The Fabelmans: el hechizo de Spielberg
Quedar atrapado por el cine a los 4 años es una suerte de bendición. Y a la vez, la cámara es un elemento tan poderoso como aterrador.
Quedar hechizado a los cuatro años tiene un precio. Quedar prendado de magia y hacer uso de ella puede resultar tan deslumbrante como aterrador. Puede ser un don, puede ser un castigo.
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