Este fin de semana, Árbol celebra los 20 años de «Guau» con dos shows en el Alto Valle

La banda de Haedo volvió con disco nuevo y un tremendo festejo entre manos: dos shows, en Roca y Neuquén, este sábado y el domingo. Entrevista con Pablo Romero, voz, guitarra y miembro fundador.

Entre mediados de los 90 y de los 2000, Árbol fue una de las bandas más originales, activas y picantes de la escena del rock argentino. Pero un día dijeron basta. Fue en 2010. Y como suele suceder con las bandas de rock cuando paran, nunca se sabe por cuánto tiempo. Solo que ese tiempo es indeterminado. Porque Árbol nunca se disolvió, no se separó ni se peleó. Sólo paró. Hasta que un día de 2017 volvió. De a poco, pero volvió. Recién a finales de 2019 dieron su primer show. Y cuando estaban listos para el despegue a lo Árbol, sí… la pandemia.


Encerrados y a distancia, siguieron trabajando: regrabaron clásicos como “Pequeños sueños”, “Prejuicios” y “El fantasma”, con nuevas voces como el rapero Lng/SHT, el grupo mexicano Ruido Rosa y Natalie Pérez. Después de una serie de shows por streaming, recién a fines de 2021Árbol volvió al vivo con el público ahí a delante y a los saltos, muy a lo Árbol. Recién entonces, poco más de cuatro después de aquel regreso, la banda estuvo lista para trabajar con nuevas canciones, esas que fueron a parar a “Hongo”, su disco editado en septiembre del año pasado, “un disco lisérgico” como gustan en definirlo los propios músicos.


Pero Árbol, que hace rato que volvió, sacó cuentas y le dieron veinte. Grabado en 2003 y editado al añi siguiente, “Guau”, el disco con el que Árbol la terminó de pegar acá y en el resto del continente, está cumpliendo veinte años. Y qué mejor manera de celebrarlo si no es tocándolo en vivo. Porque eso harán este fin de semana, primero en Roca, mañana, y después en Neuquén, pasado mañana. Además de presentar ese discazo que es “Hongo”, por supuesto.


Cuando Árbol paró, en 2010, fue por cansancio. ¿Por qué, siete años después, decidieron volver? “Para pasarla bien”, dice, sin dudarlo, Pablo Romero, voz, guitarra y miembro fundador de Árbol, a comienzos de los 90, allá en Haedo. “Para disfrutar de la música que hicimos y que seguimos haciendo. Hoy en día como banda, nuestra prioridad es pasarla haciendo esto”, sostiene dejando en claro que ya no los corre ni el mercado, ni la industria ni los rankings.


¿A dónde vuelve una banda cuando vuelve? ¿Qué tan atrás tiene volver y a qué cosas tiene que volver para volver? “A la canción”, resume Romero. “Ahí tuvimos que volver. A la música. De eso se trata siempre, de volverse a encontrar en la música con tu par, tu socio musical. Nosotros paramos porque estábamos cansados, veníamos de 19 años de tocar sin parar”.
Durante esos 19 años, Árbol editó seis discos de estudio, el independiente “Jardín frenético” (1996), los tres siguientes, el homónimo “Árbol” (1999) y los decisivos “Chapusongs” (2002) y “Guau” (2004) bajo la producción de Gustavo Santaolalla y su sello Surco, y los últimos dos, “Hormigas” (2007) y “No me etiquetes” (2009).

La vigencia de “Guau”

Veinte años después, las canciones de “Guau” siguen sonando actuales, sobre todo sus letras. “Sentimos que el repertorio y las letras no caducaron”, afirma Pablo Romero. Y tiene razón. Las letras de Árbol visibilizaban problemáticas sociales que, recién 20 años después, son abordadas como políticas públicas, pero que entonces eran reprimidas y mal tratadas. Así, canciones como “Chikanoréxika” refería a los trastornos alimentarios y a la hipocresía alrededor de los cuerpos y la estética; “Prejuicios” expone el bullying y la mirada excluyente y represiva del otro; o “Comida chatarra”, sobre los malos hábitos alimentarios cuando hoy existe la ley de etiquetado frontal.


