“Música del alma”, la historia del disco en vivo con el que Charly García quiso ser libre

En noviembre de 1977, Charly García reunió a todos los músicos con los que había tocado hasta entonces en el Festival del Amor, un concierto multitudinario en el Luna Park. El objetivo del show era contar con un registro en vivo para editar un álbum doble que finalmente salió en 1980. En enero pasado, fue recuperado y reeditado.

Charly García en el Luna Park, durante el Festival del Amor, a fines de 1977.

¡Charly-Charly-Charly…!
Quince mil personas coreaban su nombre cuando nada había pasado aún y todo estaba por suceder. El tipo tenía 26 años recién cumplidos y, para entonces, ya hacía lo que quería. En apenas cinco años, había formado y disuelto dos bandas y grabado siete discos, sin contar el doble en vivo con Sui Generis. Para fines de 1977, Charly ya hacía lo que quería.


La cosa siempre fue (con) Charly, más allá de las bandas que de las que formó parte. Incluso en Sui Generis, un dúo. Aun, La Máquina de Hacer Pájaros, un quinteto virtuoso y progresivo. De hecho, en un principio fue Charly García y la Máquina de Hacer Pájaros. Y de eso fue que se cansó Charly, de ser siempre el líder. Por fue que se fue.

Adiós a La Máquina de Hacer Pájaros


El 26 de septiembre de 1977, el joven del oído absoluto daba le daba la primicia a la imprescindible revista Pelo: se iba de la Máquina. Y todos, incluidos los músicos de la banda en cuestión, se enteraban por las revista del suceso. Dos años y dos discos después, García dejaba, quizás, la mejor de todas sus bandas hasta la actualidad.


Cansado y aburrido , daba el portazo. No disolvía la banda: simplemente se iba. Les dejaba todo para que siguieran. Todo menos su talento e inspiración, nada menos. Sin él, La Máquina no duró más que el tiempo que les tomó a Oscar Moro, Gustavo Bazterrica, José Luis Fernández y Carlos Cutaia darse cuenta que sin Charly no había Máquina.


Y Charly sabía perfectamente qué hacer una vez fuera de La Máquina porque por eso fue que se había ido: “Voy a ir a Estados Unidos a comprar instrumentos; después voy a organizar un recital ‘monstruo’ en el Luna Park; e inmediatamente me irá a Brasil”, decía en una entrevista con la Pelo de octubre de 1977.
En el número siguiente de la revista, días después del recital “monstruo” en el Luna, Charly revelaba más detalles de su próximo plan: “Voy a alquilar una casa en Brasil, cerca de Río de Janeiro (…) voy a llevar todos los equipos y voy a preparar un long play que seguramente grabaré en Los Ángeles. Mi contrato con la compañía grabadora termina argentina termina con los álbumes que pienso sacar de la grabación en vivo del festival del Luna Park a partir de ahí quiero empezar una cosa nueva, empezar a grabar para afuera (…) En enero voy a ir a Brasil a componer mi nuevo material (…) y después poder viajar a Estados Unidos para grabar el álbum con esos temas. Por el momento ese proyecto es individual…”


Charly García y David Lebón – «Música del alma», del disco homónimo, grabado durante el Festival del Amor, noviembre de 1977.


El plan maestro de Charly tuvo sus bemoles, es cierto, pero el final fue feliz, pero otro. Charly se fue a Buzios, sí, pero los equipos se quedaron en la aduana. Alquiló una casa frente al mar y allí, junto a David Lebón, compuso su nuevo material, sí, pero no fueron a parar a un proyecto individual, sino a su nueva ¿e inesperada? criatura: Serú Girán.

El plan maestro de Charly García


Lo que García buscaba era ser libre de todo lo que lo rodeaba hasta ese momento: del grupo, de la discográfica y de los productores. Para lograrlo fue que pensó en el recital “monstruo” en el Luna Park. El que finalmente sucedió el 11 de noviembre, que llamó Festival del Amor y del que salió el disco doble en vivo “Música del alma”.


El álbum que muchos mencionan como el primero en vivo de García solista fue editado recién en 1980 por el sello Music Hall, del cual Charly se quería desprender. En su momento, Music Hall decidió postergar la edición de “Música del Alma” para no interferir los planes de Serú Girán, que había editado su primer disco homónimo en 1978 y “La Grasa de las Capitales” en 1979.


El álbum es recordado también por el arte de tapa, un dibujo en blanco y negro sin que figure el nombre del disco, obra de la artista plástica Renata Schussheim. En el mismo se ve un retrato dibujado de García contra el fondo negro rodeado por una constelación de figuras de fantasía como diversos animales, flores y arlequines flotando entre lo que parecen estrellas.


Con los dos primeros discos de Serú, Charly logró el objetivo que originalmente tenía pensado conseguir con “Música del Alma”: no renovar con Music Hall y comenzar a editar su música con su propio sello. Music Hall se vengó editando “Música del Alma” en simultáneo con la edición de “Bicicleta”, de Serú Girán. Roque Di Pietro, autor del libro “Esta noche toca Charly. Un viaje por los recitales de Charly García”, sostiene que “cuando Serú Girán abandonó Music Hall hizo todo lo posible para confundir al público y poner en circulación un disco con el nombre y la imagen de García al frente que no tenía nada que ver con la actualidad del músico”.


