Qué pasa cuando un autor muere: los albaceas literarios, gestores silenciosos de la circulación de las obras

María Kodama fue la más universal de las albaceas literarias de nuestro país. Heredera de la obra de Borges, tuvo un perfil muy alto como difusora y protectora de su obra , protegió cada detalle de circulación de sus libros al punto de estar siempre pronta a los enfrentamientos mediáticos y judiciales.

María Kodama tributó el apodo de guardiana samurai. "Mis amigos me decían: 'Claro, fue un vivo, porque sabía cómo vas a cuidar su obra, sos japonesa y si tenés una responsabilidad la vas a cumplir, aunque te cueste la vida'", había dicho.

Tras la muerte de un autor, una obra literaria reclama seguir con vida a través de reediciones, publicaciones inéditas o traducciones, una gestión que muchas veces queda en manos de parejas y familiares pero también de amistades y personas de confianza designados como albaceas, cuyo caso más icónico se ubica en María Kodama, fallecida el último domingo, qu

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