en clave estrictamente musical añade que está “tocando unas melodías increíbles con un ritmo frenético que remiten a la ciudad de Buenos Aires, con una calidad compositiva y de arreglos inusual con mucha influencia del jazz, de la música clásica y del tango de raíz”.
El reconocido y laureado conjunto que desde 1999 además integran Nicolás Guerschberg en piano, Mariano Sívori en contrabajo, Gustavo Musso en saxo alto y soprano, Damián Fogiel en saxo tenor y Martín Pantyrer en clarinete bajo y saxo barítono, se sumó al festejo en torno al siglo del nacimiento de Piazzolla con dos hitos.
El jueves pasado Escalndrum tocó en la sala principal del Teatro Colón como parte del ciclo de 13 conciertos que tributan al artista nacido en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921, en una velada que lo unió en escena a Chango Spasiuk, Gustavo Bergalli, Elena Roger, Jairo y Raúl Lavié.
“Estoy muy agradecido porque era mi sueño tocar esa noche allí para festejar el cumpleaños de mi abuelo con gente tan cercana a él desde lo personal como Bergalli, Jairo y Lavié o admiradores de su obra como en el caso de Chango y Elena”, confiesa “Pipi” sobre el recital con aforo reducido en el máximo coliseo argentinon.
También ese día, Escalandrum subirá a plataformas digitales su décimo cuarto. álbum que corporiza un enorme aporte a la música de Piazzolla plasmado en “100” y que en su repertorio reúne “Primavera Porteña”, “Soledad”, “La Muralla China”, “Milonga en Re”, “Intro de Bandoneón”, “Zita”, “Whisky”, “Escolazo”, “Adiós Nonino” y “Michelangelo 70”.
La placa registrada entre los estudios ION de Buenos Aires y Abbey Road de Londres incluye una grabación inédita de un solo de bandoneón de Astor Piazzolla realizada a mediados de los años 70 en ese mismo estudio porteño, cedida por Osvaldo Acedo, que pasó a ser la introducción de la versión de Escalandrum de la “Suite Troileana”.
“Recibir esa joya fue hermoso porque es recibir algo completamente inédito después de tanto tiempo y también que el grupo se animara a tocar con él. Nico propuso hacer un arreglo al toque y fue una experiencia increíble poder escuchar a mi abuelo por los auriculares mientras tocaba”, asegura Piazzolla acerca de ese encuentro a través del tiempo y la sensibilidad.
P: ¿Qué diferencias marca la propuesta de “100” en relación a otros acercamientos a la obra de Astor que encararon desde Escalandrum?
Daniel Piazzolla: La diferencia la marca el tiempo, la cantidad de años que venimos de alguna manera u otra interpretando la música de Piazzolla. Encontramos un grupo que ya sabe de qué manera interpretar estos temas y apropiárselos sin faltarle el respeto y yo mismo desde la batería cambié totalmente mi “approach”. Somos un grupo mucho más maduro con un repertorio distinto y por eso pudimos hacer “La Suite Troileana” que no es muy recorrida, una versión nueva de “Adios Nonino”, “Michelangelo 70” en 5×4 y “Muralla china” instrumental. Siento que los cambios son grandes y muy buenos.
P: ¿Cuál es el mayor desafío que encontrás a la hora de asomarte a las creaciones de tu abuelo?
DP: El mayor desafío al encarar la música de Piazzolla es poder apropiarse de la obra pero sin que pierda la esencia. Encontrar lugares para la improvisación, que es algo que puede ser complejo, pero todo lo demás corre fluidamente.
P: ¿Cómo transitan ese puente entre la música de Astor y el carácter jazzístico de Escalandrum?
DP: Ese puente lo trabajamos mucho cuando arrancamos a tocar Piazzolla. Por ejemplo, no quería que los vientos toquen con la articulación del bandoneón para que suene como una banda de jazz y no como un grupo de tango. Para que suene jazzero el platillo del “ride” (platillo grande que lleva el ritmo) de la batería es fundamental. De todas maneras, la música de Astor tiene carácter jazzístico y Escalandrum también es bastante versátil, así que siento que caminamos bien juntos.
P: ¿Qué creés que diría el abuelo Astor -con su personalidad indómita- acerca de tu labor artística?
DP: Creo que mi abuelo estaría muy contento porque estoy haciendo lo que él y mi papá me dijeron e inculcaron. Que haga músicas nuevas, que toque músicas actuales, que estudie con los mejores maestros, que practique muchísimo. Creo que no le fallé a nadie y hago lo que me gusta. Eso me da felicidad y a mi familia también.
Comentarios