Esto último hizo que “Música del Alma” no haya sido valorado como hubiese ocurrido de haber sido editado a comienzos de 1978 como era la idea de Charly. “Música del Alma”, dijo alguien, y tiene razón, las Bandas Eternas de Charly reunidas una noche ante una multitud. Lo impresionante es que, para fines de 1977, Charly tenía tan solo 26 años y dos grupos, Sui Generis y La Máquina de Hacer Pájaros, además del efímero Porsuigieco, supergrupo de amigos conformado por Raúl (Por)chetto; (Sui)Generis; y León (Gieco), más María Rosa Yorio, pareja de Charly en ese tiempo.


“Antes de irme a Brasil quería darme un gusto”, comentaba en la ya mencionada entrevista de la Pelo de noviembre de 1977. “Toda mi vida he sido muy solidario con los músicos, amigos y no tan amigos. Siempre que me han llamado para grabar o para que le alcance algún tema he estado presente. Entonces quise que por una vez ellos se solidaricen conmigo para hacer un concierto donde la gente pueda escuchar todo lo que tiene ganas de escuchar”.


«Boletos, pases y abonos», la impresionante versión en vivo de La Máquina de Hacer Pájaros en el Festival del Amor, en noviembre de 1977.


Y la respuesta de parte de los músicos para con Charly fue inmediata. Tomen nota: León Gieco, Nito Mestre, Raúl Porchetto, Gustavo Santaolalla, Aníbal Kerpel, María Rosa Yorio, Aníbal Marrone, Rinaldo Raffanelli, Mónica Campins y Juan Rodríguez, en voces; los bateristas Oscar Moro y Gonzalo Farruggia; los guitarristas David Lebón y Gustavo Bazterrica; el bajista José Luis Fernández; y el tecladista Carlos Cutaia.
Durante cuatro horas de show, Charly y amigos tocaron 33 canciones de las cuales solo 13 fueron incluidas en “Música del Alma”. De algún modo, el concierto funcionó como despedida de La Máquina de Hacer Pájaros, luego de inesperada ruptura. También fue la ocasión para interpretar temas de Sui Generis, muy celebrados por el público, de Porsuigieco y canciones por fuera del repertorio de Charly como “Mañanas campestres”, con Santaolalla en escena.


En el disco quedaron “Bienvenidos al tren” la inédita “Gaby”, de Sui Generis; una potente y extensa versión de “Boletos, pases y abonos” de La Máquina, tan extensa que se lleva los poco más de 17 minutos de la carea 3 del álbum. El tema mostraba todo el potencial de la banda, sus recursos ilimitados al momento de la ejecución y la capacidad de recorrer una gran variedad de sonoridades, de la progresiva al funk con escalas en el Río de la Plata.

Sobre interior del disco «Música del Alma», con imágenes del concierto en el Luna Park.


La otra joya es la apertura del disco, “Variaciones sobre Música del Alma”, una pieza instrumental de Charly que pone en evidencia el impresionante capacidad para tocar el piano y el sueño eterno de, alguna vez, componer un álbum instrumental.


“Dos edificios dorados”, “Hombres de mala sangre”, “Tema de los devotos” y, en menor medida”, la propia “Música del alma”, de Charly y David, anticipaban mucho de lo que pronto sería al menos el primer Serú Girán. Lástima que el disco salió cuando ya todos sabían qué era Serú Girán.


Renata Schussheim proporcionó la serigrafía original de la tapa, junto con dos intervenciones sobre esa carátula que forman parte del insert adicional incluido en esta reedición, a 44 años de su publicación original.



El concierto fue grabado para un disco sin buenos resultados, escribió el periodista Víctor Pintos, presente aquella noche de noviembre del 77. “Por acoples y desajustes técnicos diversos, muchos registros en vivo no se pudieron recuperar. No obstante, algunos sirvieron. Con ellos, y con grabaciones hechas en estudio entre enero y febrero de 1978, se editó un disco doble en el invierno de 1980. El álbum estuvo en la portada un inolvidable dibujo de Renata Schussheim, artista plástica que al momento de esa edición estaba muy cercana a Charly y trabajaba en el arte de “Bicicleta”, el tercer opus de Serú Girán”.


“Música del Alma” quedó rápidamente fuera de catálogo. En 1993, Sicamericana, la sociedad anónima propietaria del sello entró en quiebra y todo su material quedó paralizado y dentro de un proceso judicial. Hace unos años, el Instituto Nacional de la Música (Inamu) comenzó a trabajar en la recuperación del catálogo de Music Hall, que desde los años 50, editó gran parte de la música popular argentina.
A fines de enero de este año, el Inamu, en colaboración con DBN, anunció la reedición digital y en vinilo de “Música del alma”, ahora disponible en todas las plataformas de streaming.


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