Las actrices de Hollywood contra el tabú de la menopausia
Drew Barrymore sufrió su primer sofocón en vivo y directo. Y no lo ocultó. Como ella, muchas actrices de Hollywood naturalizan ese período de la vida que hasta ahora permanecía tan incómodo como oculto.
A veces, pasan cosas en simultáneo, sin que estén pautadas ni agendadas. Y por separado, quizás sean apenas llamativas. Pero reunidas parecen piezas de un rompecabezas que por fin encaja.
Escena uno: en el estudio donde se graba su programa, Drew Barrymore está sentada en el living, entrevistando a Jennifer Aniston y Adam Sandler, protagonistas de la película que estrena ese mismo día, “Misterio a la vista”. De pronto, Drew Barrymore debe sacarse el blazer, y el chaleco que tiene puesto también. El calor es insoportable. Pero solo ella lo siente: tiene la piel perlada de gotitas, el escote lleno de sudor. “Creo que estoy teniendo mi primer sofoco perimenopausico”, dice riendo, tan desconcertada por el subidón de temperatura como natural.
Escena dos: el mismo viernes que Drew se encendió de calor, Jamie Lee Curtis, la ganadora del Oscar a mejor actriz de reparto por “Todo en todas partes al mismo tiempo”, recordó una foto suya, de hace veinte años en los que se la ve como lo que era en ese momento: una mujer de más de cuarenta, con una bombacha lo suficientemente ancha como para contenerlo todo junto a otra foto en la que se ve lo que hace una producción de fotos de Hollywood: transformarla en una sex simbol a fuerza de retoques, maquillaje y modeladores corporales. Jamie Lee Curtis, que ahora tiene 64 años, habla en su posteo de los riesgos de las fake news y de alterar la realidad, frente a la chance de ver las cosas como son.
Escena tres: “Quiero ser vieja. Estoy cansada de tratar de ser joven. No quiero ser joven. He sido joven. Ser una persona mayor tratando de ser joven es mucho esfuerzo”, dijo ese mismo día, el viernes pasado, la actriz Andie McDowell, de 64 años, en una entrevista con la periodista Katie Couric. Y siguió: “Yo les digo: ‘¿pero qué pasa si digo que soy joven? No tienen ningún problema con eso, ¿verdad? La verdad del asunto es que soy vieja y eso está bien. Eso es en lo que realmente quiero que la gente piense. ¿Por qué existe esa sensación de tanta vergüenza por envejecer? Voy a cumplir 65. ¿Piensan que parezco de 75 solo porque me dejo el pelo gris?” No me importa. Quiero ser vieja. Estoy cansada de tratar de ser joven. ¡Simplemente no puedo seguir con la farsa!”, sostuvo.
Ahí estaban. Tres escenas de un mismo día hilvanadas con la misma aguja: la de la edad, los cambios que trae aparejado el paso del tiempo, y el esfuerzo inútil de querer ocultar lo que es natural.
La situación que vivió Barrymore hace exactamente una semana se viralizó, claro (todo se viraliza o se vuelve meme ahora). Pero la menopausia está dejando de ser un tema vergonzante. Si antes se vivía en secreto, tratando de esconder lo inevitable (esa súbita e inesperada aparición de un calor de mil infiernos), ahora, como hizo Drew, es posible reírse en cámara, abanicarse un poco y seguir adelante.
Borgen: poder, mujeres y menopausia
Ahí estaban. Tres escenas de un mismo día hilvanadas con la misma aguja: la de la edad, los cambios que trae aparejado el paso del tiempo, y el esfuerzo inútil de querer ocultar lo que es natural.
La situación que vivió Barrymore hace exactamente una semana se viralizó, claro (todo se viraliza o se vuelve meme ahora). Pero la menopausia está dejando de ser un tema vergonzante. Si antes se vivía en secreto, tratando de esconder lo inevitable (esa súbita e inesperada aparición de un calor de mil infiernos), ahora, como hizo Drew, es posible reírse en cámara, abanicarse un poco y seguir adelante.
Has recorrido un largo camino, mujer
El tema -ese tema- tuvo su camino allanado por varias otras actrices que pasaron los cuarenta y decidieron que era hora de dejar pelear contra lo inexorable.
Emma Thompson, por ejemplo, lo usó a su favor. Al recibir un premio en una de las noches más gélidas del año dio gracias a la menopausia por los sofocos que la ayudaban a combatir el frío. Y también Gillian Anderson, de 54 años, protagonista de la serie “Sex Education”, y de los «X Files”, que salió a hablar sin tapujos de la menopausia: “Admitir, libremente, que esto está pasado. Para que no sintamos que nos estamos volviendo locas o solas en cualquiera de los síntomas que tenemos”.
En 2021, fue Salma Hayek la que llevó el tema a la mesa, en una entrevista con Jada Pinkett Smith, en Red Table Talk. Hayek contó que cuando empezó con los primeros síntomas de la menopausia fue a ver a un médico, para pedirle consejos y ayuda. “Las preguntas eran espantosas. Me preguntaban cosas como: ¿Te están creciendo tus orejas y hay vello creciendo de ellas?, ¿te está creciendo bigote y barba?, ¿te irritas fácilmente?, ¿lloras sin razón?, ¿estás subiendo de peso y no bajas no importa lo que hagas?, ¿te estás encogiendo? Y luego te preguntan, ¿está seca tu vagina?”.
La actriz de «Birdman» y «21 gramos», la británica Naomi Watts lleva varios años hablando de la menopausia. Ella, que ahora tiene 54, contó que tuvo que enfrentar una menopausia precoz, a los 40, y decidió no sólo buscar ayuda, sino hacer algo por aliviarle el camino a las que vienen después. «Me llegó antes que a mis compañeras. Mis amigas y mi madre no parecían muy dispuestas a hablar de ello, yo no sabía cómo pedir ayuda ni ellas cómo ayudarme… Incluso los médicos tenían poco que decir. Hay una especie código de silencio no escrito: las mujeres deben guardárselo todo y sobrellevarlo solas porque así es como siempre lo han hecho las generaciones anteriores», explicaba sobre su propia experiencia.
Watts lanzó una línea, Stripes, que está centrada específicamente en esa etapa de la mano de Amyris, una compañía farmacéutica americana. Aunque quizás este costado -el de tener un sitio de venta de productos relacionados con la menopausia-, le da a su interés un costado más comercial, como ocurre con Gwyneth Paltrow y su negocio de belleza Goop, lo cierto es que de todos modos visibiliza algo que estaba oculto. O que al menos se intentaba mantener oculto, debajo de un maquillaje que aplaque los colores del sofocón.
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