Incluso, si pensamos en su antecesor, “Chapusongs”, como el anticipo lírico y musical de lo que iba a ser “Guau”, nos encontraremos con canciones como “La nena monstruo”, una oda a la discriminación y el bullying escolar, o “Son todas putas”, que describe las ideas naturalizadas que justifican la violencia machista. “A través de la música dijimos cosas que seguramente muchos chicos también lo pensaban y que hoy en día lo sigue pensando o le sigue sucediendo”, reflexiona el guitarrista.


También sostiene que, en aquel tiempo, la banda estaba en un nivel compositivo muy alto. “Hacíamos muchas canciones”, dice. “Bueno, trabajar con Gustavo Santaolalla era así (risas)”. Y cuenta cómo era trabajar con Santaolalla: “Le mandábamos 20 canciones y de esas 20 él elegía seis. ‘Creo que estas seis están buenas para laburar’, nos decía. ¡Te mandamos 20! (risas) ‘Bueno hagan 20 más…’ Nos encerrábamos, no parábamos de componer, de tirar ideas, éramos una máquina. Le mandábamos las otras 20 y elegía… cuatro. Pero faltan todavía tres canciones más para cerrar el disco, dale. ‘Sí, hagan 20 más y cerramos el disco’, nos decía como si nada. Imagínate, ya habíamos hecho 60 canciones, teníamos como para seis discos! (risas) Pero eso era trabajar con Santaolalla y fue increíble para nosotros. Era un tipo que tenía mucho conocimiento, no solo de la música, sino también del mercado. Eso te abría los ojos como músico. Uno aprendía todo de él, no solo lo musical. Y los negocios de la música son totalmente diferentes a la música. Y como músico tenés que saber interactuar con eso. Y en eso Gustavo era muy bueno, la tenía muy clara. Y nos ayudó mucho a todos, no solo a Árbol”.


Luego de “Guau”, Árbol y Santaolalla no volvieron a trabajar juntos hasta “Lobo solitario”, incluido en “Hongo”. “Le mandé la canción y le propuse cantarla juntos porque sabía que le podía gustar y no le mandé muchas opciones porque lo conozco (risas) Me dijo que sí, pero que quería hacerle un arreglo vocal increíble que él mismo cantó”.
Sobre el espectáculo que darán en la región, Romero adelantó: “Estamos armando la primera parte, lo estamos partiendo el medio al show, un poquito de la mitad para atrás es casi todo el disco seguido, con canciones que no hacíamos desde hacía veinte años más o menos, como Comida Chatarra, Soy la Zoila… Volverlas a tocar fue muy loco”.

P: ¿Van a hacer Jijiji? 

R: Yo calculo que sí.  

P: ¿Cómo fue la historia de ese cover tan particular? 

R: Veníamos pensando en varios formatos de clásicos. Habíamos pensado en Persiana Americana, de Soda Stereo, pero cuando empezamos a cantarlo los arreglos costaban más, no nos cerraba mucho. Seguimos buscando y se me ocurrió que probáramos con “Jijiji”. Ok, ¿y como lo harías?? Me la devolvieron (risas) Y empecé con el ‘pom, pom pom’ subiendo y bajando. Yo iba al coro del colegio desde los 14 años, me gusta mucho la parte vocal y desde ahí nació Jijiji, Queríamos hacer un estilo coral. Fue un golazo, pero también fue meter la cabeza en la boca de un lobo (risas) 

P: Pero para sacarla intacta…

R: Para algunos sí, para otros no (risas) 


Los shows de Árbol en Roca y Neuquén

Cuándo y dónde: este sábado, a las 22:30, en Casa de la Cultura (9 de Julio 1043, Roca); y el domingo, a las 20, en Teatro Desafío (Brentana 46, Neuquén).
Cuánto: $8000.
Por dónde: en boletería de los teatros y por sistema entradauno.com.


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