Silvia Kutika llega a la región con «El cuarto de Verónica», teatro en clave de thriller psicológico
La obra de Ira Levin, célebre por ser el autor de “El bebé de Rosemary”, llega a la región con puesta en escena de Virginia Magnago y un elenco que completan Laurentino Blanco, Tania Marioni y Adrián Lázare.
La gran actriz Silvia Kutika estará de gira teatral en la zona con un thriller psicológico que, como sucede con el cine, mantiene al público inmóvil en la platea. Se trata de “El cuarto de Verónica”, la pieza de Ira Levin, autor de “El Bebé de Rosemary”. Esta puesta en escena cuenta con la dirección de Virginia Magnago y un elenco que completan Laurentino Blanco, Tania Marioni y Adrián Lázare.
La obra se presentará el próximo miércoles 26 de julio en Casa de la Cultura de Roca, el jueves 26 en el Cine Teatro Español de Neuquén y el viernes 28 en el Complejo Cultural Cipolletti. (Ver abajo).
Estrenada en Broadway, en 1973, “El cuarto de Verónica” fue un éxito inmediato que luego tuvo su propio estreno en Londres. Aunque varios de sus libros fueron adaptados al cine como fue el caso de la mencionada “El bebé de Rosmary”, Ira Levin siempre se negó a que su exitosa obra teatral fuera llevada al cine porque entendía que a magia de “El cuarto de Verónica” debía ser siempre una experiencia teatral.
La acción de “El cuarto de Verónica” transcurre en Boston donde Susan, una joven de 20 años, es abordada mientras cena con su novio en un restaurante por una encantadora pareja de ancianos que se muestra impresionada por el parecido de Susan con Verónica fallecida hace mucho tiempo. Susan y su novio acompañan a la pareja hasta la mansión para ver el retrato de Verónica y comprobar el parecido. Allí comienza esta intrigante pesadilla teatral con un final inesperado.
Silvia Kutika dialogó con Diario RÍO NEGRO acerca de la obra que la traerá a la región y de su experiencia en radio y tevé, donde dio vida a personajes entrañables.
P: ¿Cómo te llegó el texto de esta obra?
R: Me llegó porque me llamó la directora Virginia Magnago para mandarme el libro y me dijo que era interesante; lo leí el mismo día, me pareció alucinante y que es un género que no está muy explotado, me refiero al suspenso y al terror, un thriller psicológico. Leo mucho ese género y consumo ese tipo de cine.
P: ¿Cómo encaraste el personaje?
R: Tres de los cuatro actores hacemos varios personajes. El comienzo es una pareja de viejitos, para el papel de la señora recordé a mi mamá y mi abuela, incluso uso el pañuelo de mi padre que me permite tener la mano de determinada manera. Pensamos en una peluca, hacer un cambio de voz, un cambio corporal, para los otros personajes fue un poco más complejo: pensé a la viejita simpática y el matiz tiene que ver con las miradas, los silencios y las pausas, que contribuyen al misterio, cortamos con eso y para meter al público dentro del suspenso, con unas frases de parte de ella que ya no son tan agradables. Obliga al público a decir: “esta viejita no es tan agradable, tiene algo que es extraño”.
Fuimos encarando a los personajes como capas de cebollas, que uno debe ir levantando hasta llegar a descubrir en el fondo qué es lo que hay. Un trabajo interesante e intenso.
P: ¿Cuánto tiempo de ensayo te llevó?
R: Fueron dos meses, de cinco veces por semana, durante tres o cuatro horas por día. A medida que se acercaba el estreno, fueron más extensos los ensayos.
P: Leí en alguna reseña que tiene mucho que ver con el terror ¿es así o cómo es?
R: Tiene que ver con el terror, es un thriller psicológico, tiene mucho suspenso.
P: ¿Cómo interactuas con los demás personajes?
R: Todo pasa por las miradas, “lo que no se dice” o se dicen muchas frases que se contradicen con la acción.
P: ¿Cómo es hacer “teatro de suspenso”?
