“Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio”
Días pasados estuve en Bariloche y leí en un artículo de ese diario una pobre y desagradable nota del presidente de la UCR de esa ciudad, refiriéndose al señor intendente de Roca, Dr. Carlos Soria, expresando que el mismo se maneja como “patrón de estancia”. Esta calificación me resulta irrespetuosa tanto como para el patrón de estancia como para el propio intendente, no acorde a la jerarquía que ostenta en un partido político de trayectoria como el que preside. Quiero aclarar que esta observación la hago desde mi humilde lugar de ciudadano, harto de escuchar agravios y descalificaciones gratuitas entre políticos, en lugar de proyectar y construir en bien del país. Es evidente que se valen de este vulgar método de desprestigio, con la convicción de que con ello logran posesionarse. No se dan cuenta de que sólo logran evidenciar la ineptitud creativa. Debo aclarar asimismo que no estoy afiliado a ningún partido y mucho menos pretendo ser obsecuente con alguien en particular. Sin compromiso mediante puedo expresarme con imparcialidad, pero con visión objetiva y de justicia. Mal se le puede criticar al intendente –más allá que a ciertas personas no les agrade la forma de conducirse– su capacidad para gobernar y el éxito de su gestión que le permitieron producir un notable cambio en bien de Roca. Muy necio tendría que ser aquel que no reconozca sus obras de cientos de cuadras pavimentadas durante su gestión, así como también las diversas rotondas, el nuevo acceso a Roca por calle San Juan, la iluminación de la ciudad, remodelación de la plaza Naciones Unidas, monumentos, el Camino del Bicentenario, el paseo de la costa y del canal principal de riego y un sinnúmero de obras más que podrían agregarse a las efectuadas durante su mandato. No por casualidad en su segundo período obtuvo casi el 80% de los sufragios. Si tenemos en cuenta que esta población es tradicionalmente de tendencia radical, resulta obvio suponer entonces que hasta los seguidores de ese partido lo han votado. Algún mérito habrá tenido. Mal puede atreverse este señor a una crítica de desprestigio tan agresiva, debiendo en cambio dirigir sus observaciones al intendente de Bariloche, casualmente de su mismo signo político y el que deja mucho que desear en su gestión. Claro, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio. A tal punto, que me atrevo a decir que producen vergüenza ajena –si se tiene en cuenta la magnitud del turismo internacional que visita esa hermosa ciudad– las condiciones de las calles, intransitables por la cantidad de pozos existentes. Hasta he llegado a comprobar la existencia de carteles situados en la costanera, poniendo en conocimiento de quienes circulan por el lugar del deterioro del pavimento. Con total parcialidad pondera en su nota, además, las obras de Bariloche como la de un emprendimiento particular que dará ocupación laboral a muchas personas (no entiendo cuál será el mérito del municipio, no lo destaca). También menciona la construcción de la nueva terminal de colectivos, que la tomo como muy buena noticia para el turista y la celebro, pero me pregunto ¿para cuándo…? Eso no se anuncia. Tampoco se refiere al basurero municipal, que lejos de erradicarse es cada vez mayor su incidencia ambiental, además de resultar desagradable a la vista del turismo que se dirige hacia el sur. Consecuentemente saco en conclusión que no existen obras municipales para promocionar; entonces, es más fácil desprestigiar al que sí las hace. Sólo pretendo advertirle a la comunidad barilochense cuáles son las diferencias entre uno y otro gobernante y cómo se las ve, según quienes quieran verlas. Pero sobre todo criticar esa forma de hacer política que no conduce a buen término. Estamos cansados de tantos agravios sin un proyecto sano y bienintencionado. Por favor señores políticos, cambien esa metodología ya aburridora que sólo muestra la miserable práctica de hacer política. Eduardo Jorge Pompei – DNI 5.315.311 – Roca
Eduardo Jorge Pompei – DNI 5.315.311 – Roca
Días pasados estuve en Bariloche y leí en un artículo de ese diario una pobre y desagradable nota del presidente de la UCR de esa ciudad, refiriéndose al señor intendente de Roca, Dr. Carlos Soria, expresando que el mismo se maneja como “patrón de estancia”. Esta calificación me resulta irrespetuosa tanto como para el patrón de estancia como para el propio intendente, no acorde a la jerarquía que ostenta en un partido político de trayectoria como el que preside. Quiero aclarar que esta observación la hago desde mi humilde lugar de ciudadano, harto de escuchar agravios y descalificaciones gratuitas entre políticos, en lugar de proyectar y construir en bien del país. Es evidente que se valen de este vulgar método de desprestigio, con la convicción de que con ello logran posesionarse. No se dan cuenta de que sólo logran evidenciar la ineptitud creativa. Debo aclarar asimismo que no estoy afiliado a ningún partido y mucho menos pretendo ser obsecuente con alguien en particular. Sin compromiso mediante puedo expresarme con imparcialidad, pero con visión objetiva y de justicia. Mal se le puede criticar al intendente –más allá que a ciertas personas no les agrade la forma de conducirse– su capacidad para gobernar y el éxito de su gestión que le permitieron producir un notable cambio en bien de Roca. Muy necio tendría que ser aquel que no reconozca sus obras de cientos de cuadras pavimentadas durante su gestión, así como también las diversas rotondas, el nuevo acceso a Roca por calle San Juan, la iluminación de la ciudad, remodelación de la plaza Naciones Unidas, monumentos, el Camino del Bicentenario, el paseo de la costa y del canal principal de riego y un sinnúmero de obras más que podrían agregarse a las efectuadas durante su mandato. No por casualidad en su segundo período obtuvo casi el 80% de los sufragios. Si tenemos en cuenta que esta población es tradicionalmente de tendencia radical, resulta obvio suponer entonces que hasta los seguidores de ese partido lo han votado. Algún mérito habrá tenido. Mal puede atreverse este señor a una crítica de desprestigio tan agresiva, debiendo en cambio dirigir sus observaciones al intendente de Bariloche, casualmente de su mismo signo político y el que deja mucho que desear en su gestión. Claro, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio. A tal punto, que me atrevo a decir que producen vergüenza ajena –si se tiene en cuenta la magnitud del turismo internacional que visita esa hermosa ciudad– las condiciones de las calles, intransitables por la cantidad de pozos existentes. Hasta he llegado a comprobar la existencia de carteles situados en la costanera, poniendo en conocimiento de quienes circulan por el lugar del deterioro del pavimento. Con total parcialidad pondera en su nota, además, las obras de Bariloche como la de un emprendimiento particular que dará ocupación laboral a muchas personas (no entiendo cuál será el mérito del municipio, no lo destaca). También menciona la construcción de la nueva terminal de colectivos, que la tomo como muy buena noticia para el turista y la celebro, pero me pregunto ¿para cuándo...? Eso no se anuncia. Tampoco se refiere al basurero municipal, que lejos de erradicarse es cada vez mayor su incidencia ambiental, además de resultar desagradable a la vista del turismo que se dirige hacia el sur. Consecuentemente saco en conclusión que no existen obras municipales para promocionar; entonces, es más fácil desprestigiar al que sí las hace. Sólo pretendo advertirle a la comunidad barilochense cuáles son las diferencias entre uno y otro gobernante y cómo se las ve, según quienes quieran verlas. Pero sobre todo criticar esa forma de hacer política que no conduce a buen término. Estamos cansados de tantos agravios sin un proyecto sano y bienintencionado. Por favor señores políticos, cambien esa metodología ya aburridora que sólo muestra la miserable práctica de hacer política. Eduardo Jorge Pompei - DNI 5.315.311 - Roca
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