Es de Patagones el campeón nacional de esquila
Diego Bruce, de Valcheta, lo secunda como vicecampeón.
Toncek Arko
Las alternativas del campeonato, cuyo escenario se montó en el Centro Cívico, fueron seguidas por centenares de turistas y residentes.
BARILOCHE (AB).- La destreza que Cristian Morales demostró durante el fin de semana lo consagraron como el nuevo campeón nacional de esquila. Conoce la especialidad desde los 17 años y ayer exhibió toda su experiencia ante el jurado, que le otorgó el puntaje más alto en la edición XV del certamen que organizó el programa Prolana. Cristian conoció gran parte de la Patagonia con su trabajo como esquilador. Hoy, tiene 34 años y muchas horas de trabajo sobre las espaldas. “A veces no queremos estudiar y vamos a parar ahí como quien dice”, reflexionó cuando recibió la copa. “Es un orgullo ser esquilador”, aclaró. La concurrencia que participó de la premiación aplaudió la sinceridad del hombre nacido en Carmen de Patagones. El campeonato había comenzado el sábado con la clasificación de los mejores esquiladores que llegaron desde Santa Cruz, Chubut, La Pampa, Buenos Aires, Corrientes y Río Negro. Los participantes esquilaron sobre un escenario que se montó en el Centro Cívico. Ayer, se desarrolló la definición, pero la lluvia obligó a trasladar el final del evento a la sala de prensa del Municipio. Allí, Morales recibió el reconocimiento del público que acompañó hasta el final. Obtuvo 87,71 puntos. El jurado tuvo en cuenta el tiempo empleado y la calidad para esquilar el animal. También fueron premiados Diego Bruce, de Río Negro, con 88,91 puntos y tercero quedó Diego Villagra, de Santa Cruz, que obtuvo 86,50; cuarto se ubicó Pablo Pichiñanco, de Chubut, con 86,01 puntos. Morales contó que en 2002 se coronó por primera vez como campeón nacional. Asegura que la nueva técnica “Tally-Hi”, procedente de Australia, es mejor que el método tradicional porque “el animal no se estropea, no sufre”. El ganador conoce el oficio desde chico. Su padre, Edgardo Morales, fue bicampeón provincial. Cuenta que un esquilador se levanta a las 5.30. Trabaja dos horas y 15 minutos y luego descansa 45 minutos. La jornada dura 9 horas. El trabajo se paga entre 3,60 y 4 pesos por animal esquilado. Morales estima que un trabajador con experiencia puede llegar a esquilar hasta 200 ovejas por día. Afirma que hoy el esquilador no sufre tanto porque se usan máquinas eléctricas en lugar de las tijeras. Aunque en la cintura se siente, sobre todo, el rigor del trabajo. “Es la primera vez que vengo a Bariloche y me llevo un recuerdo muy lindo”, asegura. Tiene cuatro hijos, dos de ellos casados. Y ya es abuelo con 34 años. Morales no quiere que sus hijos sigan su camino. “Quiero que estudien y salgan adelante. Esto (por la esquila) no. Pasás mucho tiempo solo, alejado de la familia y a veces tenés que dormir donde caiga la noche”.
Toncek Arko
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