R: Vas al teatro y a la salida pensás que viste una película en vivo. Partimos de un libro de Ira Levin que es impresionante, que está tan bien escrito, donde no hay nada librado al azar. Al principio pensás que hay frases descolocadas que al final cierran, todo tiene una explicación. Todo tiene un por qué, hasta las frases más chiquitas, más inocentes, no lo son. Si el teatro es un juego que se produce con el espectador, acá es un engaño del engaño del engaño, hasta el final.
El espectador logra, al principio, hacer una historia y se la cambiamos toda. Hay que volver a rearmar, no dejamos al espectador tranquilo. Nunca va por dónde uno se lo imagina.
P: ¿Qué influencia tiene la técnica en la pieza?
R: La técnica en estas obras es importantísima, los efectos, las luces, la música original de Martín Bianchedi (que parece un tétrico coro de niños) una cajita musical distorsionada. La técnica es “los quintos actores”.
P: ¿Cómo vivís la actuación en teatro en comparación con tu experiencia en la tevé?
R: El teatro es vivo, no podés corregir, cortar ni repetir. Sólo se puede corregir en la función que viene. Se establece una cadena de energía entre los actores y el público que es muy difícil de contar, de decir, es algo que se siente. Te das cuenta cuando el espectador está atento, está bien, está siguiendo la historia o no. Cosa que en tele no te sucede, hay que aprender a resolver situaciones sin mucho ensayo, rápidamente, pero sabes que si te equivocás, se vuelve a grabar.
P: ¿Hace cuánto que sos actriz?
R: (risas) Hace 46 años que soy actriz, así que hace un montón (risas).
P: ¿Cuáles fueron los personajes que te marcaron?
R: Creo que todos (risas), todos. Bueno, obviamente, “De Carne Somos” junto con Guillermo Francella y un montón de actores increíbles; una época en la que la tele se veía mucho, con más de 50 puntos de rating, se paraba todo, hasta la calle. Después “90 60 90”, “El Hombre que Amo”, “Vidas Robadas”, “Luna de Avellaneda”: la verdad es que tuve mucha suerte de estar en programas maravillosos. De todos, todos, me lleve siempre algo. De mis compañeros, del director, de los autores, siempre sirve para crecer, aprender y que, en el próximo programa, obra de teatro o película, lo puedas aplicar. Es esa necesidad de seguir creciendo.
P: ¿Cuáles cobraron más reconocimiento para el público, desde tu punto de vista?
R: Uno es La Mamita de “De Carne Somos”, Cuca Dalton de “90 60 90”, Viviana de “El Hombre que Amo”, la gente me sigue hablando de esos personajes todavía. Y eso que pasaron muchísimos años.
P: ¿Cómo es para vos salir de gira y qué esperas del proceso?
R: Salir de gira es como un viaje de egresados, porque uno va con una alegría inmensa, mucha expectativa, haces mucho más fuerte los vínculos con los compañeros. Además de disfrutar, tenés que resolver un montón de cosas siempre, te hace más unido. Vas conociendo diferentes públicos, la gente se expresa más cuando estas de gira en algún pueblo, por ejemplo. Se acercan, aprovechan para sacarse fotos, son más demostrativos en general. Es una experiencia muy gratificante. Lo que uno espera es que la gente se vaya conforme, que disfrute como disfruta uno haciéndolo. Es todo un desorden grato, un descalabro en la vida de uno, pero maravilloso.
«El cuarto de Verónica»: funciones
Roca: miércoles 26, a las 21, en Casa de la Cultura (9 de Julio 1043). Entradas: $6000. plateanet.com y en boletería de la sala.
Neuquén: jueves 27 en Cine Teatro Español (Av. Argentina 235). Entradas: desde $4000, plateanet.com y en Flipper Jugueterías (Av. Argentina 179, Neuquén).
Cipolletti: viernes 28 en Complejo Cultural Cipolletti (Fernández Oro 57). Entradas: desde $5000. plateanet.com y Flipper Jugueterías (Mariano Moreno 468, Cipolletti)
Comentarios